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Big Data en comunicación política: conocer al electorado para ganar elecciones

El Mundo desvelaba estos días uno de los motivos por los que Mariano Rajoy ganó las elecciones el pasado 26J y con unos resultados mayores de los que predecían las encuestas. En números: 190.000 euros en una estrategia de microsegmentación en Facebook Ads y 100.000 euros para la agencia del gurú que llevó a Barack Obama a la reelección en 2012, TMG (The Messina Group) de Jim Messina. Es decir, una estrategia basada en elementos del Big Data y no tanto en banderolas, folletos y vallas publicitarias inundando los rincones de las ciudades.

En las anteriores elecciones españolas del 20D, los partidos políticos no quisieron o no pudieron invertir para que una parte de su estrategia de comunicación se realizara a partir de la investigación y análisis de cantidades de datos masivos en Internet (Big Data). Algunos, como el PSOE hacían “algo” relacionado con ads en redes sociales, pero a pequeña escala, que les hubiera gustado hacerlo, como Equo o UPyD, no contaban con los medios ni económicos ni humanos suficientes como para poder desarrollarlo.

Así las cosas, el PP ha dado en el clavo al emplear una estrategia en la que, a través de Facebook en este caso, han podido llevar los mensajes oportunos a los electores oportunos. No a aquellos que ya estaban convencidos, sino a aquellos que había que convencer, sobre todo, en temas que se creían baladí como el Brexit.

Estados Unidos nos lleva mucha ventaja en el uso del Big Data en marketing político. Si bien es cierto que las leyes de protección de datos son más permisivas allí, Obama apostó desde su primera legislatura por conocer a sus electores para dar en la diana a la hora de hacer llegar los mensajes. En su primera victoria electoral, el equipo del aún presidente de los EE.UU., recabó gran cantidad de datos a través de las redes sociales y de páginas web creadas ad hoc. Así, la estrategia de la campaña de 2012 se basó en sacar, analizar y segmentar esa gran cantidad de datos. Todo ello ayudó no sólo al equipo de campaña sino también a los voluntarios, quienes jugaron un papel fundamental en ambas contiendas electorales.

Lo relata con todo lujo de detalles el periodista del Boston Globe, Isasa Issenberg, en su libro ‘The victory lab: the secret science of winning campaings’: cómo la denominada La Cueva, compuesta por matemáticos, estadísticos e ingenieros, junto con el equipo liderado por Jim Messina, crearon un engranaje de software y algoritmos para conocer qué opinaba el electorado, incluso a nivel personalizado. Ello se trasladaría a los medios de comunicación, a los discursos, a las redes sociales, a la publicidad, a los voluntarios que iban casa por casa. Por ejemplo, se lanzaron mensajes concretos a gente amante de los animales o del yoga.

Big Data y 15 M

¿Es más difícil en España este tipo de estrategias? ¿No existe gente especializada en Big Data? Hay muchos profesionales del mundo de las matemáticas, del análisis de datos y de la ingeniera que trabaja en estas cuestiones. Pero no existe cultura, más allá de grandes corporaciones o de ponerse en práctica de forma autónoma. En este sentido, el movimiento del 15M contó con grandes analistas de Big Data, como Outliers Collective, que desengranaron los motivos por los que nació, los sentimientos que lo impulsaron y la implicación de la gente a través de un software específico de medición de tuits. Además, han sido los primeros en utilizar Big Data en minería de perfiles políticos, un estudio que sería de gran ayuda a los partidos políticos para saber a quiénes están lanzando sus mensajes en Twitter y si éstos están llegando al target adecuado. Si se hubiera analizado un poco mejor lo que fluía por Twitter, el 15M no hubiera pillado por sorpresa a tantos políticos.

La microsegmentación de mensajes dentro de una campaña electoral resulta, hoy en día, fundamental para llegar a las personas. El éxito ya no reside en realizar campañas de comunicación generalistas, sino en establecer un plan de comunicación y marketing en el que esté integrado el análisis de datos y ofrecer así las claves para establecer unos objetivos, mensajes y públicos destinatarios en cada uno de los canales, on y offline.

Por ello, el empleo de técnicas de Big Data en comunicación política no consiste en espiar, ni en usar datos personales de forma incorrecta, pues aparece en las redes sociales o se ofrecen en formularios con el consentimiento. No significa tampoco predecir quién va a gobernar una nación, aunque ayuda a testear el sentimiento. Implica conocer a la gente, saber qué piensan, qué sienten, qué necesidades tienen. En definitiva, humanizar a las personas para que no se conviertan en simples números y votos.

Posted by @_guiomar_
Photo by @Marga_Ferrer
Juan Luis Sánchez

“La Red muestra un escenario de periodistas mal pagados, pero con mucha repercusión”

El periodista Juan Luis Sánchez (@juanlusanchez) bajó hace cinco años a la trinchera de la información más humana y comprometida para preguntar a los manifestados del “movimiento 15-M” por sus opiniones y, más importante todavía, por sus sentimientos. Un periodismo que hasta la fecha se había hecho muy poco en el país y cuya esencia ha encadenado a un medio digital independiente, eldiario.es, del que es subdirector y cofundador, con el que pretende reconectar con una sociedad que considera que “ha perdido la confianza en los periodistas”.

¿Cómo se consigue emprender el camino del periodismo independiente a través de eldiario.es en los tiempos de crisis económica, política y periodística que se vivían en 2012?

En lugar de necesitar grandes inversiones para montar un medio, requieres de una fórmula para reconectar con una sociedad que ha perdido la confianza en los periodistas. Se trata de volver a tener relación directa con ella a través de la tecnología.

¿Cuáles crees que fueron las claves de la repercusión en medios de todo el mundo que tuvo tu cobertura del “movimiento 15-M”? ¿Qué era importante destacar de él a pie de calle a nivel periodístico?

El 15-M fue algo novedoso y rico para el trabajo periodístico, con muchas historias de calado que contar. Al tener conexión con la primavera árabe, fue un acontecimiento que llamó mucho la atención y de ahí parte de su repercusión en todo el mundo. Estaba conectado con la crisis y encajaba en el guion internacional. La principal clave fue el poder dinamizar periódicamente: tuitear, enlazar crónicas de compañeros y las tuyas propias con otros medios, subir videos y videos de forma continua, etc. Todo ello se hacía poco hasta la fecha y se consigue visibilidad. En este movimiento había mucho periodista sin esa esencia ni espontaneidad en su trabajo. Yo trataba de guiar a los manifestados por sus opciones y sensaciones.

¿Qué ha supuesto el mundo digital para el trabajo del periodista multitarea y para la profesión?

Internet aporta nuevas herramientas para construir nuevos mensajes en el trabajo periodístico, con nuevos ritmos, sin grandes empresas detrás. Sobre todo, gracias a las redes sociales. La Red muestra un escenario de periodistas mal pagados pero con mucha repercusión. Eso debería hacer reflexionar a los grandes medios. Deberíamos unirnos todos para renovar el sistema de comunicación básico y hacer algo bueno y con calidad, sin grandes inversiones, más sencillo, más libre.

¿Cuál es el futuro cercano de los medios tradicionales en España? ¿Cómo conseguirán sobrevivir?

Hay una complicación fuerte antes de aprovechar mejor internet como soporte al completo: librarse del lastre de la industria periodística. Aun así, surgen nuevos sistemas para poder trabajar, nuevos proyectos, pero siempre está latente el problema empresarial y el modelo de negocio de los medios tradicionales, que se cae. Me preocupa que sobreviva mucho que sobreviva la información y que los periodistas cobren en condiciones por su trabajo, pensando cuál es el nuevo modelo digital que nos vaya a dar de comer.

¿Es posible la transparencia en la comunicación política? ¿Cómo pueden las instituciones políticas lograrla y qué supone para el ciudadano?

La transparencia es la nueva objetividad. Es un mito, pero también un estímulo positivo para lograr una nueva cultura de datos en el contexto político a la que puedas acceder y ver si te mienten o no. Se trata de uno de los valores modernos de la comunicación política, casi panacea de progreso.

¿Cuál es la situación actual del reporterismo de conflictos y paz a nivel internacional? ¿Y visto desde los medios españoles?

Mala, muy precaria. No hay manera de que los medios se relacionen correctamente con los freelance, ya que en los medios solemos tratar a un reportero igual que a un colaborador en Madrid y no es lo mismo. Además, ellos afrontan riesgos innecesarios y desmesurados (a veces se toman un viaje al extranjero como unas vacaciones, acudiendo casi sin experiencia) que no hacen ningún favor al reporterismo.

Foto: Marta Jara (eldiario.es)
Insolvencia medios

¿Asistimos a un cambio en la gestión de los medios tradicionales?

Que el periodismo ya no es lo que era lo saben tanto los profesionales como las audiencias. La crisis ha pasado como un rodillo por un sector que no sólo se ha visto reducido a cenizas, sino que además y a diferencia de otros no muestra indicios de recuperarse. Todo lo contrario. La mayoría de los expertos señalan que cualquier cosa que venga después será bastante distinta a lo que se conocía hace unos años.

A la caída acumulada de los ingresos por publicidad cercana al 70% en menos de una década y los costes del papel, impresión y distribución disparados ha habido que sumar la irrupción de internet y las nuevas tecnologías. Las fronteras de la inmediatez y valores como la autoría, la primicia o la exclusividad se han diluido hasta dibujar el panorama que actualmente encontramos. 12.200 puestos de trabajo menos y 350 medios desaparecidos después, lo que queda es en su mayor parte precariedad, sobreatribución de competencias disfrazada de multidisciplinaridad (eufemismo para definir la explotación) y la consecuente pérdida de calidad.

Internet ha permitido maquillar las cuentas de algunas publicaciones o hacer contenidamente rentables a otros de reciente creación, pero desde luego no para revertir la situación de los grandes buques insignia de la prensa española, asolados por expedientes de regulación de empleo que se repiten cíclicamente, reducción de contenidos y ajustes impensables hace sólo unos años.

Así, el cambio en la gestión ha sido obligado y más que lo será en un futuro inmediato. Tanto en la parte financiera como en la productiva. Se acabaron los tiempos de vino y rosas en los que directivos, jefes de sección y de rebote algún que otro redactor disponían de recursos prácticamente ilimitados para conseguir a cualquier precio la noticia. Dietas de desplazamiento para coberturas ‘in situ’, kilometrajes o tarjetas de saldo profundo para relaciones públicas. Y eso que algunos todavía se resisten y son capaces de gastar en una botella de vino lo que le niegan a una sección para un redactor a tiempo completo. Hoy impera la austeridad obligada y ni siquiera con ella se prevé que las cosas cambien. De hecho ya hay quien alerta sobre la “autonomización” de la profesión. De la compaginación con otras actividades, con lo que ello supone.

Incluso el repunte anteriormente señalado en el ámbito ‘on line’ tiene sus amenazas. La alimentación de las redes sociales por parte de los mismos medios como fuente de entrada de tráfico han contribuido a hacerlas crecer tanto que los está fagocitando. Hasta tal punto que los inversores en publicidad se están saltando al intermediario que la prensa era para pasar a difundir directamente sus contenidos.

Todo apunta a que una apuesta seria por la reconversión al nuevo contexto, la utilización de los nuevos formatos y la diferenciación del contenido a través de la calidad podrán arrojar algo de luz sobre los viejos medios. Algo que ni siquiera así está garantizado.

Photo credit: National Library of Ireland on The Commons via Foter.com / No known copyright restrictions
Albufera

El periodismo ambiental resiste

Una de las consecuencias de la crisis económica ha sido, sin duda, el descenso de profesionales en la redacción de los medios de comunicación. Este hecho ha influido directamente en que los periodistas especializados tengan que cubrir más temáticas y puedan dedicar menos tiempo a profundizar en las fuentes y en las investigaciones.

El periodismo ambiental ha sido víctima de esta situación. Los periodistas ambientales han trabajado mucho durante muchos años para que esta información fuera reconocida como cualquier otra sin caer en el ecologismo, ideología con la que muchos compañeros han confundido esta especialidad. Y las circunstancias han borrado del mapa los suplementos ambientales de las grandes cabeceras del país, como El Mundo, El País o ABC.

Las Asociación de Periodistas Ambientales (APIA) trabaja por fortalecer la profesión celebrando un congreso cada dos años en el que se destacan iniciativas y se dialoga sobre la importancia de mantener el medio ambiente en la agenda de los medios. El Premio Nacional de Medio Ambiente ha sabido reconocer esta labor. Gustavo Catalán (El Mundo), Silvia García (Antena 3), Javier Grégori (Cadena Ser), Antonio Cerrillo (La Vanguardia), José María Montero Sandoval (Canal Sur) o Arturo Larena (Efe) son algunos de los periodistas que han recibido esta mención.

Son personas que durante años han dedicado todo su esfuerzo a formarse para luego informar con precisión. La información medioambiental no desaparece porque no genere anunciantes en los medios de comunicación. Las negociaciones climáticas internacionales, los desencuentros geopolíticos originados por recursos naturales o las normativas que afrontan la presión de las multinacionales continuarán día a día y la sociedad necesita periodistas que conozcan el contexto para informar rápida y adecuadamente.

Photo by @Marga Ferrer
caras-públicas

La obsolescencia de las facultades de comunicación de cara a las nuevas tecnologías

Suele ocurrir cada cierto tiempo que la realidad obliga a modificar los programas universitarios. Algunos se empeñan en dar la razón a los que afirman que el periodismo se aprende ejerciéndolo aplazando el cambio más de la cuenta. Que nada tiene que ver lo que se estudia en las facultades de comunicación con el día a día de una disciplina que tiene más de oficio que de profesión. Sea así o no, lo cierto es que en la actualidad nos encontramos inmersos de pleno en uno de esos ciclos de cambio necesario.

De la misma forma que las promociones de las dos últimas décadas del pasado siglo vivimos la revolución de los ordenadores personales, los programas de maquetación, los editores de texto, los sistemas en red o los albores de Internet, los estudiantes de hoy en día difícilmente encuentran en sus libros aquello con lo que luego se topan en redacciones, emisoras, estudios y salas de producción de la información en cualquiera de sus vertientes.

Hubo un tiempo, no hace mucho, en el que tener acceso a un Mac, una cámara, una mesa de montaje o un simple micrófono era todo un privilegio y más bien una odisea para la mayoría de aprendices. Muchas universidades supieron verlo y enfocaron rápidamente sus programas hacia la práctica, creando sus propios medios por los que los futuros licenciados tenían que pasar obligatoriamente durante un número de horas para aprobar las asignaturas.

Hoy, todo estudiante tiene todos esos adelantos técnicos en su ordenador portátil o incluso en su smartphone, con la posibilidad de emitir en directo desde cualquier lugar en el que se encuentre. Se trata de una de las claves del profundo cambio del ejercicio del periodismo. Una modificación súbita y completa del paradigma que ha dejado atrás a muchos profesionales con décadas de trayectoria que no han sabido adaptarse. Lo mismo ocurre en las facultades.

Por eso se hace más necesario que nunca que las universidades sigan siendo ese templo del saber donde los futuros informadores puedan adquirir una profunda formación cultural y humanística, pero también técnica. Es ahí donde las actuales herramientas juegan un papel fundamental. Redes sociales, instrumentos de analítica, de observación, Big Data y, lo que es más importante, la comprensión de las nuevas reglas del juego, con sus tiempos y peculiaridades tras una crisis que ha arrasado a gran parte del sector pero que ha generado múltiples oportunidades para nuevas fórmulas, deben ser puestas a disposición del estudiante.

Foto: Marga Ferrer
Marketing de contenidos. Foto: Marga Ferrer

Cuando el contenido es el rey

El marketing de contenido es considerado “el rey” en las estrategias de comunicación de las empresas. Los consumidores, cansados de la publicidad tradicional, se muestran más favorables hacia un tipo de marketing confeccionado a partir de artículos, reportajes, entrevistas, videos o podcast. Un ejemplo son las revistas digitales en las que las marcas publican información que, aunque está relacionada con su sector, aportan datos, consultan fuentes y elaboran contenidos de calidad.

Puede resultar un híbrido entre publicidad y periodismo, pero lo cierto es que las compañías se han dado cuenta de los buenos resultados que ofrece. Además, la calidad que aportan los periodistas que se dedican a ello hace que se trabajen artículos de interés y con información relevante.

Se dice que para captar la atención del lector sólo se tiene siete segundos; si no, se va. Por eso, un titular y una información atractiva y bien estructura ayuda a mantener ese interés.

Asimismo, el marketing de contenidos se ha convertido en pieza clave de las marcas porque Google indexa los contenidos de calidad, posicionándolos en las primeras páginas de búsqueda; es decir, es más fácil que una determinada empresa aparezca en los primeros puestos y, por tanto, existe más probabilidad de que se haga clic en su página web.

Este tipo de publicaciones, bien digitales, bien tradicionales, deben contar con un buen equipo de redactores. Si la publicación es en Internet, además, es recomendable tener conocimientos de cómo escribir para este medio: saber el número de palabras, conocer las keywords o la importancia de las imágenes y los videos.

No obstante, de nada sirve subir un artículo al blog o a la revista digital si no se comparte en redes sociales. El contenido debe distribuirse por los diferentes canales que tenga la empresa para poder llegar a un público mayor y, además, es otra forma de posicionar en buscadores. Google también premia el contenido social, es decir, el que aparece en Twitter o Facebook.

Para saber también los resultados, hay que medir y evaluar. Se trata de una práctica que en ocasiones se olvida pero que da a conocer cuáles son los post o los contenidos que mejor han funcionado, cuáles son las fechas mejores para publicar o cuál es la audiencia a la que nos dirigimos.

El marketing de contenidos ayuda, a su vez, a ganar la confianza del lector y/o posible cliente e incrementa la reputación de la marca. En Internet la ‘infoxicación’ está a la orden del día y además existe una gran variedad de fuentes a las que la gente puede acudir. Por eso, es importante que las empresas tengan su propio blog, revista digital y web con un contenido de calidad y redactado correctamente.

XII Horchata & Twitts

XIII Horchata and Twitts en la Universidad Europea

La horchata natural de la huerta valenciana y los fartons artesanales son los dos ingredientes que garantizan el networking en el Horchata and Twitts. Pero antes, en este evento que se celebra en Valencia desde 2009, los protagonistas son los ponentes que en cada edición comparten con los “tuiteros” asistentes en sus intervenciones ‘tuiteables’, de entre 10 y 15 minutos de duración, su relación profesional con las redes sociales, en general, y con Twitter, en particular.

En el XIII Horchata and Twitts, que se celebra el próximo jueves 23 de junio a partir de las 19:00 en la Universidad Europea de Valencia (Edificio Europa – Avenida Aragón, 30), intervendrán Eugeni Alemany (@eugenialemany), Eugenio Viñas (eugeniovinas), Elena Benito Ruiz (@elenaBRZ), Mauro Solbes (@iloveclicks) y Laura Lanuza (@proactiva_serv).

Precisamente, ésta última compartirá, desde el punto de vista de la comunicación, la experiencia de los socorristas sin fronteras de Proactiva Open Arms, oenegé acreedora del Premio Ciudadano Europeo 2016 por las tareas de rescate de refugiados que llegan a las costas del Mediterráneo. Cómo están utilizando las redes sociales para informar de su misión solidaria, qué mensajes canalizan a través de Twitter y con qué recursos cuentan los socorristas que salvan vidas.

Dos perspectivas de la profesión periodística

Los periodistas Eugeni Alemany y Eugenio Viñas aprovecharán su presencia como ponentes para atender dos enfoques bien distintos de su quehacer profesional. El primero, recorrerá en clave sarcástica los hitos más provincianos que encierra el significado de estar “tuiteando desde provincias” a partir de su experiencia en televisión y en las sucesivas campañas de comunicación y marketing de éxito en las que ha participado para promocionar en el ámbito nacional los productos más singulares de los valencianos. Por su parte, Viñas se centrará en “El periodismo, ese gran incomprendido en Twitter”, para analizar su los 140 caracteres pueden ser considerados como fuente para el profesional de la información, cómo gestionar la mentira ajena y el error propio, cómo reaccionar al insulto o al odio, la influencia de Twitter en la esencia de la noticia (el titular) o la marca personal del periodista en esta red social.

Full stack marketing y clicks en el timeline

El programa del XIII Horchata and Twitts lo completan Elena Benito Ruiz, mentora de full stack marketing para startups y pymes, a las que ayuda a optimizar el marketing de contenidos para SEO, la conversión y los cuadros de mando de marketing; y Mauro Solbes, impulsor junto a Aarón Mira de @iloveclicks, una cuenta de Twitter y un concepto online que abarca e interpreta los hitos más destacados de la actualidad desde la óptica de los clicks. La primera analizará cómo posiciona o cómo afecta Twitter al posicionamiento de las personas o de las marcas en relación a su reputación digital; mientras que el segundo compartirá cómo nació la idea de recrear escenas de actualidad con los populares muñecos de plástico y cómo han llegado a protagonizar el timeline desde un prisma ubicado entre la viñeta, la opinión y la oportunidad informativa.

Con todo, el objetivo de Horchata and Twitts –evento organizado Soma Comunicación con el patrocinio de la Universidad Europea de Valencia y la colaboración Món Orxata-, se centra en favorecer relaciones y oportunidades profesionales en tiempos de reinvención profesional y en realzar los nuevos medios sociales desde la participación, vía Twitter y con la excusa de compartir después de un turno de ‘microponencias’ una horchata natural de Alboraia con unos fartons. El evento ha sido trending topic en España en 8 de sus 12 ediciones anteriores.

Inscripciones

La asistencia es gratuita y se canaliza mediante un comentario dejado por el interesado en asistir con su nick de usuario tuitero en el blog del evento: horchataandtwitts.blogspot.com

Libros

Demasiados libros para tan pocos lectores

17 días en los que el libro ha sido protagonista. El pasado día 12 echó el telón la 75ª edición de la Feria del Libro de Madrid, la cita literaria más importante de cuantas se celebran en nuestro país. Presentaciones, mesas redondas, conciertos, actividades para niños, coloquios, exposiciones de fotografía… todo en el Parque del Retiro y bajo un denominador común: los libros. En las redes sociales el hashtag #FLM16 fue punto de encuentro y reencuentro para asistentes y curiosos de todo el mundo.

Por Madrid han pasado Rafael Sánchez Ferlosio, Amin Maalouf, Jean Canavaggio, Jean Noël Jeanneney, Marc Lévy, Michel Serres, Jean-Pierre Luminet o Juan Cruz, por citar algunos. De hecho se programaron más de 4.500 firmas de libros. Las cifras que arroja la Feria del Libro de Madrid dan fe de su dimensión: 367 casetas, 479 expositores y una estimación en ventas que supera los ocho millones de euros. Sin duda alguna, un oasis en el inmenso desierto en el que se encuentra la industria editorial española.

Es cierto que en nuestro país se publican muchos libros, demasiados si atendemos a las ventas y más aún a los índices de lectura. Según la agencia del ISBN (International Standard Book Number), en 2014 se publicaron en España 90.000 libros (últimos datos disponibles). De hecho se llegó a decir que el sector editorial había sabido esquivar como pocos la crisis económica apelando a los libros como alternativa de ocio barata. Nada más lejos de la realidad.

Las librerías se despoblaron de clientes mientras las estanterías seguían repletas. Como consecuencia, cierres masivos. Los últimos datos arrojan que cada día se cierran 2,5 librerías (912 en 2014) y que únicamente quedan en activo 3.650 espacios. Sin embargo, a pesar de este panorama un estudio del Observatorio de la Lectura y el Libro detalla que cada semana nacen en nuestro país una media de seis nuevas editoriales, casi una al día. Pero, ¿dónde están todos esos libros?

El 40 por ciento de los españoles reconoce no leer nunca o casi nunca y del 60 por ciento restante, sólo un tercio lee a diario y el 42 por ciento lee menos de cuatro libros al año. Recientemente el diario El País recogía que “para vender 100 libros se imprimen 160 lo que explica el afán de los editores por jugar a muchos números con la esperanza de que les toque la lotería del best seller”.

En medio de este panorama habrá que ver si el crecimiento de las ventas estacionales -Navidad, Feria y Día del Libro- viene acompañado de una recuperación en la actividad en las librerías durante el resto de meses. Ojalá este verano sea un punto de inflexión y veamos a mucha gente con la toalla y el libro en la mano.

 

contenido-calidad-periodistas

La importancia del lenguaje en el periodismo

Que la herramienta de trabajo en el periodismo es el lenguaje resulta una obviedad a estas alturas. Que la carga académica dedicada al lenguaje en las facultades de periodismo españolas, públicas y privadas, es mínima también es un hecho. Y si a la rapidez habitual del periodismo unimos internet, se suma un escenario de consumo inmediato de información que no promueve dedicar tres minutos a releer para comprobar lo escrito.

Cuando un profesional domina el lenguaje hay más posibilidades de que no cometa errores. Para ello ha tenido que pasar por una formación pero el cuidado de las palabras no se ha de quedar en el título universitario colgado en el salón de los padres. Los periodistas tenemos la responsabilidad del contenido que publicamos, ya sea por el fondo en cuestión como por la forma. Igual de importantes son los mensajes que transmitimos desde los medios porque sabemos que crean opinión pública, tendencias y modelos de comportamiento como el modo de expresarlo.

¿Cuántos ‘solo’ continúan acentuados si hace más de cuatro años se estableció que no era necesario? La Real Academia Española de la Lengua (RAE) establece las normas a seguir atendiendo a los usos y costumbres de la sociedad. ¿Por qué atendemos a la recomendación de escribir ‘selfi’ para la adaptación de la denominación de autorretrato en inglés pero seguimos colocando la tilde a la letra ‘o’ cuando se sitúa entre cifras?

Respeto al lenguaje
La necesidad de respetar las normas del lenguaje van más allá de la ortografía. También tenemos que recordar la gramática y la diversidad de sinónimos y antónimos. Con la revolución digital en la comunicación los periodistas dejamos de ser los únicos que hemos de cuidar la lengua: los blogueros, ya vivan de sus portales digitales o no, y toda persona cuya capacidad comunicativa en las redes sociales es alta ha de ser consciente de su responsabilidad como comunicador.

De nada sirve quejarse de que las nuevas generaciones no saben elaborar oraciones derivadas si nosotros tampoco lo hacemos para que aprendan cuando nos leen. Las prisas dejan de ser excusas aceptables cuando la RAE se esfuerza en ofrecer herramientas de trabajo que faciliten la tarea como es la revisión abreviada de la ortografía o la nueva gramática básica de la lengua española. Libros de bolsillo aptos para todas las edades.

Por otro lado, la Fundación del Español Urgente –Fundéu BBVA– atiende dudas lingüísticas a través de Twitter con una capacidad de respuesta muy alta y su web es un lugar clave para aclarar incertidumbres. ¿Nos parece poco? Pues echemos un vistazo a Escribir en internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales y consigamos que el respeto a la lengua no se pierda entre tuit y tuit.

Gabinete de prensa

¿Cómo mide un gabinete de prensa la repercusión de su trabajo?

El gabinete de prensa creado o contratado por una empresa incluye, entre sus funciones destacadas, la labor de crear contenidos de calidad periodística en medios propios, difundirlos de manera segmentada entre los potenciales receptores interesados en las informaciones –medios de comunicación offline, online y blogs-, dinamizarlos en los canales adecuados –redes sociales- para alcanzar a la audiencia y, como guinda del proceso, evaluarlos, esto es, medir la repercusión final obtenida.

En la realización óptima de esa misión, la agencia de comunicación dispone de recursos internos (desarrollados ad hoc a partir de las API de las redes sociales o las herramientas de analítica que aparejan; como también de Google Analytics/Search/Trends, rankings web como Alexa y bases de datos optimizadas); y externos, para monitorizar el impacto y el retorno de la inversión del cliente que apuesta por proyectar contenidos de calidad informativa.

Del ámbito externo son numerosos los servicios que tradicionalmente facilitan a las agencias el seguimiento profesional del impacto en medios de comunicación que su estrategia repercute para el cliente (Audit Media, Acceso, Kantar…), así como las startups (Pirendo, Séntisis, Atribus, Launchmetrics, Audiense…) nacidas al albur de la necesidad de medir el impacto potencial de audiencia en las redes sociales, el engagement, el ROI, el sentimiento aparejado a los mensajes que hablan del cliente, el origen de una buena o mala opinión, así como el número de mensajes procedentes de los denominados influencers.

De la capacidad para optimizar los recursos disponibles, la inversión en éstos y la capacidad de la agencia para destinar el tiempo a equilibrar la capacidad de producción informativa de calidad con la de evaluar los progresos, el impacto y el retorno de la inversión del cliente, éste tendrá un input fundamental para saber diferenciar su elección en su apuesta por la comunicación de calidad.

Con todo, el cliente obtiene beneficios directos de todo el proceso cíclico emprendido por el gabinete de comunicación con motivo de la difusión de una campaña puntual o en la relación recurrente con los actores informativos que habrán de hacerse eco de las informaciones que genere: conocer el retorno de la inversión que realiza en comunicación, el valor publicitario estimado de los mensajes difundidos, el conocimiento tiene la audiencia de su firma o la capacidad para curar contenidos gracias a la escucha activa de los principales hitos de su sector y de los acometidos por la competencia.

Foto: Marga Ferrer