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El despegue de la publicidad en la mensajería instantánea

En los círculos del marketing digital se dice que 2020 va a ser el año de la mensajería instantánea. Si bien es cierto que su uso comercial se ha extendido, no ha terminado de despegar, sobre todo, por temas de privacidad. WhatsApp es el ejemplo más claro, una plataforma ideal para poder realizar acciones directas e individualizadas con los usuarios, pero mucha gente considera invasiva. Para ello, las empresas están preparando el lanzamiento de diversas opciones en las que se indique de forma transparente que se trata de publicidad.

La mensajería instantánea por excelencia va a desarrollar de forma exhaustiva en 2020 WhatsApp Business, una herramienta de pago a través de la cual las marcas podrán ofrecer un servicio personalizado de atención al cliente. Para ello, las marcas deben configurar y verificar su cuenta para que quede claro su rol. Así pues, la publicidad como tal llegará intercalada en los estados, primero en Estados Unidos, para después ir extendiéndose por el resto de los países.

Para poder crear y lanzar anuncios en WhatsApp hará falta hacerlo desde el Business Manager de Facebook, tal y como se está haciendo actualmente con la publicidad que se lanza en los Stories de Instagram. Además, aunque todavía no se ha asegurado al 100%, parece que si una persona le da “like” a una marca, esta podrá contactar de forma directa a través de la mensajería instantánea.

Desde que Facebook compró esta plataforma de mensajería instantánea ha tratado de buscar la forma de monetizarla, ya que cuenta con 1.500 millones de usuarios activos. Si bien WhatsApp nació con la intención de no incluir publicidad, su enorme potencial ha hecho que Mark Zuckerberg no pueda resistirse y, tras la marcha de sus fundadores, se ha encontrado con vía libre para hacerlo. Por tanto, va a comenzar copiando el modelo utilizado por los Stories de Instagram. Sin embargo, no se va a quedar ahí: los rumores apuntan a que Facebook está trabajando para que pueda haber anuncios entre las conversaciones, a modo de texto, algo que ha ocasionado un gran revuelo y que puede acabar con un trasvase de usuarios a otras mensajerías instantáneas como Telegram o Line.

Asimismo, en 2020 también podremos ver la integración de las mensajerías instantáneas de Instagram, Facebook Messenger y WhatsApp. De esta manera, estas tres herramientas estarán interconectadas, pudiendo recibir un mensaje en una y contestarla en otra.

En definitiva, el año que viene será el año de la mensajería instantánea y quedará reducido al círculo Facebook-Instagram-WhatsApp, las plataformas que aglutinan el mayor número de usuarios activos y en las que se puede microsegmentar el público objetivo. Por tanto, será una nueva oportunidad que las empresas no van a dejar escapar y a la que ya empiezan a adaptarse. Sin embargo ¿habrá una avalancha de quejas y abandonos de las personas que utilizan estas redes?

 

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“Es importante que haya unidades de datos en todas las redacciones”

El italiano Daniele Grasso (@danielegrasso) es experto en periodismo de datos, una tendencia creciente en nuestro país y que consiste en recopilar y analizar grandes cantidades de datos a través de software especializado para hacer más comprensible la información al público. Grasso ha trabajado como freelance para medios italianos desde España y en la actualidad colabora en el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y estructura la unidad de datos del periódico EL País.

¿Qué papel cumplen o deberían cumplir en la actualidad las redes sociales para el trabajo de los periodistas?

Deberían cumplir el papel del resto de herramientas de internet: ser fuente para verificar cosas y canal de comunicación hacia fuera. Tienen un papel de creación de marca personal, un canal fiable para los seguidores del periodista. Esto se ve últimamente con el funcionamiento en todo el mundo de las newsletter: la elección de un lector por un periodista del que se fían para que le hable de un tema determinado. Hay que cuidar las redes, pero sin obsesionarse.

¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de desarrollar periodismo de datos?

En general hay que tener en cuenta la necesidad de hacer buen periodismo, fiable, contrastado y contrastable por parte del lector también (con fuentes). Ya concretamente en el periodismo de datos, es algo cada vez más común, por lo que me empeño en quitarle el apellido de “datos”, ya que debe ser “periodismo” como tal. En sus inicios, en 2010, se hacía con menos recursos, pero hoy en día hay un mayor acceso a bases de datos más grandes y herramientas más potentes. Es importante no dejar de actualizarse y adentrarse más en este tipo de periodismo.

¿Cuáles son las claves para su uso por parte de los periodistas?

Uno de los aspectos fundamentales para que el periodismo de datos exista en las redacciones es darnos cuenta de que la audiencia cada vez nos exige más precisión, fiabilidad, rigor y trazabilidad de las fuentes. Es importante que haya unidades de datos y gente especializada en ello en todas las redacciones y que los periodistas tengan la mentalidad abierta para saber trabajar con perfiles nuevos. Incluso gente que no es periodista, pero que es especialista en alguna materia como son los datos.

¿Cómo valoras el panorama del periodismo en las grandes cabeceras italianas en comparación con España?

Lo que veo leyendo las grandes cabeceras italianas es que se han quedado bastante atrás en la apuesta por los datos. Incluso cuando intentan hacer gráficos atractivos se quedan en cosas que no funcionan bien en el móvil. Hay un intento interesante en La Repubblica: cada dos o tres días tratan un argumento con algo de profundidad desde el punto de vista de los datos. A mí no me apasiona y no creo que esté teniendo mucho éxito. Fuera de las grandes cabeceras sí hay varios freelance que trabajan mucho con datos, pero que colaboran con medios extranjeros.

¿Qué mensaje le darías a los jóvenes que hoy se forman como periodistas en las facultades?

Que tengan los pies en la tierra y no tengan como objetivo ser el nuevo Kapuściński, sino, más bien, saber ordenar, jerarquizar y explicar las cosas desde el conocimiento del periodismo de datos. Algo muy útil porque supone ofrecer ayuda y hechos sobre determinados argumentos de manera mucho más profunda, pulcra y analizada para no tener que tirar siempre de notas de prensa.

Por @casas_castro

Foto de Lorena Ruiz/El País

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“El prestigio es una carrera de fondo de la que nadie habla”

La periodista Reis Juan (@reisjuan) fue de las primeras profesionales en estar al pie del cañón para interponerse al cierre de la ya desaparecida Ràdio Televisió Valenciana (RTVV) en 2013. Una lucha reforzada por la unión de trabajadores que, en cierto modo, dio pie al nacimiento en 2017 de la actual autonómica À Punt Media.

¿Cuáles son las claves para comunicar delante de una cámara de manera clara, cercana y veraz?

En realidad, yo comunico delante de un micrófono desde hace más de 30 años, exceptuando el “lapsus” del cierre de RTVV. Mi gran pasión es la radio y en ella he trabajado todo este tiempo. Aun así, he estado delante de la cámara en programas como “La Vella Memòria” i “L’Esfera de la cultura”. He de reconocer que jamás me planteé hacer nada especial por el hecho de estar delante de la cámara. Siempre pensé que debía ser yo misma (todo lo “yo” que se puede ser delante de una cámara). Al principio del programa mis compañeros me “reñían” porque me movía mucho (este suele ser un problema típico de gente que venimos de la radio). Recuerdo un día grabando un reportaje para MildeNou cómo se reían de mi porque enrollaba el cable del micro delante de la cámara: en radio lo hacemos para proteger la conexión del micrófono, cosa que los compañeros de televisión no hacían jamás. En cuanto a la veracidad, es cuestión de no querer engañar al espectador, de poner verdad en aquello que haces. La gente del teatro lo tiene muy claro: después de saberte el papel y de tener claros los movimientos, hay que ponerle al personaje verdad, víscera. Algo similar pasa con la cámara: debes poner verdad en aquello que haces, ser honesta con quien mira el programa. Y la cercanía la suele dar la ausencia de artificio, cosa complicada hoy en día. Echo de menos gente que sea “normal” delante de la cámara. Parece que solo aquellos personajes graciosos, alocados y pueden comunicar. Creo que nos estamos alejando mucho de la cercanía, que es un elemento fundamental para conectar con la audiencia. Me gustan compañeras como Carolina Ferré o Enric Navarro, en À Punt, o Pere Estupinyà, el “cazador de cerebros”, por ejemplo.

¿Cómo viviste el cierre de RTVV?

El cierre lo viví muy mal, como todo el mundo en el Pais Valencià, supongo. Aquella noche, cuando vi el decreto de cierre que acababa de firmar el ocupante de la Generalitat, Alberto Fabra, y leí que se ejecutaría en 24 horas me monté en el coche camino a la radio. La radio ya no sonaba. Envié a casi toda mi lista de contactos un mensaje que decía “La ràdio ja no sona, van per la tele. Tots a Burjassot” (“la radio ya no suena, van a por la tele. Todos a Burjassot”). Me fui a Burjassot pensando que podíamos evitar el cierre. No me querían dejar entrar porque, a pesar de estar en plantilla, no tenía permiso de la dirección para entrar. Salté el torno de entrada con un compañero y corrí mientras nos seguían los de seguridad. Una vez dentro intenté ayudar pasando teléfonos a la gente que llevaba el programa, haciendo tuits contando lo que pasaba. Lo peor de aquella noche fue ver la entrada militar de la policía y, enfrente, al compañero Vicent Mifsud, en aquel momento presidente del Comité, sin perder los papeles en ningún momento. Las siguientes 24 horas posteriores las recuerdo como si estuviera drogada. De hecho, llevaba algún Valium en el cuerpo. Y una mezcla de sentimientos difíciles de describir cuando vi a tanta gente que salía a la manifestación. Recuerdo que pensaba “¿dónde estabais cuando luchábamos hace años, cuando recogíamos firmas contra la privatización, etc.”. Aquella tarde quería desaparecer del mapa.

¿Fue la unión de compañeros esencial para tratar de hacer justicia y para la ‘construcción’ de À Punt?

Está claro que cada uno por nuestra cuenta hubiéramos conseguido menos, aunque me costaría definir “menos” en este caso. Visto en perspectiva todo tiene menos épica de la que parece que tuvo. Quienes realmente se batieron el cobre, con todas sus desavenencias lícitas, fueron los compañeros del Comité de Empresa. Sin ellos nos hubiéramos ido a casa con una mano delante y otra detrás, tal como pretendía la derecha y muchos “enfants terribles” de la izquierda. Y seguramente hoy no tendríamos À Punt en marcha, un medio que, a pesar de la pésima ley promulgada por el Botànic, que la obliga a ser privada, excepto los informativos, vuelve a vertebrar el país. De lo que sí nos protegió aquella “unión” fue de las calumnias de compañeras y compañeros de profesión y de la clase política que en teoría iba a defendernos y a rescatarnos. Hubo quien pagó un precio muy elevado a nivel de salud, pero como colectivo pudimos sobrevivir, con todos los matices que tiene. Algún día me gustaría hablar de todo aquello serenamente, pero tendrá que pasar mucho tiempo. Aquella unión, aquel colectivo, por ejemplo, impulsó la creación de la MESAV, la Mesa de l’Audiovisual Valencià, impulsora de la nueva À Punt. En cierto modo, allanamos el camino para que no se perdiera todo, a pesar de que aún hoy hay gente a la que le parece que tenemos trato de favor. En fin…

¿Crees que espacios de medio ambiente o de cultura tienen suficiente presencia en las televisiones nacionales? ¿Son importantes para aportar algo más que entretenimiento e información al espectador? 

Parece que el medio ambiente es un valor al alza. La clase política habla de medio ambiente (pocas veces con acierto) y los medios reflejan ese interés creciente. Sin ir más lejos À Punt tiene los programas Samarucdigital i Terra Viva, por ejemplo, e imagino que irán en aumento. A la cultura le pasa todo lo contrario, cada día interesa menos. Me parece muy interesante que la radio de À Punt ponga en antena el programa cultural Gravetat zero con Maria Josep Poquet. Es imprescindible que los medios dediquen horas a la cultura. Siempre he dicho que el Pais Valencià da para hacer un programa diario de cultura y divulgación científica. Pero ni la cultura ni la ciencia interesa a la gente porque no interesa a sus dirigentes. Buena prueba de ello son las políticas culturales y científicas. Es increíble que en un país con tanto creador y tanto equipo investigador de calidad no se puedan llevar a cabo políticas que premien el talento. Los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la divulgación de la cultura y la ciencia, por eso soy tan crítica cuando leo crónicas que hablan de la baja audiencia de À Punt. A un medio público no se le debe juzgar por la audiencia sino por el nivel de servicio público que desempeña y, en nuestro caso, la ley lo pone difícil.

¿Qué importancia tienen los medios locales y autonómicos para el ciudadano? ¿Qué le aportan en su día a día a nivel informativo?

Tienen mucha importancia, aunque no lo queramos. Vertebran para bien o para mal. Los programas “top” como Assumptes interns crean lenguaje y fomentan gustos y comportamientos. Personajes como Eugeni Alemany hacen tanto por la lengua y la vertebración como la asignatura de Valencià en el instituto.

¿Qué mensaje le transmitirías a los estudiantes de Periodismo? ¿Hay futuro en la profesión para ellos?

Depende de lo que se entienda por futuro. Siempre hay futuro. Siempre existirá la necesidad de tener información y entretenimiento. Pueden cambiar los medios, los soportes, pero el hecho informativo y comunicativo siempre será el mismo. Tenemos necesidad de saber y los medios, sean los que sean, nos ofrecen esa posibilidad. Es un error querer descubrir la pólvora en este sentido porque ya está descubierta. El camino no está en inventar nuevos formatos, nuevas apps, nuevos soportes. Probablemente el secreto esté en ir al origen, es decir, ofrecer verdad. Que la gente se pueda identificar con aquello que le ofrece el medio y con la persona que le acerca el producto audiovisual. Esto, aunque parezca sencillo, es difícil de encontrar. Aquellos jóvenes que ven el futuro como la carrera al éxito supongo que tendrán menos futuro. Sobre todo, porque el éxito es efímero, poco consistente. A la gente joven que conozco siempre le digo que debe elegir entre éxito o fama y prestigio. Son carreras muy diferentes: el éxito es relativamente fácil de conseguir, depende de qué estés dispuesta a hacer. El prestigio es una carrera de fondo y de la que nadie habla. Si me dieran a elegir yo elegiría la segunda sin duda.

Por @casas_castro

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El feed horizontal de Instagram y el motín 2.0

El feed horizontal de Instagram lleva tiempo anunciándose. Parece que nunca llega pero cualquier día nos podemos topar con el cambio sin previo aviso, al igual que la red social hizo a finales del año pasado. En aquel momento, a los usuario elegidos les entró el pánico y se amotinaron (en modo 2.0, por supuesto). Y, aunque Instagram decidió parar las máquina para que el feed horizontal no acabara haciéndose efectivo, la amenaza se cierne sobre cada perfil.

Esta nueva forma de desplazarse por la red social, semejante a como se ven los Stories, implica diversos cambios que hay que conocer y a los que se debe estar preparado. La verticalidad forma parte de la idiosincrasia del feed de Instagram desde que nació, si bien es cierto que los nuevos formatos cobran cada vez más espacio y, por tanto, ayudan a explorar otras posibilidades.

Si mañana se implantara de forma general el feed horizontal de Instagram, una de las dudas más extendidas es qué sucederá con aquellos perfiles con un mosaico coherente, con colores y temáticas perfectamente diseñadas. Pues no pasará nada. De un solo vistazo, este trabajo se permanecerá impertérrito. Sin embargo, las imágenes deben respetar las medidas cuadradas originales 1:1. Es decir, la moda de los marcos blancos que circundan las fotografías y crean distintos tamaños tienen los días contados. Instagram va a incluir, precisamente, un marco blanco en aquellas publicaciones con otras dimensiones para homogeneizar la parrilla.

Uno de los puntos que más potenciará el feed horizontal de Instagram son los comentarios, muy en línea con lo que se está trabajando en Facebook. Esto se debe a que las interacciones cobran protagonismo por la inercia del desplazamiento, que deja más espacio en cada imagen. Y aquí los perfiles de empresa tienen mucho que hacer.

Como el consumo de contenidos se asemeja al de los Stories, la gente va a comenzar a ver una publicación tras otra. ¿Generará mayor tiempo de permanencia en la red? Posiblemente sí, ya que se puede trasladar el éxito del formato que Instagram plagió a Snapchat. Y esto implica que se incremente el número de visualizaciones de los anuncios. Si en los Stories te los puedes saltar, en el feed horizontal de Instagram parece que va a estar complicado. ¿Será este el fin del cambio que se avecina? Lo averiguaremos cuando se haga realmente efectivo –si antes no hay otro motín 2.0-.

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Tik Tok ¿la app que desbancará a Instagram?

Si tienes más de 30 años, puede que no te suene esta red social que está siendo número uno de descargas en los dispositivos móviles: Tik Tok. Se trata de una red social ‘made in China’ a la que muchos auguran como la próxima que va a desbancar a Instagram. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque ha llevado más allá el uso de los Stories, ese formato que creó Snapchat e Instagram lo plagió hasta llevarlo al éxito más absoluto.

Tik Tok ha hecho suyos los Stories, mejorando el formato con vídeos de 15 segundos, verticales y a través de los cuales el usuario puede ir moviéndose por las cuentas haciendo scroll. Incluye filtros, canciones de moda y todo lo necesario para viralizar contenidos audiovisuales originales y con los que se puede utilizar toda la imaginación posible. De hecho, la música es su base, ya que es heredera de la plataforma Musical.ly. Seguro que, sin darte cuenta, has visualizado alguno sin darte cuenta en alguna red social como Facebook o Twitter. Por ello, Tik Tok está robando a las generaciones más jóvenes a Instagram -porque la red de Mark Zuckeberg ya está catalogada como ‘viejuna’ y en la de microbloggin quedan políticos, periodistas y trolls.

A finales del año pasado, Tik Tok ya contaba con 500 millones de usuarios: China ha dado el pistoletazo de salida a la conquista del mundo a través de sus redes sociales. Y ha empezado con los más jóvenes. No obstante, cabe recordar que la empresa fue multada por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos por violar la privacidad de los menores con una multa de 5,7 millones de dólares. La aplicación aterrizó en EE.UU. en 2017 y está siendo una amenaza para las grandes redes sociales nacidas allí. La generación Z ha aceptado como suya Tik Tok para expresarse, para mostrar sus idea, su espontaneidad y su visión e, incluso, para dejar de ver a los perfectos influencers que copan Instagram.

Tik Tok es ágil y se encuentra en consonancia con el tipo de contenido que consumen las nuevas generaciones basado en memes, humor, creación sin límites a través de llamativos efectos especiales, y todo ello muy visual. Si bien es cierto que integra funciones de Instagram, como el envío de mensajes o el sistema de seguidores y seguidos, la aplicación rápidamente muestra cuáles son los vídeos más populares y, a partir de ahí, comienza a realizar recomendaciones en función de gustos e intereses. Así pues, aunque no se tenga seguidores o no se siga a nadie, Tik Tok trata de encontrar las publicaciones perfectas para cada usuario.

Parece que Tik Tok va a ser la próximo red social masiva, ¿adelantará a Instagram en su empeño?

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“Se puede hacer periodismo en las redes sociales”

Como jefa de Contenidos Digitales de la televisión autonómica valenciana À Punt, la periodista Anna Peña i Aso (@valencianna) pone en práctica una de sus máximas como profesional a la hora de hacer uso de las redes sociales: que esa utilización sea crítica y ética para que abra la puerta a enriquecer mucho más las historias que creamos y que consultamos con nuevas perspectivas, pero siendo conscientes de sus riesgos. Nos lo cuenta.

¿Cuándo se despertó en ti la chispa de la comunicación? ¿Fue antes de entrar en la universidad?

Sí. De hecho, todavía hacía la ESO. Siempre me ha gustado escribir y analizar las cosas que pasan. Creo que hay diferentes concepciones del periodismo: como una vocación, como un oficio o como un trabajo. Todavía conservo esa visión más vocacional (y puede ser, ingenua) de que el periodismo sirve para incidir en la realidad que te envuelve.

¿Son las redes sociales una buena herramienta para que los usuarios se informen debidamente? ¿Cómo no caer en la trampa de la desinformación?

Las herramientas no son buenas o malas por el hecho de serlo: todo depende del uso que se hace de ellas. Creo que hay mucho trabajo pendiente en cuanto a la pedagogía y la divulgación sobre la tecnología y cómo usarla éticamente. También en cuanto a las redes sociales. Siempre que ha habido cambios tecnológicos han venido acompañados de vaticinios sobre el fin de la tecnología anterior o bien tentaciones de poner por delante todos los peligros que comporta. Las redes sociales han venido para quedarse, pero es importante que se usen de manera crítica y ética y teniendo en cuenta que detrás hay grandes corporaciones y que la moneda de pago (de momento) son los datos personales y la propia privacidad. Hemos interiorizado dentro de nuestras rutinas diarias el uso de las redes sociales y consultamos nuestros dispositivos móviles decenas a veces cada día. Esto nos abre muchísimas posibilidades a la hora de conocer (y explicar) nuevas realidades y con una velocidad que hasta ahora no habíamos visto. Este papel bidireccional de consumo de información, pero al mismo tiempo de producción de esta, abre la puerta a enriquecer mucho más las historias con nuevas perspectivas. Aunque también tiene riesgos. Por un lado, la velocidad a la que circula la información facilita la propagación de fake news de diferentes tipos: desde datos imprecisos, carencia de información contextual, uso de una información para transmitir un problema o debate interesado o directamente información falsa y fabricada expresamente. Todas estas cosas se pueden detectar con herramientas de verificación y recurriendo a fuentes confiables. Hay otro aspecto un poco más complejo. Como seres humanos que somos, nos creamos entornos de confianza en los que nos sentimos más cómodos. Por lo tanto, también tendemos a seguir en las redes sociales aquellas cuentas que tienen una visión del mundo que nos resulta cómoda y compatible con la nuestra. Esto genera “burbujas de sesgo” que polarizan posiciones y que es importante romper para contraponer puntos de vista. Seguro que si ahora comparamos nuestros timelines de Twitter habrá dos realidades paralelas que los dos podemos creer que son la correcta. Y no es así.

¿Cuáles son las claves principales para realizar una campaña de redes sociales para una empresa de manera efectiva y atractiva?

Para mí el pilar básico es encontrar tu propio código. Cada marca (independientemente de que sea una empresa, una institución, un medio, una entidad, etc.) tiene que encontrar un espacio de comunicación donde se la pueda reconocer entre todo el ruido que hay en las redes sociales. Y aquí intervienen diferentes factores: el cuidado en los contenidos, el diseño gráfico y visual, un relato, los formatos utilizados, etc. Como en cualquier estrategia de comunicación es imprescindible ser muy flexible en los formatos y tener capacidad de adaptación. Primero era el texto, después la imagen fija, el video, los stories. Ahora los GIFS y los stickers y posiblemente después vengan experiencias más inmersivas y de personalización de contenidos. Con todo este cajón de posibilidades hay que difundir cada mensaje en el apoyo y en la red social que más le convenga para potenciar la interacción con las audiencias y que se puedan reconocer en aquello que comunicas. Después hay los clásicos: la constancia, la planificación (porque incluso el acto comunicativo más espontáneo requiere una conceptualización previa) y para mí una cosa capital: la corrección lingüística.

¿Es importante que los medios tradicionales estén presentes en redes sociales? ¿De qué manera?

Creo que es imprescindible. De hecho, creo que los medios de comunicación ya no son “tradicionales”. De una manera o de otra son plataformas de comunicación con diferentes ventanas de emisión: diario de papel y web, radios con web, apps y servicios de podcasting o, el caso de À Punt, televisión, radio, web y redes sociales con contenidos que transitan a través de todas las ventanas. Las combinaciones son infinitas. Es muy importante estar presentes no únicamente desde el punto de vista empresarial de monetización y creación de audiencias, que obviamente son clave. Es importante también para ofrecer fuentes próximas y confiables a la ciudadanía en esas “burbujas” de las que hablábamos antes y también porque las mejores historias llegan a la ciudadanía en los formatos que les son más naturales de consumir y en los cuales se pueden reconocer más cómodamente. Creo que se puede hacer periodismo en las redes sociales y que no tienen que ser un contenido subsidiario de otra ventana. Complementario, en todo caso.

¿Qué mensaje le transmitirías a los estudiantes de Periodismo? ¿Hay futuro en la profesión para ellos?

Volvemos a los conceptos de vocación, oficio y trabajo. Creo que es una vocación o un oficio precioso, pero es indudable que el periodismo pasa por un estadio de transformación profunda y por un contexto de precariedad en las condiciones en las que se ejerce, tanto por las condiciones de trabajo como por la buena salud de la libertad de expresión. Creo que hay futuro porque se comunica más que nunca, pero también cada vez menos desde los medios “tradicionales”. Es básico generar proyectos alentadores y novedosos porque no sabemos qué viene después, así que una cosa imprescindible para un buen oficio es no perder la curiosidad.

Por @casas_castro

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La publicidad de Instagram me persigue

¡SOS! Hace meses que la publicidad de Instagram me sigue a todos lados. Concretamente, anuncios de zapatos inundan mi muro. Cada tres imágenes de amigos y conocidos, me aparece tal o cual marca en cuya segmentación he caído. También aparece algún que otro negocio que, a la hora de definir su público objetivo, el algoritmo (sí, esa palabra de la que muchos hablan, pero pocos saben) ha decidido que yo era parte del target.

¿A qué se debe que en mi Instagram aparezca publicidad de una marca tras otra de zapatos? En este caso porque a principios de verano me saltó un anuncio con unas sandalias preciosas. No pude resistirme a ver cuál era el precio y cliqué para visitar la web. No acabé realizando la conversión, es decir, la compra, por lo que me quedé en la zona de “atracción” según el llamado funnel de ventas en marketing digital. Personalmente, me echó atrás su coste, la verdad.

Esta interacción, por inocente que parezca, es la que motiva que el algoritmo (sí, volvemos a ello) deduzca que estos productos me interesan y me incluye dentro de las motivaciones que se pueden realizar cuando se segmenta el público objetivo en la confección de un anuncio. Por ejemplo: intereses relacionados con la moda. Como el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, esa misma semana me topé con otra publicidad en Instagram de unas sandalias maravillosas. Accedí al perfil de la red social para conocer más sobre la marca. Y, zas, el algoritmo (otra vez…) me ha capturado. Dos meses ya.

Cuando se realiza una campaña de publicidad en Instagram o Facebook uno de los factores que se tiene en cuenta a la hora de dirigir un anuncio es la interacción que esa persona realiza. Puede ser a través de un “like”, un comentario o haciendo clic en el enlace. Estas plataformas entienden que te ha cautivado dicha publicación y que conecta con tus intereses, por lo que te muestran marcas o productos similares. Y a esto no podemos escapar porque el algoritmo (siempre él…) está constituido para que vigile nuestros pasos y ayude así a la optimización comercial de las empresas.

Esta forma de actuar de las redes sociales no sería negativa si no bombardearan continuamente con este tipo de anuncios. De hecho, a mí me ha ayudado a conocer marcas, sobre todo, pequeñas, que no tienen otra forma de llegar a sus públicos, y cuyos productos me han fascinado por calidad y precio. Si bien es cierto que Facebook cuenta con una opción para indicar que un anuncio no se muestre más de una vez a la semana, cuando se pone en marcha una campaña con el objetivo de interacciones suele aparecer a la gente una media de dos. Es decir, una persona ha llevado a cabo alguna acción con un anuncio, por lo que esta expuesta a que se le muestren más de esa misma marca.

Mientras la publicidad en redes sociales se va optimizando para hacer llegar el mensaje preciso a su correspondiente consumidor –se personaliza cada vez más-, nos vamos a encontrar con este tipo de situaciones. A veces molestan y otras ayudan en la búsqueda de un producto o servicio, por lo que todo el trabajo de nuestro amigo el algoritmo no se hace en vano. Mientras, seguiré viendo más zapatos.

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“Soy hijo de la televisión que me parió a mí y a toda una generación”

Después de pasar por televisiones autonómicas y nacionales como reportero y redactor, el periodista Joan López (@joan_lopez) vive en la actualidad un buen momento como presentador del magazine de las tardes de la valenciana À Punt, À Punt Directe, junto a Carolina Ferre, a la que considera su maestra televisiva. Esfuerzo y dedicación de años por su parte que han dado sus frutos, sin perder de vista, como él mismo aconseja a los jóvenes estudiantes, que la pequeña pantalla es solo un medio y que el periodismo tiene otras muchas ventanas que puede y debe abrir.

¿Cuándo comenzaste a interesarte por el mundo del periodismo y de la televisión? ¿Hubo algún momento antes de la Universidad que hizo saltar esa chispa?

Nací el año en el que se iniciaron las emisiones regulares por las mañanas. De algún modo soy hijo de la televisión que me parió a mí y a toda una generación. Crecí los viernes con Sensación de Vivir, el Juego de la Oca, etc. Recuerdo ver a Joan Monleón y su catártica paella rusa. Los jueves tocaba Médico de familia o Farmacia de guardia. Mis padres fueron padres muy jóvenes y cuando entró la primera SONY en casa mi padre pasaba las horas grabándonos a mi hermana y a mí y editando los vídeos con rótulos y créditos. Creo que verme en la tele de casa ha sido algo muy familiar. También vengo del mundo teatral y eso allana el camino. Siempre me ha gustado contar cosas y que me escuchen. Soy un juglar perdido en el tiempo que está encontrando su espacio. En la carrera fui becario como jefe de Política en el periódico de la universidad. Hasta que un día un profesor viéndome imitar a un presidente de la Diputación me dijo: “tú tienes que hacer tele”.

¿Cuáles son las claves para realizar un directo en un magazine delante de una cámara de manera clara, cercana y veraz?

En la tele no se puede mentir y menos ahora que emitimos en HD; se ve la trampa enseguida. Por eso la clave para encontrar la cercanía es la preparación, todo el trabajo de redacción que no se ve. Escribir parte de mi propio guion me ayuda mucho. Escribo como hablo.

¿Cómo está siendo tu experiencia dentro de la autonómica À Punt? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y qué ofrece al espectador frente a la desaparecida Canal 9?

À Punt me ha brindado un salto cualitativo en mi carrera. Es la gran oportunidad. Había sido reportero en la antigua Canal 9 y redactor en varios programas, he hecho cuatro ediciones de Supervivientes en Honduras, etc. Pero ahora, de momento, presento. Si algo he aprendido en esta profesión es que todo es circunstancial. Yo salgo todos los días a ganarme el cariño del espectador, que es lo que necesita À Punt: mucho cariño en tiempos convulsos de mucho ruido.

¿Son las redes sociales un medio relevante hoy en día para acercar la información al público o para interactuar con posibles fuentes? ¿En qué no hay que caer a través de ellas?

Las redes sociales son una herramienta fundamental para el trabajo de redacción: nos conecta fácilmente con entidades, colectivos, protagonistas anónimos y empresas. Gracias a las redes generamos contenido, pero hay que saber separar el trigo de la paja: Facebook invita a opinar de forma reflexiva, pausada y se pueden compartir piezas audiovisuales cortas como reportajes. Instagram es el gran escaparate donde se hace imagen de marca, corporativa y personal. Y después está Twitter, que solo sirve para consultar fuentes oficiales como policía o 112 en incendios, avisos y comunicados, o para generar mucho ruido a través del eructo del tuit con pseudónimo, que me interesa muy poco.

¿Qué mensaje le darías a los jóvenes estudiantes de Periodismo que sueñan con vivir de nuestra profesión y trabajar en televisión?

Para vivir del periodismo hay que ser el mejor y para ser un buen periodista primero hay que ser una gran persona. No se puede separar una cosa de la otra. He tenido una gran maestra de la naturalidad a mi lado, Carolina Ferre, y la humanidad ha sido la asignatura de la que jamás me examinaron y, sin embargo, todos los medios en los que he estado me la han exigido. Hay que tener una curiosidad insaciable, una educación exquisita, sentido del humor, formación actoral, disciplina deportiva, constancia, mucha paciencia y perseverancia. Y nunca jamás olvidar que la tele no es más que un medio. Y que el periodismo tiene otras muchas ventanas que puede y debe abrir.

Por @casas_castro
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“Las redes sociales son el escaparate de moda más fuerte de la historia”

El periodismo de moda es uno de los sectores informativos más consumidos de nuestro país y las redes sociales se han convertido en su mejor escaparate de difusión a través del trabajo de influencers de tendencias. Ello lo sabe muy bien la periodista Estefanía García (@estefaniac2t), que actualmente es subdirectora de la Escuela Superior de Marketing y Moda Idacem y creadora de la firma de moda once Madrid.

¿Cuáles son las claves para realizar periodismo sobre moda de manera clara, cercana y veraz?

Mantener siempre la independencia de criterios por encima de las corrientes de moda (tendencias).  Hay que ser consecuente con tu gusto personal de la misma forma que hay que ampliar tus miras para ser permeable al talento al margen del sesgo que nos genera nuestro propio sesgo estético. Es decir, a mi puede que no me guste OFF-WHITE (marca de moda italiana), pero sé lo que representa, lo que significa y el papel que juega en la moda contemporánea. Lo valoro y lo tengo en cuenta.

¿Qué mensaje principal es el que os gusta transmitir a vuestros estudiantes de Idacem a la hora de trabajar la moda como sujeto ‘marketiniano’?

Sobre todo, la idea de la que la moda es, por encima de todo, un negocio, que a veces se olvida al amparo de lo artístico o lo creativo. Y que como negocio requiere que los números no solamente salgan, si no que todo se dirige a maximizar las ventas. De hecho, una de las bases del marketing, renovar constantemente el producto, es probablemente una de las características más descriptivas de la moda. Por eso surgen las tendencias y por eso en moda se dice que “todo vuelve”. Aunque lo que no se cuenta es que lo hace con carácter “renovado”, gracias al ejercicio de marketing que hay detrás tenemos la sensación de que aquello que compramos es novedoso y, de hecho, por eso lo compramos). Por ejemplo, las hombreras de los años 40 no son las de los 80 y las de los 80 tampoco son las que rescató en su momento Christophe Decarnin para el relanzamiento de BALMAIN.

¿Qué han supuesto redes sociales como Instagram para el mundo de la moda y para la llegada de nuevos perfiles que influyen en el público de manera tan cercana con sus fotografías? ¿Son un buen escaparate para la moda?

Las redes sociales no es que sean un buen escaparate de la moda, es que son indudablemente el escaparate de moda más fuerte de la historia, gracias a elementos como la proximidad y la inmediatez, además de por su valor aspiracional y su talante estético.

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Cómo conseguir engagement en Instagram y no morir en el intento

El engagement es fundamental en una red social, y si hablamos de Instagram aún más. Atraer a la gente para que, de forma natural, interactúen con una cuenta de empresa se ha convertido en el principal objetivo de muchas marcas. Sin embargo, existen unos “duendecillos” llamados algoritmos, que tanto se ha oído hablar de ellos y cuyas reglas numéricas hacen que las publicas aparezcan con mayor o menor frecuencia.

El engagement en Instagram se ve amenazado siempre que hay un cambio de algoritmos, de esas instrucciones que diseñan los programadores, y que acaban afectando de lleno a las cuentas de empresa. Los motivos son bien sencillos: hay que pasar por caja; sobre todo, desde que Facebook compró Instagram y se cercioró del amplísimo potencial de esta red social de imágenes.

De todas formas, existen algunos consejos para poder conseguir engagement en Instagram, crear comunidad e, incluso, poder fidelizar a los seguidores.

  • Contenido de calidad. Parece obvio y se ha repetido hasta la saciedad, pero las imágenes que se comparten en esta red social deben de tener muy buena calidad. No significa que no se pixele, sino que hay que trabajar las fotografías: que se hayan realizado expresamente, que se editen para incrementar la luz o potenciar aquello que interese, que sean únicas, etc. Hay que evitar por todos los medios utilizar bancos de imágenes, ya que desprestigian una marca, sobre todo, si se trata de un ecommerce que cuenta con productos propios.
  • Trabaja un feed coherente. Mucha gente no se queda solo con la primera imagen que se publica, sino que entra en el perfil de la marca. Lo primero que ve es el feed, siendo este la puerta de entrada a generar engagement. Para ello, se debe trabajar un panel coherente, con temáticas relacionadas con colores, productos, mensajes, etc. De hecho, los feed se suelen completar en filas de tres imágenes con una estética parecida, se rodea a la imagen de un cuadro blanco o se trocean en varias partes para que se aprecien más mayores en el propio panel. Otra táctica empleada radica en utilizar siempre un filtro, normalmente, claro
  • El vídeo sigue siendo el rey. Aunque Instagram no lo asegura, el vídeo se posiciona mucho mejor que una imagen y, por tanto, su poder de engagement es mucho mayor. Este formato se ha potenciado con los Stories y con IGTV; de hecho, este último va a comenzara a aparecer en los muros de la gente, de manera que ayudará a atraer a los creadores de contenido audiovisual hasta ahora aglutinados principalmente en Youtube.
  • ¿Stories o publicación? ¿Y por qué no ambas? Un formato no descarta al otro, sino que se complementan. Incluso se pueden comunicar dos cosas distintas, crear una narrativa transmedia o, incluso, puede ser un mismo mensaje que se quiera reforzar.
  • No se pueden olvidar los hashtags –que hay quien recomienda ordenarlos de forma alfabética – para lograr más engagement en Instagram; utilizar textos cortos pero con originalidad, “chispa” y cercanía; emplear emoticonos; y, en definitiva, compartir contenido que aporte algo a la audiencia. De esta manera, cuanto más interactúe la gente con una publicación o cuenta, más aparecerá en su perfil. En este sentido, Instagram funciona de manera muy similar a Facebook, por lo que cuantas más personas den un like o realicen un comentario surgirá con una probabilidad mayor en los muros del público que nos interesa.

    Foto: Instagram de @symmetribreakfast