Eugenio Viñas es uno de los periodistas pioneros en estrategia Social Media. Allá por el 2009 comenzó con un grupo de amigos informáticos desarrollando una red de blogs con contenidos periodísticos basada en el posicionamiento SEO en un momento muy diferente al actual. En cuestión de horas, gracias a su estrategia digital, conseguían posicionarlos mejor que los grandes medios de comunicación, que no atendían esta cuestión. El éxito de esa red de blogs llevó a Valencia Plaza a contactar con él, por Twitter, y ficharlo para su redacción como responsable de Cultura, así como de su posicionamiento online en buscadores (SEO) y Social Media Manager desde 2011. Hablamos con él sobre la profesión, el paradigma actual y los retos a los que se enfrenta el periodismo.
Cada vez proliferan más medios digitales que no dependen de un medio tradicional, ¿por qué crees que se está dando este fenómeno?
Se basa en la estructura económica. Hablando de negocio puramente, es un negocio que siempre ha estado sujeto a leyes de origen industrial y su acceso al mercado ha sido siempre limitado. Esto ha propiciado que Internet haga con el periodismo lo mismo que hace con otros frentes, desmontar todo y romper mercado abriéndolo a operadores infinitos. Por eso, es normal que actualmente haya mucha gente capacitada para hacer este oficio, pues se están haciendo mejores contenidos que nunca, pensados para un eje digital.
¿Qué parámetros crees que condicionarán el futuro de los medios digitales?
La movilidad tecnológica. Hace 10 años Myspace era una multinacional gigante, la primera red social de calado internacional que generaba unos tráficos económicos impresionantes y, a día de hoy, está absolutamente desaparecida. Digo esto porque hay que entender que vivimos en un estadio de movilidad tecnológica muy distinto al vivido por nuestros compañeros. Pero más importante que esto es saber que si algo genera visitas y tráfico es el contenido de calidad y para generarlo, yo que soy un absoluto enamorado del oficio, considero que se consigue con investigación, recursos y mucho amor propio por la profesión, porque el periodismo está por encima de todo. Y si queremos generar audiencia lo más importante es que hagamos buenas noticias, que estén bien elaboradas, contadas, que sean verdaderamente influyentes, por supuesto que estén contrastadas, y que tengan el mayor número de recursos técnicos y humanos para conseguirlo.
¿Dista mucho la calidad de un medio actual digital de la de uno tradicional?
Los grandes medios cada vez tienen más peso en Internet. Están convencidos moralmente de que su camino pasa por ahí en 2016. Les ha costado unos 15 años aceptarlo pero saben que su posición de marca sirve para ello. Me sorprende que los medios tradicionales cada vez tengan más peso, porque ellos son los primeros que han denigrado sus marcas a través de las redes sociales y sus contenidos. No existe ningún medio tradicional de referencia de los años 90 que no se haya abandonado o abrazado la basura de publicar noticias irrelevantes, sin contrastar o exentas de interés periodístico. Es muy curioso como los medios digitales son mucho más respetuosos con su imagen, por ejemplo, grandes medios a nivel nacional como El Confidencial o Vozpópuli cuidan mucho su marca, pese a que tienen que generar mucho tejido de audiencia para mantener las monumentales redacciones que tienen. No obstante esto, las grandes cabeceras todavía tienen un gran peso en internet y siguen siendo prescriptoras de marca.
Existe la convicción de que Internet es un medio donde sólo tiene cabida la noticia, y no el periodismo de análisis o interpretativo.
Por supuesto que sí tiene cabida y sobre todo aunque no lo parezca, medios como los citados anteriormente o Valencia Plaza, asumen que una parte de su recorrido económico es invertir en convencer a la gente de que se puede hacer periodismo de calidad diariamente en un formato digital y de que el canal no tiene nada que ver con el resultado. Pero, ¿está calando en la sociedad que un periodista digital ofrezca contenido de calidad, siendo gratis o con una cuota de pago, cuando todavía no ha salido en la calle? Yo creo que se está demostrando que sí, porque somos capaces de generar calidad. De hecho, poco a poco se está rompiendo la percepción o la idea que se tenía de que un medio de comunicación online es sinónimo de fusilar la noticia, ser un repositorio de agencias, etc.
Se dice que con el periodismo ciudadano la profesión ha quedado relegada a un segundo plano, ¿qué opinas?
Yo no creo en el periodismo ciudadano, porque considero que si una persona graba un vídeo y lo cuelga, lo que ha hecho es un vídeo. Aunque su valor periodístico será muy alto seguramente, porque nos ayuda a visualizar algo que ha sucedido en una sociedad evidentemente audiovisual, no es periodismo.
¿Qué puede aportar el periodismo en la red que no pueda hacer un medio tradicional?
El periodismo en la red es mucho más enriquecedor o de mayor impacto a la hora de transmitir noticias porque podemos aportar gráficos, interactivos, música, vídeos, podcast, interacción social, ampliación de fuentes a partir de una primera noticia que se va enriqueciendo con testimonios posteriores, hasta videojuegos. Con lo cual es un lugar mucho más interesante y desarrollado, siempre que haya recursos para aprovecharlo, que el medio de comunicación tradicional que obviamente es unidireccional.
Ahondando más en la profesión periodística, ¿cómo explicarías la evolución entre un periodista tradicional y uno digital?
La profesión periodística en España sigue siendo muy romántica por la gente que de verdad tiene vocación por su oficio. Aunque tenemos pocos referentes de la cultura popular como puede ser el caso del año pasado de la película Spotlight, donde alguien cuenta de manera fácil a la gente, más o menos, lo que sería un trabajo de investigación, la dedicación y el esfuerzo que supone sacar una historia adelante. En este sentido, creo que el periodista de antes y el de ahora tiene los mismos valores: mucha inquietud, supeditar su vida personal a la profesional porque sabe que no va a tener suficientes historias sin llevarse por delante una parte muy considerable de su vida, porque este oficio supone mucha dedicación y esfuerzo. Pero para mí ha sido muy emocionante ver cómo profesionales del ámbito tradicional se han ido adaptando a las nuevas formas. Han aceptado que reciclarse no es un mantra, sino una obligación, porque tienen que estar constantemente activos en el cambio de ritmos y en la lectura de otro tipo de contenidos, al igual que en el uso de otros canales. A partir de ahí, en esencia, creo que lo que seguimos haciendo es muy parecido al oficio que se podía hacer en España desde los años 20 porque se necesita la misma pasión y entrega, tener colmillo para pelear una noticia, habilidad con las fuentes y para escribir, que hace 30 años. Los canales cambian y es cierto que la movilidad tecnológica e inseguridad laboral influyen muy fuertemente en el periodista de hoy pero por lo demás, los valores son iguales.
¿Qué opinas del periodismo móvil y de que los periodistas estén utilizando herramientas como esta para contar historias y enriquecer los hechos?
Las herramientas nunca trascienden el tiempo del periodista, éste lo trasciende los contenidos de calidad y su buen oficio, pero que lo haga en Snapchat, Instagram Stories, con un palo selfie o cualquier otra herramienta para mí tiene un valor transitorio. Lo que hace es estimular a una audiencia, y lo que hacemos es lo que se ha hecho siempre en el oficio, meter las narices allá donde se puede contar historias. Yo puntualmente he utilizado diversos canales para contar algún hecho pero son estaciones de paso, porque lo importante es que la historia esté siempre bien desarrollada periodísticamente.
Según tu dilatada experiencia, ¿cuáles son las claves para generar contenido exitoso en la red?
Contenidos de calidad, inéditos, contrastados y contrastables, enriquecedores, cortos, sintéticos, eficaces y con capacidad de generar crítica y un interés mayor por el tema que se está abordando.
¿Qué ventajas saca un periodista del uso de Twitter?
Es un lugar donde yo me inspiro mucho y me asomo a muchas conversaciones interesantes, a las que no tengo acceso. Por tanto, me enriquece mucho, casi como un escaparate, porque yo veo pasar cosas y después las interpreto. Digamos que Twitter puede desencadenar o lanzar alguna conversación o tema interesante pero no puede ser la única fuente para desarrollar un tema, desde luego no lo es.
¿La rapidez con la que transmitimos la información está haciendo que no se contrasten bien la fuentes?
La pelea por la rapidez, desde mi punto de vista, sólo le pertenece a la persona que está justo donde está sucediendo el hecho en cualquier ámbito y puede contarlo en un tweet o un periscope, y a quien tiene muchísimos recursos para tener a un equipo humano en las últimas horas, es decir, los grandes medios. Pero en el caso de los medios regionales me parece un completo absurdo pelear por la última hora, porque es una competición donde hay muchos periodistas esperando y supone una pérdida de recursos. Por tanto, este apartado informativo considero que le pertenece a los grandes medios.
Por último, ¿cómo ves en un futuro el periodismo y a qué retos nos enfrentamos?
Los grandes grupos editoriales están atenazados porque han ido pasando a manos de empresas financieras y éstas buscan rentabilidad. Este binomio en 2016 es algo complejo, porque para que un periódico sea rentable hay que invertir en innovación y recursos humanos. Entonces, los grandes medios tienen que aprender a ser rentables sin dejar de hacer el producto de calidad que hacen pero en el mundo de la explosión digital. Para ello, los medios tienen la tarea de consolidarse como estructuras económicas viables, que permitan el desarrollo del trabajo periodístico y contenidos sin ningún problema.