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En esencia, 12 años

La agencia Soma Comunicación cumple 12 años. Ya sabéis que San Fermín es para nosotros San Somín y que pensamos que la mejor forma de celebrar la fecha es prometer que habrá más. Este año toca decir que habrá un 13. Creemos que es un buen deseo para trasladar confianza, compromiso y credibilidad a todos los que nos conocéis, tanto clientes como personas cercanas, que colaboráis y que sumáis cada día para que la vida pueda seguir entonándose en modo #somasland.

En esencia, 12 años. Porque son doce veranos cumplidos y este de 2020 es el que mejor mira a esa esencia Soma, la que proyecta responsabilidad, entrega y calidad a sus clientes. La que cree en el valor de las personas comprometidas con una ilusión compartida. La que hace equipo a partir de esa esencia. La que consigue imposibles y celebra los logros como propios. La que entiende las relaciones públicas como camino para alcanzar metas. La que empatiza y avanza con respeto. La que plantea objetivos por encima de lo que marca el expediente. La que confía en las buenas ideas y en su puesta en práctica. La esencia somática.

Esencia de trabajo, trabajo y más trabajo. Esencia de querer hacer las cosas bien. Esencia de conquistar al cliente cada día. Esencia de valores, de educación y de respeto. Esencia como rutina y vocación expresadas con dedicación, empatía y verdad. Esencia sin excusas.

Por eso la agencia Soma Comunicación cumple hoy 12, cumplirá 13 y los que hagan falta. Sin descuidar la senda de esa esencia que permitió impulsar aquel verano de 2008 un proyecto entregado, con la firma de Marga y Óscar, con el estilo de los que conectan con esa misma forma de hacer por y para quienes contratan servicios periodísticos y de comunicación online, offline, de calidad.

¡Viva San Somín!

En esencia.

 

Soma Comunicación online

La eficacia de la comunicación online

Ya sea por herencia o por capricho vintage, aún nos cuesta enfocar eventos con repercusión potencial alejados de las plataformas online. Pensamos siempre en el evento face 2 face, en las preguntas hechas a mano alzada, en el networking de los encuentros, en las relaciones públicas a golpe de Bic y en la evaluación de la buena o mala repercusión de la cita por el número de sillas ocupadas. Tics multidisciplinares que salpican a todos los sectores, desde los más tradicionales a los más ‘estartaperos’. Quizás los tres meses de confinamiento forzado por la situación sanitaria puedan haber servido para ayudarnos a reflexionar sobre la capacidad tolerable de la comunicación online para ser tan eficaz como la que se plantea en escenarios tradicionales como los descritos.

Más importantes son las ideas, las personas, los argumentos, la oportunidad, la novedad o la especialización llevada a la discusión constructiva que el contenedor que las acoge o la vía de transmisión que utilicemos para darlas a conocer, para divulgar conocimiento. Los requisitos para convertir en obviedad el recurrir al ámbito online tecnológicamente ya están a nuestro alcance desde hace una década, las personas que desarrollan apps para que sea posibile son protagonistas en sí mismas del nuevo escenario y los protagonistas que alimentan una cita, evento o encuentro online con sus razonamientos, argumentos y especialización se erigen en los albaceas de la oportunidad. Expertos que crean, expertos que debaten, expertos que difunden. En la tercera pata es donde la comunicación online crece y adquiere capacidad de repercusión e influencia.

Las plataformas como Skype, Hangouts, Teams, Zoom hacen posible la concreción y la plasmación abierta o cerrada entre protagonistas; las redes sociales su transmisión en directo a tavés de Youtube, Periscope, Instagram o Facebook Live y su posterior dinamización con los protagonistas, el hashtag elegido y el público asistente a las sesiones con sus comunidades online; y los blogs y medios de comunicación, su difusión a audiencias segmentadas por áreas de interés temático consecuencia de la buena labor del PR para entregar los contenidos relacionados con los eventos online que sean potencialmente de interés para los receptores de la información.

Todo online. Sin más inversión que la de apostar por plataformas estables, conexiones adecuadas, realización profesional, producción para formar un atrezzo y elenco de nombres interesante relacionados con la especialización de la organización o empresa, y buenos profesionales de la comunicación, el marketing y el periodismo para conectar con las audiencias que no accedan en directo al evento.

No es ciencia ficción, es poder hacer las cosas bien con las facilidades tecnológicas que contamos. El resto, armarse de profesionales en torno a una excusa creíble con el presupuesto adecuado. Un presupuesto siempre bastante inferior, pero bastante, al que siginifca apostar por los mismos estándares de calidad en citas tradicionales offline. A las crisis, asentamiento y consolidación de nuevas formas de comunicar con base online.

Agencia de comunicación

Valores de un servicio de comunicación

¿Cómo identifica una empresa a su proveedor de servicio externo de comunicación y marketing? A partir de los valores de un servicio de comunicación bien prestado.

Confianza. De la relación profesional entre dos partes ha de ser el principal elemento que la vehicule. Porque la confianza es el sustento del día a día, del laissez faire que se le presupone a quien contrata un servicio externo de comunicación y marketing para dejarlo en manos de profesionales. De lo contrario, más que una inversión será un gasto de tiempo y de recursos que convertirán al proveedor del servicio en esclavo de los designios, profecías y mala praxis dibujada desde un concepto más intestino que real por el responsable del área en la empresa contratante o por el propio director general de la corporación.

Sin confianza no hay servicio de calidad. Sin servicio de calidad no hay retorno de la inversión. Sin retorno de la inversión hay un servicio poco eficiente y de nula capacidad influyente en las comunidades sectoriales, prescriptoras o consumidoras del producto y servicio objeto de la estrategia de comunicación y marketing contratada.

Anticipación. Por su parte, a la empresa o agencia adjudicataria de un servicio de comunicación se le ha de exigir una capacidad de anticipación a las necesidades de su cliente. Es el complemento necesario para la confianza. Cuando la agencia se gana la confianza de su cliente, surgen los buenos ingredientes: como anticiparse a las necesidades, a una crisis sobrevenida, a un lanzamiento de la competencia, a un comportamiento inesperado del consumidor o a una oportunidad de promoción factible de sus productos o servicios.

Para conseguir conectar con este valor, el proveedor del servicio de comunicación y marketing ha de estar acostumbrado a planificar su acción en relación a los objetivos estratégicos de su cliente, a conocer a la competencia, a conectar con sus prescriptores, a agendar contactos con los perfiles influyentes de su ámbito sectorial, a mantener una relación fluida con medios y líderes de opinión, a imaginar oportunidades convertidas en titular, a empatizar con el beneficiario de los servicios para ofrecerle promociones y soluciones que empaticen con él… Anticiparse es amar lo que uno hace con vocación de servicio.

Calidad. De la confianza y de la anticipación se obtiene un sumatorio que desemboca en la calidad. Si a los dos primeros valores añadimos una praxis técnica hecha con calidad, con vocación perfeccionista, sin faltas, sin adjetivos de más, con el equilibrio gráfico, con puntualidad, con buenos resultados visibles, el fondo saldrá ganador. Porque una forma cuidada, elaborada, atendida y preparada con visión, cariño y empatía se traduce en conexión con los destinatarios de las acciones y en satisfacción por parte de quien contrata sus servicios.

Implicación. Sumamos ahora la implicación para obtener un plus, el valor añadido del trabajo en equipo. Sentir los colores de la agencia y los de su cliente con la misma intensidad hasta hacerlos propios. Sentir que se aporta un valor como el que suma individualmente el día a día laboral. El cliente que gana este premio es feliz, tanto como el que le brinda el servicio y consigue los retos y objetivos que se marca en su planificación, en las reuniones de evaluación que se impone realizar para conocer si se alcanzan objetivos o si es necesario reorientar la estrategia.

Evaluación. Es, precisamente, de la evaluación de donde se obtiene la cuadratura del círculo necesaria para brindar un servicio óptimo al cliente que confía en la profesionalidad de una agencia de comunicación. De forma activa da el paso de contratar dicho servicio, consigue brindar la confianza necesaria y de la anticipación, la calidad, la implicación y la evalución de progresos se gestan los mimbres para que la relación sea duradera y “a éxito”. Porque los números, el valor cuantitativo del servicio gana siempre que confluyen los mimbres cualitativos recogidos en este post.

Una nueva era en la comunicación online

Una ventana abierta a la inspiración online

Un contexto como el actual, con una crisis sanitaria insólita y unas perspectivas económicas globales diferentes a la previsión oficial marcada por cualquier autoridad financiera, pide a gritos un poco de ingenio. Nadie tiene el bálsamo de Fierabrás para reinventarse, adaptarse o comenzar una nueva etapa con la situación como eje de su iniciativa, pero el común denominador para salvar el contexto puede estar ubicado, en buena medida, en el ámbito online.

Es hoy cuando las plataformas digitales pueden servir a las personas, a las empresas y al mercado en esencia para interactuar en clave constructiva. Es cuando se puede hacer más efectivo que nunca que tras las campañas, las profesiones, las marcas, las mercantiles, los políticos, las agencias, los clubes de fútbol,… hay personas. Personas de verdad que saben comunicar lo mejor de sí mismas, la esencia profesional que las hace excelentes y con capacidad para sumar a disciplinas ajenas a su cualificación.

En esa línea de trabajo colaborativo con mentalidad global puede ubicarse la ventana abierta a la inspiración, en el tablero online y en el tejido social que lo sostiene. Hoy, más que nunca, tenemos a nuestra disposición la tecnología para exprimir buenas ideas: para nuestros clientes, para los que no conocemos pero que nos pueden aportar y nosotros a ellos, para las personas que desconocen que tienen una valía, para los que la tienen silenciada, para los que critican en clave destructiva sin saber lo constructivo que es su antónimo, para los que huyen del eslogan para escuchar al destinatario del mensaje, para los que creen en una repercusión positiva de la parte del acontecer que manejan, para los que desconfían de que podemos salir de esta situación renovados, enriquecidos, en equipo.

El contexto es difícil de dibujar, pero tenemos lápices y artistas de sobra para roturar el lienzo en blanco. Herramientas digitales, redes sociales, webinars, conocimiento compartido, campañas de comunicación online que suman esfuerzos multidisciplinares, talento y más talento,  tan latente como manifiesto.

Confiemos en esa vía para marcar una nueva era en la comunicación y en la interrelación personal. Habrá un nuevo escenario más sencillo si cada profesional empatiza con las posibilidades y limitaciones del otro.

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¿Cómo es la figura del PR en las empresas?

De la figura de la persona encargada de las relaciones públicas y su misión en el seno de una empresa. A priori, y desde fuera, el papel que cumple puede ser menos intensa o participativa en la acción estratégica de la entidad. Especialmente por la concepción que el imaginario colectivo pueda tener de los roles de su dedicación. Más relacionados con la concepción tradicional de organizaciones, la cultura e, incluso, el ocio.

El PR o relaciones públicas de una compañía habrá de reciclar constantemente su agenda de contactos y las de los directivos de la compañía, mantener una estrategia en ámbitos públicos y privados, detectar prescriptores y detractores, medir el sentimiento aparejado a tal o cual lanzamiento o proyecto de la compañía, y establecer una línea estratégica y una agenda para la recepción de oportunidades encaminadas a la visibilidad productiva en canales, foros y espacios de interés.

Asimismo, mantener el pulso informativo de la firma en medios de comunicación en relación a sus objetivos estratégicos y temporales; anticiparse a situaciones o escenarios de crisis; sumar ideas para la buena y mejor repercusión de la actividad de su empresa en foros y eventos relacionados con el sector; conocer enfoques mediáticos en consonancia con el campo de especialización y conocimiento de los productos y servicios; o delimitar las prioridades, los cauces y las vías de comunicación para la mejor imagen de marca de la entidad. La agenda de oportunidades detectadas desde su propia actividad y la confluenbcia de ésta con la del resto de departamentos de la organización, marcará el pulso de la estrategia mes a mes de su labor.

La preparación de todos los escenarios y funciones descritas, convertirán la figura del PR de la empresa en un pivote clave entre los ámbitos decisorios, la praxis de la estrategia comercial y su armonización con los recursos materiales y humanos encaminados a conseguir objetivos de repercusión productiva de la propia actividad empresarial.

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Claves de una comunicación responsable y sostenible

¿Es posible practicar una comunicación responsable y sostenible? En contextos informativos como el que actualmente impera en las empresas, cuya aspiración a atender los ODS y a cuidar el planeta les “obliga” a trabajar para que sus productos y servicios sean respetuosos con el medio ambiente, la comunicación que proyectan ha de ser también, necesariamente, “limpia”. Al menos, ha de aspirar a serlo en los intangibles, con algunas herramientas clave como las que recogemos ahora en este post.

Responsabilidad en esencia. La esencia de la comunicación responsable ha de tener en cuenta los valores propios de la praxis medioambiental de las compañías. Esto es, si una empresa quiere proyectar a la sociedad la capacidad, sacrificio, esfuerzo y decisión de respetar las reglas del juego del planeta y de la legislación o certificaciones que así lo garantizan, la comunicación que practiquen ha de se responsable con ese trabajo que implica a toda una plantilla y acompañar, en suma, dicho esfuerzo para que la imagen, las versiones y los titulares que fluyan de la organización reflejen su apuesta real.

Contenedores y soportes. Si una empresa quiere comunicar valores sostenibles, éstos han de incorporarse a la trazabilidad de hechos que proyecte. Es decir, la estrategia de comunicación ha de saber incorporar las pautas que contemple cada departamento en ese afán, desde la comunicación interna a la externa, pasando por los soportes, contenedores y contenidos que fluyan de la compañía, tanto online como offline. Una política de marca asociada a dichos valores, y una hoja de estilo sostenible que puedan practicar los departamentos en su día a día, tanto comercial como ejecutivo, serán claves para que de lo dicho al hecho haya poco trecho.

Transversalidad y oportunidades informativas. Precisamente, de cada departamento, de cada lanzamiento, producto o servicio, la estrategia de comunicación responsable habrá de entrelazar las virtudes, defectos, oportunidades y propiedades, al objeto de pautar planes de comunicación transversales que optimicen al máximo los esfuerzos de difusión y de divulgación de los valores sostenibles e intangibles de la empresas. Porque si se busca la eficiencia en materia de comunicación, exprimiendo las posibilidades reales para alcanzar la eficacia, la praxis misma de ponerla en práctica restará recursos, tiempo, espacios y acción que refleje realmente una apuesta responsable por lo que se hace, se dice y se divulga de lo que se practica, se dedica y se comercializa.

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Lo que el tiempo dejó en las redes sociales

Pasan los años y los usuarios de las redes sociales envejecen al mismo ritmo que los jóvenes implementan los nuevos lenguajes en su cotidianeidad. Los primeros han dejado de ser tan intensos y románticos en sus incursiones por el social media; los segundos han elegido los gif, los memes, las historias efímeras y los emojis para conectar con comunidades cada vez más complejas.

Complejas por la hiperespecialización, por un lado, del espectro temático que se abre ante los ojos de los nuevos lenguajes. Y, por otro, la sencillez generalista que todo lo impregna en grandes contenedores que aglutinan toda esa hiperespecialización. Esto es, canales abiertos a una gran masa de comunidades que marcan la capacidad de influencia de marcas, empresas y hábitos.

Hábitos cada vez aparentemente más saludables pero, a la vez, más engañosos. Porque del 100 por 100 de aceite de oliva virgen extra que lleva una bolsa de patatas fritas con un 99% de aceite vegetal y cuyo 1% restante sí se ha hecho con ese aceite de oliva virgen extra 100% aceite de oliva virgen extra; al sin azúcares añadidos a los ya de por sí continentes en la magdalena sin gluten y sin procesar con harina que no es 100% integral porque el 50% de la harina restante que no es 100% integral ha sido procesada… nos dejamos liar o llevar ante una realidad ruidosa pero poco especializada en realidad.

O sí, quizás más especializada de lo que pensamos. Porque si usamos a la vieja usanza la información que circula por las redes sociales, por las más generalistas como por las menos, podemos seguir conectando con perfiles interesantes. De los de antaño y de los de ahora. Desde el médico que puede trazar una prospectiva de hacia dónde discurrirá la evolución del coronavirus y su posible antídoto con base científica al gamer que podrá vaticinar quién será la nueva estrella de la temporada siguiente de la liga de esports de turno.

Del auge de los youtubers a su veteranía diez años después, del auge de los snaps a su confluencia con el idioma de TikTok, de la información tuiteada a la conversión tuiteable de las imágenes y del silencio de las fuentes más cualificadas, de lo de antes a lo de ahora, de las formas de consumir información a las formas de seguir consumiéndola, pero de otra forma.

De lo viejo desde lo nuevo. De las redes sociales y de su constante evolución. De la necesidad de seguir analizando los hábitos sociales para comprender mejor nuestro comportamiento en las plataformas en que proyectamos estilos, formas de ser, lo políticamente correcto, las mentiras de un producto, las verdades de una marca y hasta la manera en que nos gustaría vivir por como pensamos que nos perciben a quien se lo contamos.

Filosofía del social media en reflexiones abiertas a la aportación desde el prisma o formato que cada cual desee, veteranos o noveles.

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Del periodista móvil y las empresas con percha informativa en 2020

Más que una proyección de cara al año 2020 recién estrenado, este post es reflexión para subrayar los valores que definen a los periodistas desde el prisma de la transformación digital en que estamos inmersos, y del valor informativo que toda empresa que practique las relaciones públicas ha de buscar para conectar con la labor de los periodistas.

Desde el prisma del primero, el del periodista, el año viene cargado de posibilidades para consolidar su trabajo desde una óptica eminentemente móvil. Porque el plumilla de este lado del siglo XXI ha de saber trabajar el sentido primario de la eficiencia gracias a las posibilidades tecnológicas que se le abren. Así, las aplicaciones que tiene a su disposición gracias a disponer de un smartphone significan una potencialidad en sí misma. Por encima de la rigidez de espacios físicos, de ordenadores de mesa y de entornos redaccionales, el periodista de hoy puede trabajar deslocalizado, cerca de la noticia, con un solo “gadget” cargado de numerosas herramientas para consolidar su camino.

De hecho, el nuevo periodista recién salido de la carrera, el viejo plumilla reciclado con nuevas aventuras profesionales en modo freelance o el redactor tradicional, pueden encontrar en la tecnología la puerta abierta para la especialización, la inmediatez, la primicia o la calidad informativa. La nube, los editores de texto en versión móvil y de escritorio, la capacidad de grabar contenido hablado y la de interpretar los hechos plasmándolos directamente en una página, medio de comunicación o blog corporativo son caminos abiertos para practicar periodismo abierto (sic).

Desde el lado de las empresas, ¿por qué esperar más tiempo a convertir sus páginas web en medios de comunicación? ¿Por qué no trabajar contenidos especializados para públicos especializados o contenidos temáticos traducidos para un público más generalista? ¿Por qué no publicar entrevistas, reportajes, artículos de opinión y otros formatos periodísticos donde hoy publican post de escaso valor informativo? En esa misión (informativa), encontrarán en las manos de un periodista o de una agencia de comunicación equipada con plumillas de recorrido temático similar al trabajado por la compañía los mejores aliados.

Estamos en 2020 pero en 2019 todavía no era tarde. ¿Ahora tampoco?

 

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Claves del periodismo móvil

El periodismo móvil o mobile journalism (#mojo) es la potencialidad que tenemos los periodistas que vivimos a este lado del siglo XXI de optimizar el ejercicio de nuestra profesión y la conexión con la audiencia gracias a la universalidad tecnológica móvil. Las herramientas que disponemos para enriquecerlo son las mismas que tienen a su alcance el resto de los mortales. ¿Vamos a dejar que las utilicen por nosotros sin que siquiera sepamos cuáles son, qué ventajas informativas nos reportan o cómo se utilizan?

Las herramientas básicas que dispone el periodista pasan por un dispositivo móvil, unas aplicaciones y unos gadgets. De serie, el plumilla ha de estar equipado de las siguientes aptitudes: ingenio, sentido común, olfato, creatividad, capacidad de organización, dedicación, ganas (querer es poder), instinto y contactos.

Para organizar la información aplicaciones como Feedly o Flipboard permiten al periodista hacer un seguimiento informativo de las materias, de los enfoques y de las fuentes que pueden enriquecer su especialización. A la vez, puede agrupar temáticas y autores a partir de feeds y de alertas.

Otra app que contribuye a automatizar ciertos procesos es IFTTT (If This Then That), que a través de otras como Buffer y de las cuentas en redes sociales habilitadas para que el plumilla, da órdenes de que si ocurre una publicación ‘a’ se publique de otra manera ‘b’.

Con todo, la tecnología y las apps móviles fusionan las tareas de cada perfil profesional periodístico. Pero salvaguardan a la vez la exclusividad de sus respectivas cualificaciones, haciendo que éstas sean diferentes a partir de las habilidades de origen. La diferencia pasa, precisamente, por usar las herramientas móviles que tienen a su disposición. Y de las oportunidades especializadas que les brindan a aquellos que no están sujetos a la infraestructura de un gran grupo o medio de comunicación.

Así, por ejemplo, el redactor podrá recurrir a Call Recorder para grabar las entrevistas que realice a través del móvil sin necesidad de hacer malabarismos con el manos libres o con otro dispositivo externo. También es recomendable el uso móvil de la app de WordPress, con un editor de contenidos calcado a la verisón de escritorio y que contirbuye a pegar primero a la hora de publicar por parte del periodista una información (con el beneficio que ello tiene para la inmediatez e incluso para el posicionamiento del contenido que publique gracias a ser el primero o a la originalidad del contenido).

Otro ejemplo que traemos es Wakelet, la app sustituta natural del antiguo Storify, que permite componer crónicas de autor enriquecidas con recursos externos tales como vídeos de terceros publicados en Youtube, tuits y otros contenidos publicados en entornos digitales.

¿Nos ponemos a practicar el #MOJO? Nosotros proponemos usar una etiqueta sin anglicismos de por medio: el #PEMO (Periodismo Móvil). Seguiremos informando.

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“Las redes sociales han modificado los hábitos de consumo de información”

El periodista Miquel Ramos (@Miquel_R) rasca sobre la superficie de los temas sociales de candente actualidad para servir al lector un punto de vista más reposado y ahondado. Y lo hace desde medios independientes como El Salto y La Marea y desde otros digitales como Público y La Directa. También es coautor de las plataformas de investigación Crímenes de odio y Sense tòpics.

¿Cuál es la salud que tiene, en rasgos generales, el periodismo en nuestro país en la actualidad?

El periodismo vive hoy una situación ambigua en varios aspectos. Por una parte, mucha gente ha dejado de informarse a través de los medios de comunicación convencionales. Las redes sociales han modificado los hábitos de consumo de información. Hay quien no entra nunca a una web de un periódico, si no es a través de un enlace que ha visto en Facebook o en Twitter. A veces, incluso, ni entra, simplemente se queda con el titular. Esto ha provocado que la desinformación y las noticias falsas inunden las redes y contaminen el debate público, ya que en gran medida están siendo utilizadas con fines políticos o simplemente para difundir el odio hacia determinados colectivos. Esto ha provocado también una crisis de credibilidad, que ya venía de lejos, dada la manifiesta manipulación de muchos medios de comunicación convencionales. Hace pocos días, por ejemplo, la sentencia contra Javier Negre de El Mundo por haberse inventado una entrevista sobre un suceso. Luego no se pueden obviar tampoco los intereses políticos y económicos de los propietarios de los medios. Esto condiciona mucho la información y es un problema para el periodismo. Esto ha existido siempre y forma parte de la mercantilización de la información y de los intereses empresariales de los grupos que controlan el panorama mediático. En esto, los medios más alternativos, autogestionados o cooperativos están dando una lección. Creo que estamos viviendo un buen momento para otro tipo de periodismo y hay múltiples ejemplos de proyectos que están haciendo muy buen trabajo con pocos medios. Por otra parte, la precariedad del oficio es otro de los problemas que condiciona también la calidad y la libertad de las informaciones. A veces, un mismo redactor no puede profundizar en determinados temas por la sobrecarga de trabajo. Otras, simplemente se dedica a reproducir notas de prensa. Esto posiblemente sea la señal de que no estamos en un buen momento para los profesionales de la información a nivel laboral.

¿Y en el caso de València, concretamente?

En València se sufre lo mismo que en el resto de los territorios. De hecho, las empresas propietarias de los medios raramente son locales. Pertenecen todos a grandes grupos empresariales cuyas políticas son exactamente iguales en Extremadura, Andalucía o València. De nuevo, hay que ir a proyectos mas humildes, locales o autogestionados para encontrar cierta diversidad. De todas formas, en todos los medios existen buenos profesionales que pelean cada día por dignificar la profesión y por ofrecer una buena información a la ciudadanía, a pesar de todo.

¿De qué manera están ayudando las redes sociales a los periodistas como herramienta de trabajo para sus investigaciones? ¿Se pueden poner en contra del profesional?

Hace poco Ignacio Pato escribió un articulo brillante en La Marea sobre el uso de las redes y la sobreexplotación a la que nos sometemos muy a menudo los periodistas. Añadiendo, además, la cuestión de género, que pocas veces se comenta. Las redes ayudan a promocionar tus trabajos, pero aquí es donde debes dedicarle tú tiempo y estar pendiente. Luego, la sobreinformación que existe en las redes muchas veces hace que te pierdas muchos contenidos, que te despistes con chorradas o con averiguar si lo que acabas de ver es un fake o es real. Son armas de doble filo.

¿Qué balance haces del resultado de las últimas elecciones políticas? ¿Cómo lo han transmitido las grandes cabeceras del país?

Los resultados de las elecciones evidenciaron el error de Sánchez convocándolas, al menos para el PSOE. El ascenso de la extrema derecha y la necesidad de pactar con Podemos para mantener un mínimo de credibilidad y de progresismo en su nuevo gobierno han dejado un panorama al menos curioso. Creo que Podemos ha salido bastante bien parado a pesar de haber perdido diputados y que el otro gran triunfador ha sido Vox. Los medios han jugado y siguen jugando un papel clave. Primero para el ascenso de la extrema derecha, a la que blanquearon desde el primer momento y la aceptaron como un actor más dentro de la democracia, a pesar de plantear medidas contrarias a los derechos humanos. Luego, está siendo evidente la campaña de la mayoría de los medios convencionales contra el pacto PSOE-Podemos. Algunos incluso han manifestado públicamente sus esfuerzos para imposibilitarlo. Es lógico, ya que la mayoría de estos pertenecen a grandes grupos empresariales poco o nada interesados en políticas progresistas.

¿En qué consiste el proyecto que colideras para la investigación sobre crímenes de odio? ¿Cuál es el objetivo periodístico de un proyecto tan comprometido como este?

Se trata de una investigación que recoge diferentes casos de asesinatos y homicidios motivados por el odio ocurridos en España entre 1990 y 2015. Algunos han sido bastante conocidos como el caso de Lucrecia Pérez, el de Guillem Agulló, el de Carlos Palomino o el de Sonia Rescalvo, pero muchos otros no estaban registrados o ni siquiera sabíamos los nombres. Este trabajo permite conocer a las más de 80 víctimas mortales del racismo, la homofobia, el fascismo y otras formas de intolerancia. Es una herramienta de consulta que contiene un archivo de cada caso y que quiere reivindicar la memoria de estas personas y alertar sobre el peligro de los discursos de odio y del ascenso de la extrema derecha a nivel global. Ahora estamos trabajando en la actualización del proyecto y esperamos presentarlo en primavera de 2020 con nuevos casos.