maximo

¿Qué programan las televisiones en verano?

Durante el periodo estival, las televisiones españolas reúnen, no sin cierta audacia, una amalgama de contenidos que buscan su sitio en el desorden más absoluto: asoman a la parrilla privados de expectativas, como un libro mohoso en la biblioteca del trastero. Desde julio las cadenas españolas sacan trapos de temporadas pasadas o testan programas que no se atreven a lanzar en épocas de mayor consumo televisivo. Y a veces el experimento sale de órdago.

Dos ejemplos de programas que se consolidaron tras su puesta de largo estival fueron El Informal y Pasapalabra. El primero, dirigido por Javier Capitán y trampolín de estrellas como Florentino Fernández o Patricia Conde, fue un espacio de noticias humorísticas estrenado el 23 de julio de 1998 y cancelado cuatro años después. «Esto empezó como una historia de verano y se ha convertido en el verano más largo, intenso, emotivo y divertido de nuestras vidas», cerró Capitán. Pasapalabra, por su parte, se estrenó el 10 de julio del 2000 y hoy es uno de los buques insignia de Mediaset.

Así pues, las cadenas que se aventuran a circunvalar los temas propios del verano –véase la trayectoria de Ramón García– tienen margen para explorar contenidos potencialmente ganadores el resto del año. Necesitan valentía y originalidad; dos valores en retroceso cuando el sol atiza. Veamos: ¿qué ha preparado la televisión patria en el periodo vacacional?

En materia informativa la foto no cambia demasiado. La cadena que apuesta más fuerte por la actualidad vuelve a ser laSexta, manteniendo en parrilla todos sus programas informativos con el único cambio de los presentadores –oportunidad para los suplentes–. El resto de canales cargarán el peso de la actualidad en sus informativos, que, previsiblemente, irán tocando los temas recurrentes del verano –ya te hablamos de ellos en este blog–.

Un inciso: ¿por qué no aprovechar para encontrar enfoques originales?

Seguimos. Colindando la información, en claro matrimonio con el entretenimiento, TVE apuesta por un magazine llamado ‘A partir de hoy’ y presentado por Máximo Huerta, versión remozada del exministro de Cultura. Paralelamente ‘España Directo’ refresca las tardes con conexiones pasadas por agua. Y el Canal 24 Horas hace las veces de servicio público ciudadano actualizando la última hora de una negociación política que amenaza con privatizar el descanso estival.

Más propuestas interesantes: los docu-realities se hacen hueco en la parrilla. Por un lado, TVE estrena ‘Siete días sin ellas’, un formato feminista en el que 40 mujeres abandonan su hogar durante una semana para dejarlo en manos de los hombres. Por otro lado, Antena 3 lanza ‘Por el mundo a los 80’, un ‘road show’ conducido por Arturo Valls en el que personas octogenarias salen por primera vez de España para hacer el gran viaje de sus vidas.

Por último, las series y el deporte volverán a ser protagonistas un verano más, con estrenos como Big Little Lies en Antena 3 –viene de HBO; la tele bajo demanda tiene su propio ritmo– o The Crossing en Cuatro; o con el Tour en TVE y el Mundial de Baloncesto también en Cuatro. El histórico Valerio Lazarov decía que el verano es una época sin publicidad en la que resultaba inútil efectuar grandes inversiones en la rejilla de la pequeña pantalla. Eso fue en los 90; ahora, aunque muy lento, las televisiones empiezan a quitarle la razón.

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Cómo conseguir engagement en Instagram y no morir en el intento

El engagement es fundamental en una red social, y si hablamos de Instagram aún más. Atraer a la gente para que, de forma natural, interactúen con una cuenta de empresa se ha convertido en el principal objetivo de muchas marcas. Sin embargo, existen unos “duendecillos” llamados algoritmos, que tanto se ha oído hablar de ellos y cuyas reglas numéricas hacen que las publicas aparezcan con mayor o menor frecuencia.

El engagement en Instagram se ve amenazado siempre que hay un cambio de algoritmos, de esas instrucciones que diseñan los programadores, y que acaban afectando de lleno a las cuentas de empresa. Los motivos son bien sencillos: hay que pasar por caja; sobre todo, desde que Facebook compró Instagram y se cercioró del amplísimo potencial de esta red social de imágenes.

De todas formas, existen algunos consejos para poder conseguir engagement en Instagram, crear comunidad e, incluso, poder fidelizar a los seguidores.

  • Contenido de calidad. Parece obvio y se ha repetido hasta la saciedad, pero las imágenes que se comparten en esta red social deben de tener muy buena calidad. No significa que no se pixele, sino que hay que trabajar las fotografías: que se hayan realizado expresamente, que se editen para incrementar la luz o potenciar aquello que interese, que sean únicas, etc. Hay que evitar por todos los medios utilizar bancos de imágenes, ya que desprestigian una marca, sobre todo, si se trata de un ecommerce que cuenta con productos propios.
  • Trabaja un feed coherente. Mucha gente no se queda solo con la primera imagen que se publica, sino que entra en el perfil de la marca. Lo primero que ve es el feed, siendo este la puerta de entrada a generar engagement. Para ello, se debe trabajar un panel coherente, con temáticas relacionadas con colores, productos, mensajes, etc. De hecho, los feed se suelen completar en filas de tres imágenes con una estética parecida, se rodea a la imagen de un cuadro blanco o se trocean en varias partes para que se aprecien más mayores en el propio panel. Otra táctica empleada radica en utilizar siempre un filtro, normalmente, claro
  • El vídeo sigue siendo el rey. Aunque Instagram no lo asegura, el vídeo se posiciona mucho mejor que una imagen y, por tanto, su poder de engagement es mucho mayor. Este formato se ha potenciado con los Stories y con IGTV; de hecho, este último va a comenzara a aparecer en los muros de la gente, de manera que ayudará a atraer a los creadores de contenido audiovisual hasta ahora aglutinados principalmente en Youtube.
  • ¿Stories o publicación? ¿Y por qué no ambas? Un formato no descarta al otro, sino que se complementan. Incluso se pueden comunicar dos cosas distintas, crear una narrativa transmedia o, incluso, puede ser un mismo mensaje que se quiera reforzar.
  • No se pueden olvidar los hashtags –que hay quien recomienda ordenarlos de forma alfabética – para lograr más engagement en Instagram; utilizar textos cortos pero con originalidad, “chispa” y cercanía; emplear emoticonos; y, en definitiva, compartir contenido que aporte algo a la audiencia. De esta manera, cuanto más interactúe la gente con una publicación o cuenta, más aparecerá en su perfil. En este sentido, Instagram funciona de manera muy similar a Facebook, por lo que cuantas más personas den un like o realicen un comentario surgirá con una probabilidad mayor en los muros del público que nos interesa.

    Foto: Instagram de @symmetribreakfast

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“Los lectores se ganan de uno en uno y se pierden de cien en cien”

El periodista sevillano Antonio Salvador (@ajsalvador70) fue, junto a su compañero Sebastián Torres, uno de los primeros profesionales en revelar algunos de los puntos más relevantes que servirían al juzgado durante la fase de instrucción en el caso ERE y que plasmaría en el libro El saqueo de los ERE (Libros.com, 2015). En la actualidad Salvador trabaja en el diario El Independiente y es profesor de Periodismo en el Centro Universitario EUSA de Sevilla.

¿Cómo definirías la profesión de periodista?

Un oficio apasionante que obliga al profesional a ofrecer cada día lo mejor de sí por el compromiso que tiene con el lector. La dedicación, la presión, las horas robadas…Todo lo justifica la consecución de una buena historia. Como dijo el maestro Raúl del Pozo, al periodismo no se viene a ganar dinero ni a hacer amigos. Quien quiera dedicarse al periodismo debe tener claro esta premisa.

¿Cuál es el panorama del periodismo en las principales cabeceras andaluzas?

Obviamente, los medios andaluces no han sido ajenos a la tormenta perfecta que ha supuesto el cambio de modelo de negocio derivado de la irrupción de internet y la recesión económica, que ha hundido las cuentas de resultados de los principales grupos periodísticos y ha dejado esquilmadas las redacciones por continuos ajustes de plantilla e incesantes despidos de periodistas. También se ha registrado el cierre de cabeceras históricas, caso del periódico El Correo de Andalucía, decano de la prensa sevillana. La coyuntura ha sido la misma para los medios nacionales y andaluces, pero quizá la debilidad empresarial de los grupos hace que se agrave la situación en esta comunidad. La oferta informativa se ha reducido de manera considerable. Me pregunto si el ciudadano es consciente de lo que supone una prensa débil para poder cumplir su cometido de contrapeso del poder. No sólo deberíamos estar preocupados los periodistas por esta situación.

¿Cuáles son las claves para hacer periodismo cercano al lector, veraz y de calidad?

Salir de la redacción, pisar la calle, ir a los sitios a contar historias cotidianas de gran interés que nos pasan desapercibidas, hablar con la gente cara a cara y disponer de ‘tiempo’ para poder armar bien los relatos, documentados y contrastados. Sí, tiempo. Trabajamos bajo la presión del reloj por intentar ser los primeros en lanzar la pieza y conseguir el clic. Claro que el periodismo siempre ha consistido en adelantarse a la competencia, pero cada vez es más frecuente leer informaciones precipitadas en las que prima más ser el primero que la calidad. Y, por supuesto, todo bajo un firme compromiso ético. El fin no puede justificar los medios. Los lectores se ganan de uno en uno y se pierden de cien en cien. Un titular engañoso o la inclusión de datos no suficientemente verificados puede convertirse en una invitación irrechazable para que el consumidor de información nos dé la espalda.

¿Qué supuso en Andalucía y para vosotros, los autores, como periodistas la publicación de El saqueo de los ERE? ¿Qué balance haces del proceso de investigación que llevasteis a cabo?

La cobertura que, junto a mi compañero Sebastián Torres, hicimos en El Mundo de Andalucía ayudó sin duda a esclarecer hechos de esta complejísima causa. Nos consta que algunas de nuestras revelaciones fueron tenidas en cuenta por el juzgado durante la fase de instrucción. A nivel personal, el caso ERE nos ha dado reconocimiento a nivel nacional y un enriquecimiento intelectual y profesional impagable. Sé muchas más cosas de las que sabía antes de que iniciara la cobertura y muchos de esos conocimientos los aplico casi a diario en mis nuevos cometidos. También nos dio la oportunidad de volcar nuestro conocimiento del caso en un libro, El saqueo de los ERE, el primero que vio la luz sobre la causa cuya investigación inició la juez Mercedes Alaya en enero de 2011. Muy posiblemente, el caso ERE marcará mi carrera profesional.

¿Hacia dónde se dirige la profesión desde los últimos años? ¿Es posible la rentabilidad real de los medios digitales, sin depender solo de la publicidad?

Desde hace años vengo leyendo que está cercano el momento en que los medios digitales den con la tecla y alcancen la sostenibilidad económica. Salvo honrosas excepciones, caso de El Confidencial, la gran mayoría de cabeceras no ha logrado todavía hacer rentable sus negocios. El mercado publicitario está dando señales de que no crece como muchos ejecutivos intuían y la supervivencia pasará inexcusablemente por la captación de vías de ingresos alternativos. El lector tiene que pagar por consumir información, igual que paga cuando va a la panadería del barrio a comprar los bollos. ¿Cuánto cuesta conseguir y redactar una información que le cuesta la carrera política a un ministro? ¿Cuánto cuesta formar a un periodista? ¿Las noticias tienen que ser gratuitas? El ciudadano tiene que tomar conciencia de que, para que los medios no tengan la tentación de acercarse en exceso al poder político o económico, estos tienen que ser rabiosamente independientes desde el punto de vista económico. Sin periodismo no hay democracia y, con medios más débiles, las posibilidades de control sobre el poder son menores. Lamentablemente, no veo maduro el mercado para que repunten de forma significativa las suscripciones o que un volumen importante de lectores pague a cambio de información. Ahora bien, eso también exige a las empresas mejorar su oferta informativa con historias diferenciadas y que justifiquen que esa persona pague por recibirla.

¿Hay futuro en la profesión para los estudiantes de Periodismo? ¿Qué deberán tener en cuenta?

Nunca le he ocultado a mis alumnos del Centro Universitario EUSA de Sevilla que no corren los mejores años para entrar en la profesión, pero tampoco he sido cicatero a la hora de animarles y hacerles ver que tienen que formarse adecuadamente para aprovechar la ocasión cuando se les presente. Quiero pensar que, después de estos años de turbulencias, se aclare el horizonte y vivamos una nueva edad de oro del periodismo. Las dificultades no deben servir para bajar los brazos, sino para apretar los dientes y buscar la oportunidad con más ahínco.

Por @casas_castro

Los futuros periodistas ya no quieren escribir

Un mar de portátiles con la manzana mordisqueada y detrás, como atrincherados, una exposición de caretos con la mirada clavada en la pantalla. O perdida. Mentes absortas en su mundo interior. Es una estampa bastante habitual en las clases de periodismo. En especial en los últimos cursos del grado, cuando la distracción es más pausada y silente que en el inicio de la carrera, momento en el que el salto a la Universidad genera un desasosiego hormonal efervescente.

La desafección hacia el profesor, la rebelión en el aula (sea cual sea su versión) y la jura de bandera pirata por parte de los alumnos es parte de la carga que todo docente lleva en la mochila. Son las circunstancias de la edad. Pero en los últimos tiempos (al menos desde hace un par de lustros) se ha producido un salto cualitativo que podría resumirse en que el alumno ha evolucionado desde el agnosticismo al ateísmo sobre la profesión. Es la percepción generalizada que se tiene del sistema de enseñanza reglada del periodismo, de las posibilidades de encontrar un empleo digno como contador de historias (que no es otra cosa este oficio) y del sentido mismo que tiene el periodismo en las circunstancias actuales de la doble crisis del sector: la derivada de la caída de la inversión publicitaria no recuperada tras la crisis y la del modelo de negocio con la revolución digital.

Los actuales alumnos, nativos digitales todos ellos, han nacido portadores de una genética audiovisual que condiciona y determina su percepción del “oficio más hermoso del mundo”. Un texto de 10 líneas es aceptable, de 20 es largo y cuando no cabe en una página es eterno, enciclopédico… la biblia.

Lejos de soñar con un profesor que no ponga límites a la libertad creativa, hoy los alumnos hijos de las redes sociales improvisan manifestaciones de desaprobación cuando se les incita a elaborar un reportaje en profundidad o un análisis de 2.500 caracteres. Alargar un texto es una forma de perder el tiempo. Para unas generaciones que tienen prisa. Para quienes han mamado el tiempo en formato píldora, al socaire de las redes sociales, de tal forma que las horas son años y los minutos, meses.

Como antes y como toda la vida, los planes de estudio, dice el alumnado, no responden a las necesidades del mercado, no interesan lo más mínimo y en los cuatro años nunca se ha estudiado nada. Y donde se dice nada, póngase la exigencia del día en el ejercicio de turno que se mande realizar. Como hace unos años y como siempre, son una inmensa minoría los alumnos que leen la prensa diariamiente, o una vez al mes, o a la semana, o al año.

En la época dorada de los periódicos de papel eran contados los estudiantes que acudían al quiosco. Hoy pueden contarse con los dedos de una mano los que están abonados a algún diario digital o aquellos que alguna vez se pasan por un quiosco. La cultura de lo gratuito, uno de los grandes logros de Internet, lo ha invadido todo. No interesa y menos aún pagando. Lo mismo que antes pero en una proporción de alumnos abrumadoramente más escandalosa.

Entonces, ¿Por qué estudias Periodismo? Pues para aprovechar la nota de corte, que es de las más altas. ¿Y para escribir? ¿Ya nadie estudia periodismo para matar su frustrada vocación de escritor? Los hay, pero menos. Son pocos los que tienen el hábito de leer y, por tanto, la inquietud de escribir. Exactamente del mismo modo que hay niños que siguen soñando con ser policías o bomberos, pero son escasos en comparación con aquellos que sueñan con ser youtuber.

En la clase sigue estando representado el grupo, cada vez más equilibrado en cuanto a género, de los que estudian para dedicarse al periodismo deportivo. Para ver gratis a su equipo del alma. En esencia.

Y en las antípodas de este panorama mayoritario militan unos cuantos jóvenes estudiantes de periodismo que siguen incubando sus ilusiones y sus sueños en la hemeroteca construida por Gay Talese, Norman Mailer, Enric González, Manu Leguineche, Rosa María Calaf, Raúl del Pozo, Truman Capote, Ben Bradlee, Tom Wolfe, José Martí Gómez, Iñaki Gabilondo, Carl Bernstein o Bob Woodward.

Por Abril Antara

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“Los gais estamos acostumbrados a los palos y no nos vamos a dejar pisotear”

El periodista Javier Cid (@javierrcid) desarrolla en las páginas virtuales de El Mundo una fervorosa defensa y visibilidad de los derechos y las libertades del colectivo LGTBI+. Y lo hace desde el prisma de la información veraz, cercana y de calidad y la empatía más real por el sentido de pertenencia que le une a esta parte de nuestra sociedad tan denostada durante tanto tiempo, pero que sigue llevando la palabra ‘lucha’ grabada con orgullo en su piel.

Cid acaba de publicar su novela Llamarás un domingo por la tarde, que desarrolla una emocionante y divertida historia que profundiza en los anhelos y preocupaciones de una generación que se resiste a afrontar el paso del tiempo.

¿Cómo definirías la profesión de periodista?

Una profesión difícil, con salidas profesionales cada vez más difusas; un ejercicio de nostalgia de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero también es un oficio emocionante, a merced de lo que ocurra en la calle. Y la calle, siempre, es imprevisible.

¿Hacia dónde se dirige la profesión desde los últimos años?

Nadie conoce esa pócima mágica, pero en ello estamos.

¿Es posible la rentabilidad real de los medios digitales, sin depender solo de la publicidad?

Hay que cambiar el paradigma del ‘todo gratis’. Si pagamos por plataformas como Netflix o Spotify, ¿por qué no íbamos a hacer lo mismo con la prensa digital? La convivencia entre los contenidos gratuitos y los muros de pago se hace imprescindible, pero para eso hemos de ponernos las pilas. Para poder cobrar por algunos de nuestros contenidos, los medios debemos esforzarnos en ofrecer información premium, de calidad, diferencial, de gran valor para el lector. Y ese es nuestro reto para garantizar nuestra supervivencia.

Has recibido recientemente el premio Alan Turing en la categoría Media del ARN Pride de Arona. ¿Qué supone este galardón a nivel personal y profesional en tu labor de visibilidad de los derechos LGTBI+?

A nivel personal ha sido una de las experiencias más increíbles y divertidas que recuerdo. Y profesionalmente es un orgullo. 10 años después del blog ‘Blogback Mountain’ en elmundo.es y decenas de crónicas sobre el colectivo después, que alguien haya pensado en mí significa que algo he calado, que algo he hecho bien. Así que gracias.

¿Cuál es el panorama actual de la comunicación sobre temática LGTBI+ en los medios generalistas? ¿Cuál es la clave para que se traten estos temas de manera natural en los medios y no como excepción?

Yo jamás he tenido ningún problema, ninguna censura, ninguna cortapisa para publicar lo que he querido y cuando he querido. Evidentemente, al no tratarse de un medio especializado, ni de nicho, la información que se publica ha de ir muy ligada a la actualidad. Y la actualidad gay, la primera página, no siempre es la más positiva. Desde mi posición yo siempre he pretendido tratar los asuntos del colectivo con la mayor normalidad posible. Que nuestras noticias se trabajen de manera natural, sin excesos ni exotismos.

¿Supone la entrada de la ultraderecha al gobierno un retroceso real en el avance de derechos LGTBI+? ¿Puede afectar la lenta, pero creciente adhesión a ese tipo de partidos en la seguridad y en la garantía de las libertades del colectivo?

Supone un retroceso absoluto. Pero los gais estamos acostumbrados a los palos y no nos vamos a dejar pisotear. Muchas de las declaraciones de la ultraderecha caerán en papel mojado. No se va a prohibir el matrimonio igualitario ni se trasladará el desfile del Orgullo a la Casa de Campo. Pero tenemos que estar vigilantes. A mí, desde luego, me van a tener enfrente para defender lo que muchos valientes han tardado siglos en conseguir.

¿Son las redes sociales un importante altavoz para visibilizar?

Las redes sociales han sido uno de mis mayores altavoces. Es sorprendente como un post en Facebook, a veces, es más efectivo y llega a más gente que una nota de prensa.

¿Qué nos puedes acercar sobre tu libro Llamarás un domingo por la tarde? ¿Cómo fue el proceso de creación?

Es un espejo de lo que soy. Un ejercicio de humor, de nostalgia, de dolor, de viajes, de aventuras, de amistad, de esperanza. Y el proceso de creación ha sido… pues largo. Tedioso. Muy solitario. Pero bonito.

Por @casas_castro

Fotos de Carlos García

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“Cada vez se valora más la viralidad o la rentabilidad a corto plazo”

El periodista Javier Zurro (@Zurro_85) es un apasionado del cine y lo demuestra cada semana en la sección de Cultura del diario El Español, donde defiende un periodismo cultural y cinematográfico que vaya más allá de contenidos rentables y que lleguen rápidamente a mucha gente en pos de reflexiones más profundas y con amplitud de miras, que aporten un plus de calidad para el lector.

¿Llegó antes a tu vida la pasión por el periodismo o por el cine?

En mi caso llegó antes la pasión por el cine. Recuerdo los 13 o 14 años como el momento de eclosión de mi fanatismo. Compraba revistas y descubría directores que a esa edad eran desconocidos para un niño. Me acuerdo del momento en el que vi en casa Todo sobre mi madre y descubrí el universo Almodóvar como algo único. Desde entonces supe que quería de alguna forma dedicarme al ‘cine’. En Valladolid no había Comunicación Audiovisual, así que terminé en Periodismo, porque tenía los tres primeros años en común, y terminé enamorado de los dos mundos y uniéndolos.

¿Cuáles son las claves para realizar periodismo cultural veraz, útil para el lector y de calidad?

Cada vez es más complicado. Vivimos en un mundo en el que cada vez se valoran más términos como la viralidad o la rentabilidad a corto plazo que realizar enfoques propios y artículos de calidad. Creo que es clave no dejarse arrastrar por esa tendencia. Hay que tener en cuenta qué quiere leer la gente, pero también ofrecer un contenido de calidad. Por ello creo que es fundamental no hacer solo un servicio de ‘agencia de comunicación’ e informar de estrenos, sino mirar un poco más allá. Informar de la industria, de las ayudas al cine, denunciar el poco interés de las instituciones, la falta de mujeres, etc.

¿Cuál es el panorama del periodismo cinematográfico en nuestro país? ¿Sigue sirviendo para informar al espectador antes de tomar la decisión de ver una película o conocer a un director de cine como sucedía años atrás?

Hay dos elementos diferentes. Está la crítica de cine, que tiene una función prescriptora, de recomendación, y que sigue siendo una herramienta, pero que también es cierto que ha perdido influencia al mismo tiempo que la ha ganado una recomendación en Twitter o un usuario en Youtube, que quizás con menos preparación consigue conectar con un público diferente, que hasta ahora no se sentía interpelado por la crítica. Luego están los informadores de cine, que también tienen una función de informar lo que llega a las salas, pero creo que deben dar un paso más e informar de otros directores, de otras visiones, de industria, dar enfoques políticos, etc.

¿Cómo está funcionando internet y las redes sociales a la hora de convertir una película o una serie en éxito y que sean seguidas por millones de personas como sucede con Juego de Tronos o, en nuestro país, con La que se avecina?

Es complicado. Twitter realmente no es más que un reflejo de lo que nosotros queremos ver. Elegimos la gente a la que seguimos y muchas veces parece que algo va a ser un fenómeno y solo interesa a tu timeline. Pero es cierto que hay una nueva forma de informar y llegar a un público que va a las salas. Las noticias segmentadas de Facebook llegan a su público objetivo y una buena campaña viral puede ayudar mucho, pero no creo que la clave del éxito de Juego de Tronos sean las redes sociales. Simplemente ha cambiado la forma en la que lo consumimos, ahora lo comentamos en directo en redes.

¿Qué películas y series de ayer no debemos perdernos y qué próximos estrenos se esperan muy interesantes?

Esta lista puede estar llena de ausencias y lagunas, así que me limitaré y rescataré la figura de Agnès Varda, recientemente fallecida. De lo que viene ahora solo pienso en el gran nivel del Cannes de este año, donde se está viendo lo último de Malick, Tarantino o los Dardenne y me parece una selección maravillosa.

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“El periodismo es un oficio para gente lista y espabilada”

El periodismo no es una profesión sencilla. Sobre todo, para vivir de ella. Y eso lo sabe muy bien José Manuel Atienza (@jmatencia), director de contenidos de SER Málaga. Como él mismo dice, “se trabaja mucho, casi nadie se hace rico y cuesta bastante hacerse un hueco medianamente confortable”. A pesar de ello, Atienza lo considera uno de los mejores oficios del mundo.

¿Con qué frase definirías la profesión periodística?

Hay muchas, pero me gusta especialmente una clásica, que se atribuye a George Orwel, por lo que significa de referente ético: “periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Todo lo demás son relaciones públicas”. También me gusta una reflexión de Eugenio Scalfari, que fue director y fundador del diario La Repubblica de Italia. Es una sencilla y dice así: “periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente”.

¿Cuál es la salud actual del periodismo en nuestro país?

Más de 12.000 periodistas han perdido su empleo desde la crisis. Si nos atenemos a este dato, el estado de salud de este oficio es comatoso. Se han perdido empleos y los que se han creado son muchísimo más precarios. El periodismo ha tenido tres crisis conjuntas: la crisis económica, la crisis de los propios medios por el mayor cambio tecnológico que se ha producido nunca y la crisis de las propias empresas periodísticas que, desde la llegada de Internet, no terminan de encontrar un modelo económico rentable. Dicho esto, que muestra un panorama muy complicado, posiblemente asistimos a la vez a la época de la historia del mundo donde más información recibimos al día y donde más accesible es la información para todo el mundo. Conjugar ambas cosas es el santo grial de este oficio: hacer buena información y que haya gente dispuesta a pagar por la calidad de los contenidos. Cuando eso ocurre, mejorará mucho el estado de salud del periodismo. Mientras llega, seguimos buscando la fórmula con muchas dificultades y bastantes errores.

¿Qué caracteriza al periodismo de cercanía que realizas en Málaga a través de las ondas hertzianas? ¿Tiene el periodismo local un público más fiel que el nacional?

He trabajado en medios provinciales, pero también en medios nacionales. Y llevo defendiendo toda mi vida que no hay un periodismo de provincias y un periodismo nacional. Hay exclusivamente buen periodismo. Y una historia bien contada es buena si es realmente interesante y está bien relatada, con independencia de que su protagonista viva en Málaga, Madrid o Berlín. A la gente le gusta que le cuenten buenas historias y esas están en todos sitios. Luego hay un periodismo de proximidad: la gente quiere saber quién le gobierna, pero también le gusta saber, cuando se levanta por la mañana, cómo está la circulación en la carretera que le lleva a su trabajo. No se trata de fidelidad, sino de complementariedad. En un mundo donde la información está cada día más globalizada y donde en segundos sabemos lo que pasa en cualquier parte del mundo, un ciudadano también quiere saber lo que ocurre en su ciudad, su barrio. Soy un enorme defensor de la información local. Para algunos grandes medios puede ser la gran baza con la que apoyarse frente a otros grandes medios. La posibilidad de ofrecer una buena información de cada sitio donde tiene implantación.

¿Qué tiene la radio que no tengan otros formatos periodísticos a la hora de comunicar?

Tiene la inmediatez. Y alguien me podría decir que ahora están las redes e internet para competir. Y es verdad, pero no todo lo que se hace en las redes es periodismo. Los periodistas saben priorizar las informaciones, ofrecer contenidos de calidad y desbrozar la verdad entre tantas mentiras. La radio además es un medio muy innovador. Se hacen cosas distintas y originales. Informa y, además, entretiene. Y, sobre todo, no lo digo yo, lo dicen los estudios, sigue siendo un medio muy creíble para los ciudadanos. La gente cree mucho lo que se dice por la radio.

¿Qué suponen las redes sociales para el trabajo de periodista en la actualidad? ¿Más ayuda que vía de desinformación?

Ahora mismo es imposible sustraerse de este fenómeno que ha cambiado la forma que tenemos de comunicarnos. Para cualquier periodista es esencial, aunque posiblemente menos de lo que a veces creemos. Sirve para testar el estado de opinión, aunque muchas veces configura un estado de opinión que no tiene que ver mucho con la realidad. El gran problema de las redes sociales, como en el gran problema de la sociedad actual, es que la mentira y las noticias falsas lo ha inundado todo y no existen mecanismos de control suficientes para pararlas. Con el tiempo he aprendido a ser enormemente cuidadoso con los retuits que hago y con la información que enlazo, con las personas que sigo y a los que no les hago caso alguno: busco primero tener la certeza de que lo que voy a poner o a retuitear es verdad. Y admito que muchas veces no me resulta fácil este cometido.

¿Qué mensaje les darías a los estudiantes que llenan hoy las aulas de Periodismo en las facultades de nuestro país? ¿Hay futuro para ellos?

Hay un futuro que no es fácil. Pero es que el futuro no es fácil para nadie. Nunca el mundo ha cambiado tanto en tan poco tiempo. Nos ha tocado vivir la mayor revolución de la historia de la humanidad, con oficios que desaparecen y con la aparición de otros trabajos que todavía ni siquiera tienen nombre. El periodismo es un oficio para gente vocacional, para gente lista y para gente espabilada. Es muy difícil ser periodista porque no se te ocurra nada mejor que ser. Se trabaja mucho, casi nadie se hace rico y cuesta bastante hacerse un hueco medianamente confortable. Claro, que para los que nos gusta, es uno de los mejores oficios del mundo. Somos, en cierta medida, los escribanos del día a día. Y eso es un absoluto privilegio.

Por @casas_castro

prensa. periodistas

Amenazas de la libertad de prensa

Un 3 de mayo más el calendario viene marcado por el Día de la Libertad de Prensa, una fecha en la que se recuerda a la sociedad la importancia que tiene estar informada por profesionales. Unos medios de comunicación sin mordazas, con periodistas que ejerzan libremente pese a quien pese, es sinónimo de estar en una democracia avanzada. Sin embargo, en pleno siglo XXI, ciertas amenazas se ciernen sobre la libertad de prensa en España.

Uno de los puntos que más preocupan son las fake news, un tema que se ha abordado en este blog en numerosas ocasiones. Las noticias falsas desinforman a la ciudadanía y acaban desautorizando el periodismo, ya que se disfrazan de noticias o se dan como ciertas en portales web de dudosa reputación profesional. Este peligro hace que la libertad de prensa quede anulada al no lograr su propósito: informar a la sociedad de los hechos de la forma más objetiva posible.

La manera más eficaz de combatirlas es a través de un periodismo de calidad en el que se cuiden tanto los contenidos como a los profesiones, pues estos sufren una implacable precariedad laboral. Esto también pasa por un nuevo modelo financiero, que ayude a una mayor independencia y a incrementar los niveles de mejora de empleo de sus personas. Periódicos como The New York Times ha conseguido sortear la crisis que viven los medios de comunicación tras no saber adaptarse a Internet, con un aumento tanto de suscriptores como de contratación de periodistas. Y todo ello gracias a realizar un exquisito y cuidado periodismo de calidad.

Para combatir las fake news, han surgido plataformas impulsadas por periodistas para verificar las informaciones. Incluso algunos medios de comunicación se han dedicado a contratar los datos que vertían los partidos políticos durante la campaña electoral del 28A, la cual, todo sea dicho, se ha visto salpicada por numerosas noticias falsas por parte de algunos candidatos.

Al hilo de las elecciones, también se ha visto otra amenaza a la libertad de prensa. Un partido político ha asegurado que cerraría medios de comunicación públicos y privados. En sus mítines, de hecho, la gente abucheaba a algunos periodistas que acudían a cubrirlo e incluso se llegó a vetar la entrada de ciertos profesionales de la información.

A todo ello se unen situaciones de indefensión de los periodistas que trabajan en nuestro país, como la que se vivió en Baleares. Un juez ordenó la confiscación de los móviles personales y los documentos de compañeros del Diario de Mallorca y de las agencias EFE y Europa Press, que estaban investigando un caso de corrupción.

Ante todas estas amenazas, la libertad de prensa debe ser reivindicada más que nunca este 3 de mayo. Pero hoy y todos los días debería de ser recordada, ya que, como se viene clamando desde hace tiempo, “Sin periodismo no hay democracia”. Este derecho de la sociedad que no puede existir si los periodistas se encuentran con tantos obstáculos para trabajar.

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“El periodismo cultural es un espacio de resistencia”

¿El periodismo cultural se centra en el artista, el libro o la super producción del momento? Puede ser que en las grandes cabeceras se focalice demasiado en esta tendencia, pero muchos de los periodistas que lo trabajan en otros medios lo entienden también como una manera de abrir la cultura no masiva a todo el público para darla a conocer y analizarla de manera audaz, veraz y con calidad. Es el caso de la profesional Olga Ayuso (@OAyuso), que hace lo propio en El Periódico de Extremadura. En la actualidad también desmiga la psicología desde las ondas de Canal Extremadura Radio.

¿Cuándo te picó el gusanillo del periodismo?

El gusanillo del periodismo a mí me picó ejerciendo. Ni siquiera en la carrera. Yo estudié Periodismo porque me gusta escribir más que cualquier otra cosa en esta vida y era la única carrera en la que el oficio exige escribir: de hecho, comencé en prensa. Luego descubrí que, junto a dar clases, es el único trabajo en el que yo soy o sería feliz.

¿Cuál es el panorama actual del periodismo cultural en nuestro país?

Al periodismo cultural le pasa lo mismo que a la cultura, en general. Es un espacio de resistencia. Salvo los medios públicos, el resto de los medios se ha transformado en conglomerados de comunicación, con sus propias servidumbres (productoras de cine propias o amigas; editoriales a las que se les hacen publirreportajes vestidos de noticias; los críticos solo reseñan libros que publican las afines, etc.). Además, se han introducido dentro del paraguas de la cultura ciertas manifestaciones que yo no consideraré nunca culturales, como la moda (y ¡ojo!: considero que hay que ser profundamente culto para ser un buen diseñador; no desdeño la moda), la gastronomía o esa aberración psicópata que consiste en matar a un animal doméstico en una plaza (sí: el toro es un animal doméstico). Las dos primeras deberían tener sus propias secciones. La última debería darnos vergüenza social.

¿Qué tiene la radio que no tengan otros formatos a la hora de hacer periodismo? ¿Eres de los que piensa que es un medio que no morirá nunca?

La naturalidad, la posibilidad de escuchar las voces de la gente a la que entrevistas o de quienes hablas. Es más móvil que una televisión o que un periódico: es inmediata y es cercana. No creo que mueran nunca ninguno de los medios con los que se transmite qué ocurre en el mundo a los demás.

¿Cuáles son los temas estrella que tratas en tu programa sobre psicología en Canal Extremadura Radio?

No hay temas estrella en psicología. Había una carencia de programas o espacios que abordaran la psicología de manera científica y no como un compendio general de consejitos de autoayuda que no sirven para nada, en el mejor de los casos, y que dañan personal y socialmente, en el peor. Así que, por ahora, me estoy dedicando (entre otras cosas) a desmontar mitos. Lleva muy poco tiempo, de todos modos.

También tienes un blog sobre cocina vegana. ¿Crees que el veganismo es un estilo de vida que ha crecido en los últimos años en nuestro país o sigue siendo visto de manera ‘extraña’ o diferente por quienes comen productos de origen animal?

El veganismo no es un estilo de vida. El veganismo es un posicionamiento ético, del mismo modo en que el abolicionismo de la esclavitud lo fue. Uno de estos posicionamientos se manifiesta en la cocina (no comer nada que provenga de un animal), pero otros en la moda (no vestir cuero, lana o seda), en el ocio (no ir a espectáculos que utilicen a animales). Sigue siendo visto de manera extraña, diferente y hostil: supongo que, en muchos lugares, menos, pero yo vivo en Extremadura, la tierra del cerdo ibérico. Generalmente, el tema del veganismo y del activismo vegano se lanza siempre a la carta animalista: no dañar a animales. A mí me interesaron más desde el principio (desde que comencé a informarme sobre la industria alimentaria, que es muy opaca) otros problemas: nos estamos comiendo la comida de personas que no tienen para comer. Se planta soja para alimentar al ganado que nos comemos en el Primer Mundo, se destruyen ecosistemas, se mata a indígenas, hay conflictos por la tierra que desencadenan guerras, se contribuye al cambio climático, se acaba con los fondos marinos y con la biodiversidad, pescamos en aguas extracomunitarias de países del Tercer Mundo, et. Las decisiones individuales de un grupo de personas no van a cambiar esto, que es un problema global, pero al menos yo (que siempre he dicho que el hambre en el mundo no se acaba por falta de voluntad política) me abstengo de colaborar con industrias y prácticas que contribuyen a la hambruna y a la destrucción del medio ambiente.

¿Alguna cosa más que desees valorar o destacar sobre los temas tratados?

El concepto de que la cultura es política e implica posicionamientos políticos: uno de ellos es hablar de lo que no se ve, de lo que no tiene espacio en los medios de comunicación generalistas, que dedican espacios al último disco del artista del momento o a la superproducción o al best seller del momento.

Premios APM 2018

Finaliza el plazo para los Premios APM de Periodismo 2018

Los Premios APM de Periodismo 2018, organizados por la Asociación de Periodistas de Madrid, concluyen este lunes, 15 de abril, el plazo para la presentación de candidaturas. Se trata de unos galardones con un largo recorrido, ya que celebran su 80ª edición, en los que se puede optar al:

  • Premio APM de Honor. Se reconoce los méritos de toda una vida profesional.
  • Premio APM al Mejor Periodista del Año. Se concede por la mejor labor profesional, concretamente, durante 2018.
  • Premio APM al Periodista Joven del Año. Premia la labor de un periodista menor de 30 años cuya actividad haya destacado en el último año.
  • Premio APM al Periodista Especializado en Madrid del año. Se distingue el trabajo o trayectoria profesional periodística desempeñada en la capital.

Según la Asociación de la Prensa de Madrid, los premios pueden ser propuestos por directores de medios y/o responsables de entidades relacionadas con la profesión periodística; la Junta Directiva de la APM o sus miembros a título individual; y cinco o más asociados conjuntamente que pertenezcan al menos a tres grupos de comunicación diferentes. Asimismo, dejan muy claro que la autopostulación es inválida.

Las bases especifican que las propuestas se deben enviar por correo certificado a la entidad o al email comunicación@apmadrid.es, indicando en el asunto “Para los Premios APM de Periodismo 2018”.

La pasada edición, celebrada el 19 de junio, reconoció los méritos de toda una vida profesional a Nativel Preciado. El premio como mejor periodista recayó en Antonio García Ferraras, mientras que al profesional especializado en Madrid fue a parar en Sara Medialdea, redactora de local de ABC. El premio al Periodista Joven del Año 2017 se concedió a Isaac J. Martín, corresponsal de la Agencia EFE en El Cairo.

Durante la celebración del año pasado, la presidenta de la APM, Victoria Prego, señaló que el periodismo “se encuentra amenazado por dos fenómenos: la información gratis y la desinformación”. Estos desafíos a los que se enfrenta la profesión fueron abordados en la última asamblea de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), pues se trata de cuestiones que ponen en cuestión el futuro de la profesión.

De hecho, el presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez, puso de relieve el papel que juegan medios de comunicación de The New York Times, el cual se ha centrado en elaborar un periodismo de calidad por el que la ciudadanía está pagando y que, además, ha implicado la contratación de profesionales. Además, este periodismo de calidad ayuda a luchar contra las fake news y los bulos.