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“Los periodistas tenemos que contrastar para evitar que algún interesado nos cuele un gol”

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Silvia Angulo (@angulo_silvia) escribe sobre lo que sucede en el día a día de la ciudad de Barcelona desde la redacción de La Vanguardia. Noticias que comparte en sus redes sociales, que considera grandes aliadas de los profesionales de la comunicación, sin perder de vista el contraste de la información que en ellas se vierte y que el periodista debe realizar concienzudamente.

¿Qué te atraía de la profesión periodística antes de comenzar tus estudios universitarios?

Poder dar respuesta y explicar lo que ocurre en el mundo.

¿Cuáles son las claves para realizar una pieza periodística clara y de calidad?

Pensar que la deben entender todos. No dar por supuesto que el lector conoce hechos o sucesos que han ocurrido con anterioridad. Aunque sea de manera somera, deben volver a explicarse para que la información sea inteligible.

¿Cómo ayudan las redes sociales a la tarea profesional del periodista? ¿También perjudican?

Las redes sociales nos ayudan a los periodistas. Decir lo contrario sería mentir. Ahora las noticias aparecen antes en Twitter que en las agencias de noticias porque es el propio ciudadano o el político de turno quien explica lo que sucede de una manera inmediata. Pero también hay que estar alerta con el fenómeno de la inmediatez y el peligro de las fake news, que utilizan las redes sociales para propagarse. Los periodistas siempre tenemos que contrastar la información para evitar errores y que algún interesado nos cuele un gol. Pero esto vale para las redes sociales y también para cualquier noticia.

Desde tu punto de vista, ¿cuál es el panorama actual del periodismo que se realiza en Barcelona?

Yo escribo en la sección de local de La Vanguardia. Abordamos información de política municipal, movilidad, economía, patrimonio, temas sociales y también sucesos. Ahora a las puertas de unas elecciones municipales que se celebrarán el próximo mes de mayo podemos decir que ya estamos en precampaña y la política municipal cobra fuerza. Pero estos días hemos estado muy entretenidos con el conflicto del taxi y los vehículos de transporte con conductor que han tenido en jaque a la ciudad.

¿Qué consejo le darías a los estudiantes que cursan en la actualidad estudios de Periodismo en las facultades?

Deben ser perseverantes y no escuchar aquellas voces agoreras que dicen que la profesión está mal y que no encontrarán trabajo. Muchos ya lo decían cuando yo estudiaba. Si les gusta el periodismo, al final encontrarán su lugar en algún medio de comunicación. No hay que rendirse.

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La trinchera periodística

Periodismo a pesar de todo

El último, el penúltimo, el antepenúltimo y el anterior. La secuencia de informes anuales sobre la profesión periodística, elaborados por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), ofrecen la radiografía de una profesión afectada por los males propios de otros sectores, derivados de la precarización, y alguno más. El estudio correspondiente a 2018, dirigido por Luis Palacio y recientemente presentado, aporta datos demoledores sobre la situación de los periodistas que perfilan un “sin novedad en el frente” respecto a años anteriores. Y el frente está en retroceso. En cuanto a derechos y salarios. “La situación económica del país ha empezado a enderezarse, pero no ha ocurrido lo mismo con la profesión, que sigue padeciendo un deterioro evidente, tanto en términos de empleo como de niveles salariales”. Es una de las conclusiones del estudio realizado a partir de encuestas a 1.694 profesionales de toda España.

Fotografía: Marga Ferrer

Cómo evitar el estrés de las redes sociales fuera de la oficina cuando trabajas en comunicación

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Las redes sociales han supuesto una revolución para los trabajadores del campo de la comunicación, en especial para aquellos que han reorientado su carrera hacia el ámbito digital. Son –las redes– un altavoz espectacular para cuantos proyectos y contenidos se quieran diseminar, pero a la vez encierran un peligro potencialmente demoledor: si patinamos, todo el mundo lo sabrá.

periodismo-economico-elena-berberana

“En el periodismo económico apuesto por humanizar las estadísticas”

La periodista Elena Berberana ahonda en los datos y apuesta por humanizar las estadísticas a la hora de realizar periodismo económico desde la cabecera de Libertad Digital. También se ha introducido en la pequeña pantalla como reportera y redactora en programas de Canal Sur Televisión, así como en las ondas hertzianas para hablar de nuevas tendencias, tecnología, redes sociales y cultura en esRadio.

¿Cuándo te picó el gusanillo del periodismo?

Nunca supe que quería ser periodista hasta que tuve que elegir carrera después de la Selectividad. Me encantaba leer libros desde que era muy pequeña, era muy curiosa. Ya en la adolescencia seguía teniendo sed de información: quería conocer la historia del ser humano en profundidad, la psicología de las personas y el funcionamiento de las sociedades. Esto unido a mi afán por conversar, escuchar, escribir e indagar en el porqué de las cosas, hizo que el periodismo fuera la profesión idónea para desarrollar mis intereses.

¿Cuáles son las claves para ejercer tu profesión de manera clara, veraz y de calidad?

Estoy en contra de que el periodismo se haga solo desde las redacciones y sin salir nunca a la calle. Para ejercer la profesión de la forma más eficiente para el espectador, oyente o lector primero hay que hacer horas de guardias; correr por una foto; colarte en algún sitio en el que no te dejen pasar; intentar sacar declaraciones a pie de calle, aunque las personas entrevistadas se nieguen a responderte; hablar con todo tipo de personas sin prejuicios, y, ante todo, saber escuchar lo que te están diciendo y comprenderlo. Es muy importante, haber realizado este reporterismo de calle en los primeros años porque esto es lo que te va a diferenciar del resto de periodistas de una redacción, si quieres ser un buen profesional. Aunque no basta con estar al pie de la noticia en exteriores. Para después saber dar forma a todo el contenido, estructurarlo y ahondar en la verdad de la historia que has investigado, debes leer libros, a los grandes autores de la historia pasada y contemporánea. Nunca hay que dejar de hacerlo porque es lo que te va a posibilitar poder escribir con sensatez y cierta claridad y coherencia.

¿Esos libros que siempre te recomendaban en la universidad, por ejemplo?

Abogo por ser autodidacta. Las universidades suelen estar muy ideologizadas y los alumnos del periodismo salen bastante intoxicados tras haberse empapado de lecturas desechables. En las aulas existen argumentos de usar y tirar y lo más adecuado es descubrir por ti mismo el quid de la cuestión, compaginar los libros con Internet y las redes sociales y poner cara a las informaciones y testimonios que te llegan. Además, si algo he aprendido es que nunca se debe dar nada por sentado: habrá personas que te convenzan de que su verdad es la cierta y que casi te lo creas, pero debes cuestionarlo todo. Así se llegará a ofrecer una buena ración de noticias cinco estrellas.

¿Cuál es el panorama del periodismo económico en las cabeceras españolas de prensa y de digital? ¿Continúa teniendo el interés del público este tipo de información?

Cualquier tipo de información suscita interés si sabes cómo darla a conocer. De la información económica puedes crear un auténtico tostón para los lectores o ponerle cara a los datos que te llegan. Yo apuesto por humanizar las estadísticas y describir cuál es el drama de un autónomo, o, por ejemplo, cuánto dinero mueven las asociaciones feministas. Hay que tirar del hilo siempre. En cuanto a las prensa en general, la velocidad en la que se van sucediendo los titulares está restando calidad informativa a favor de la rapidez. Las nuevas tecnologías han hecho mella en los reportajes por la rapidez que imponen a los periodistas. Aunque entre la ingente cantidad de noticias diarias siempre hay informaciones gourmet.

¿De qué manera te enfrentas al papel (o el Word) en blanco a la hora de comunicar acerca de economía u otra temática?

Nunca le he tenido miedo a la hoja en blanco. Cuando ya abro el folio es porque tengo preparado todo lo que necesitaba en mi cabeza y entonces empiezo a escribir.

¿Qué consejos darías a los estudiantes que hoy llenan las aulas de las facultades de Periodismo para su futuro en la profesión?

Que nunca subestimen al lector, el espectador u el oyente. El público es inteligente. Tampoco deben olvidar que el periodismo se practica a todas horas del día. Hay que estar atento a tu alrededor: cualquier frase que oigas en un bar, algún hecho que le haya pasado a un conocido, el drama de un amigo tuyo; cualquier cosa es susceptible de ser noticiable. Considero que hay que integrar esto en la mentalidad de los estudiantes. De lo contrario te conviertes en un redactor de mesa que funciona tirando de agencias o repitiendo lo que cuentan otros. Es cierto que el panorama laboral es duro para cualquier periodista, pero desde ya les diría que empezaran a contar historias en un blog o en una web y a crear sus redes sociales. Es una forma de practicar y de interactuar que antes no teníamos: dependíamos de poder acceder a un estudio de radio o de televisión o a un periódico. Ahora no. Por último, insistiría en la idea de que no se fíen de todo lo que les cuenten sus profesores; no son dioses.

Por @casas_castro
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“Desde niño interioricé el ideal de justicia que existe en el deporte”

Fonsi Loaiza es uno de esos claros ejemplos de que la vocación en el mundo del periodismo deportivo existe. Y, aunque se considere torpe para jugar al fútbol, su trayectoria como comentarista radiofónico no tiene comparación en esta área, gracias a su experiencia y a sus amplios conocimientos en la materia.

¿Cuándo comenzaste a interesarte por el Periodismo?

En mi caso ha sido vocacional desde muy pequeño. Cuando preguntaban eso de “¿qué quieres ser de mayor?”, siempre decía que quería ser periodista deportivo y nunca lo he cambiado hasta ahora. Descubrí mi pasión por el periodismo gracias al deporte y a mis limitaciones técnicas y físicas en el fútbol. No sé de dónde me viene esa vocación por el deporte siendo tan rematadamente torpe. Era malo jugando, pero desde niño interioricé el ideal de justicia que existe en el deporte. En los partidillos del colegio los compañeros del equipo rival me preguntaban por las jugadas polémicas porque sabían que siempre iba a decir la verdad. En mi primer equipo de fútbol con los compañeros de clase celebramos como un campeonato el único gol que marcamos en toda la temporada y ahí entendí que es preferible compartir las derrotas y pasarlo bien con los amigos que el triunfo con desconocidos. También aprendí la tabla de multiplicar y conocimiento del medio en el pasillo de mi casa jugando a la pelota con mi madre. Esa niñez es mi patria y me esfuerzo cada día por recuperarla con un periodismo que cuente la verdad.

¿Qué aporta la radio a la hora de ejercer tu profesión?

La radio es un medio que tiene algo especial que hace que nunca muera, aunque la quieran dar por muerta. Ni la televisión ni internet la han matado. Ahora han llegado los podcasts y son un exitazo. La radio da compañía en la soledad de estos tiempos acelerados.

¿Cuáles son las claves para hacer periodismo deportivo claro, cercano y de calidad?

No encuentro diferencia entre lo que tiene que ser el periodismo de calidad y el periodismo deportivo de calidad. Hace falta fiscalizar al poder, contar la verdad, ser honrados, no venderse, pelear por un deporte democrático.

En tus redes mencionas que luchas por un deporte antifascista, anticapitalista y feminista. ¿Son todavía estos problemas actuales del mundo del deporte?

La mercantilización, el machismo y la xenofobia son males que asolan al deporte en el que los mercaderes que lo gobiernan tienen cancha libre para sus negocios. El deporte está concebido por estos corruptos como un paraíso fiscal en el que esconder sus fechorías. La única forma de combatir estas lacras es con un periodismo con una visión feminista, anticapitalista y antifascista. Los que dicen que no hay que politizar el deporte lo que realmente están diciendo es que los aficionados no se metan en política, que ya la hacen ellos para robar. El panorama comunicativo y empresarial en torno al fútbol es desolador. Los aficionados no cuentan para nada en este sistema basado en el lucro. Como explicaba el entrenador Marcelo Bielsa, el fútbol es de la gente, pero estos destinatarios están excluidos de todas las decisiones.

¿Cuál es el panorama actual del periodismo cultural en los medios generalistas?

La cultura proviene del latín ‘cultivo’. La cultura crítica no interesa en los medios de comunicación. En España la cultura sí ha tenido un papel muy importante en lo que el periodista Guillem Martínez llama ‘la cultura de la Transición’, sin embargo, todo lo que estaba fuera de este marco era marginal. Ahora existen las redes sociales y sí veo un nuevo panorama cultural con otros códigos y que sí se están abriendo nuevos debates culturales que antes no se quiso mencionar. Como la Memoria Histórica: son los nietos los que están sacando a sus abuelos de las fosas del miedo que inoculó el franquismo.

¿Qué mensaje le trasladarías a quienes estudian Periodismo en la actualidad?

El mismo que en los agradecimientos de mi tesis doctoral. No soy nadie para dar consejos, solo para dar las gracias. A todos los jóvenes periodistas que luchan por el oficio, que no desisten en su empeño homérico y que nunca sucumbirán ante la mediocridad y el miedo que ejercen los imperios mediáticos del capitalismo.

Por @casas_castro
Regalos periodistas

5 regalos de Navidad para un periodista

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En este artículo recopilamos cinco regalos interesantes con los que nos ganaremos la gratitud de los periodistas de nuestro entorno. ¡Sorpréndeles con cultura y tecnología!

Votación_Ferrer

Cómo capta suscriptores The Guardian y por qué seguir su ejemplo

No hay Facultad de Periodismo en el mundo, ni foro de comunicación en el que no se haya planteado qué hacer para captar suscriptores para que la prensa digital pueda cimentar su modelo de negocio sobre un pilar sólido. Se ensayan sistemas de acceso a los contenidos con informaciones en abierto y otras cerradas (freemium/premium), la opción del muro del todo pagado (el paywall) o la posibilidad de consumir un cupo de informaciones gratis para abrir el apetito y luego obligar a pasar por caja, el conocido como metered model.

Los grandes periódicos han ensayado, en su mayoría, todos estos modelos, puros o combinados. E incluso han hecho viajes de ida y de vuelta, cerrar contenidos, abrirlos y volverlos a cerrar, caso de El País, El Mundo o el propio The New York Times. Finalmente, quienes parece que han encontrado la fórmula del éxito, que en algunos casos es la supervivencia, lo han hecho sobre la base de la búsqueda del compromiso del lector con la cabecera y con el periodismo como una de las columnas vertebrales de la democracia, en tanto que catalizador del debate y de la información y arma de control del poder. Entre los medios que han dado con la tecla figura, sin duda, el prestigioso The Guardian. En apenas dos años y medio, el tráfico de su web se ha disparado y no precisamente por el uso y abuso del clickbait.

El número de suscriptores se ha multiplicado por 38, al pasar de 15.000 a 570.000, según el portal Journalism.co.uk, que certificó las cifras después de hacer un seguimiento exhaustivo dentro de un proyecto de viabilidad trazado por la empresa. La gerente de dicha iniciativa en el periódico británico, Amanda Michel, resumió en cinco puntos la fórmula del éxito, después de su experiencia de constante evaluación e interacción con los lectores. De entrada, concluyó que los lectores no quieren que se les ofrezcan compensaciones de tipo material. Ni experiencias, ni viajes, ni sorteos. Prefieren que se les pida directamente apoyo al periodismo que practican. En segundo lugar, considera que es importante trasladar a los lectores que su papel es importante en la sociedad, “desarrollar una conciencia de organización”, en palabras de Michel.

Cada lector tiene unas inquietudes y un lugar adecuado en el periódico. Es la tercera recomendación. “Hazlo fácil” es el cuarto consejo insoslayable para esta responsable del The Guardian. Con ese sistema, el diario ha logrado contribuciones de lectores de 170 países, con sistemas de pago y costumbres muy distintas. Y para cerrar los mandamientos del éxito del periodismo digital, Michel subraya la importancia de conformar un equipo multidisciplinario para elaborar contenidos, que comprenda desde el ámbito editorial hasta el marketing. Es la forma de aprender y avanzar juntos.

Por Abril Antara

Foto: @Marga _Ferrer

 

Chicas Poderosas

‘Chicas poderosas’, un proyecto para empoderar a las periodistas

El movimiento Chicas Poderosas por fin ha llegado a España. Cinco años después de su surgimiento en California y tras haberse expandido a trece países, el movimiento arrancó hace una semana en nuestro país con el objetivo de crear una red colaborativa que ayude a compartir talento y conocimiento y, a la postre, empoderar a las mujeres periodistas que se quieran adherir.

Cinco relatos sobre periodismo

La literatura periodística en cinco textos adictivos

Cualquier asunto, sea un caso aislado o un fenómeno, se puede contar con tantos enfoques como caras tiene un poliedro, desde tantos ángulos como medios y periodistas pueda haber. El carácter subjetivo de esta profesión se apuntala a través de la jerarquización de contenidos en los medios -en función de los criterios de noticiabilidad que se apliquen-, de la mera selección de voces y silencios o con la decisión de dónde colocar el trípode con la cámara. Es su esencia. Ahí radican sus virtudes y de esa percha cuelgan buena parte de los vicios de esta profesión. Del mismo modo, el periodismo puede ser la noticia y se puede contar desde mil y una vertientes. De periodismo se puede escribir en los libros de texto y manuales académicos, pero el oficio de periodista se puede abordar, especialmente, desde la experiencia vivida por quienes cada día engrandecen el oficio en cada una de sus trincheras.

Testimonios, vivencias, guerras y batallas han engordado una fértil literatura periodística. La lista de libros recomendados sería inabordable… He aquí una pequeña selección de títulos que constituyen auténticas joyas de la literatura periodística publicados en los últimos años. Obras sobre un oficio que perjudica seriamente la salud de quien lo practica, que provoca extrema adicción.

Cada mesa un Vietnam. Sobre el oficio de periodismo. De Jot Down Books, con una cuidada edición del periodista Enric González. Publicado en 2017, el propio título es ya una declaración de principios respecto a la convulsión permanente en la que vive sumido el profesional de la información con independencia del frente que le corresponda cubrir. En sus páginas, 24 periodistas reflexionan sobre su trabajo. Informadores y opinadores del reporterismo de guerra, de la información política o del deporte, desde todas las demarcaciones de este terreno de juego, abordan la manera de vivir, entender y sobrevivir a todas las trampas y retos de la profesión. Desde la formalidad exenta de aventura de la rueda de prensa a la crónica desde la trinchera con balas del corresponsal de guerra, desde el periodista en plantilla a la figura del freelance, casi todos los perfiles están presentes en Cada mesa un Vietnam.

La reinvención de The New York Times. Cómo la “dama de gris” del periodismo se está adaptando a la era móvil. Editado por Knight Center, este libro de Ismael Nafría (periodista, consultor, profesor y experto en medios digitales) publicado en 2017 explica con todo lujo de detalles la transición experimentada por el periódico más influyente del mundo desde la condición de estricto diario de papel hasta su completa adaptación a la era digital. Se trata de uno de los procesos más revolucionarios y exitosos, aunque con altibajos, experimentados en la historia del periodismo. En esta obra se aborda no solamente la transformación tecnológica y del modelo de negocio de este gigante de la prensa escrita, sino también la implicación de este fenómeno en el consumo de noticias y la relación con el lector (intertextualidad o multimedialidad) o con los anunciantes (interactividad).

Todos náufragos. Ediciones B publicó en 2015 esta obra maravillosa de Ramón Lobo, un veterano de mil batallas que durante veinte años de profesión ejerció en la sección de Internacional del diario El País. Es este un libro muy personal, podría decirse que un auténtico streptease sobre su manera de sentir el oficio, sobre los miedos, convicciones, principios, dudas y certezas. Y sobre su familia y antepasados, su manera de concebir el mundo, todos los mundos. El autor lo considera su mejor libro. En él desfilan buena parte de sus vivencias en los conflictos internacionales que cubrió como reportero del periódico de Prisa. Entre ellos, los de los Balcanes, Afganistán, Chechenia, Irak, Líbano, Ruanda o Sierra Leona. Ramón Lobo acumula varios premios y reconocimientos a su dilatada trayectoria profesional.

El oficio más hermoso del mundo. Editado por Clave Intelectual, en 2016. Hay pocos reporteros de la talla de José Martí Gómez. Para su colega Enric González, es el mejor. Este libro de Martí Gómez debería ser de lectura obligada en todas las facultades y escuelas de periodismo del mundo. Cada una de sus páginas exuda verdad y una concepción del oficio muy a flor de piel, de las enseñanzas aprendidas en cada tropiezo, en cada experiencia, en la calle, en la carretera o en los bares. El libro repasa cinco décadas de la historia de España a través de los ojos y los textos de este veterano periodista. Y lo hace a través de los géneros que ha cultivado, que han sido prácticamente todos, y especialmente la crónica, la entrevista y el reportaje. El libro tiene el mejor de los remates con un epílogo en el que el autor conversa con Josep Ramoneda, Javier del Pino y Jordi Évole sobre periodistas y medios, sobre el presente y el futuro del oficio más hermoso del mundo.

Peláez. Historias de un periodista de provincias. Editado por 360 Grados Libros, el periodista David Barreiro recrea en un tono sarcástico y crítico el ambiente que se vive en el seno de una redacción de un diario de los llamados “de provincias” en una época de absoluta decadencia política, social y económica que recuerda los años de profunda crisis vividos en España desde el crack de 2008. Peláez es un periodista de la vieja escuela, con una vida dedicada en cuerpo y alma a un oficio al que es adicto, y que tiene como director a un vividor de los que regala consejos y hasta ofrece clases gratuitas sobre comportamientos que él no lleva a la práctica. Bebedor de güisqui, fumador empedernido y alérgico al trabajo, es el vivo retrato de una corrupción sistémica que, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, salpica a todos los poderes y que tiene como exponentes mediáticos casos como Gürtel. El autor ofrece impagables diálogos llenos de acidez y hasta de humor negro.

Por Abril Antara

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“Parte de mi buen hacer en la radio ha sido producto de mi insensatez”

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La periodista Nieves Concostrina no tiene un buen recuerdo de su paso por la televisión en los años 90 como redactora, pero en la actualidad ha podido resarcirse de sus recuerdos como colaboradora del programa Cero en Historia, de Movistar, donde conecta con la pasión a la que también da rienda suelta en La Ventana, de Cadena SER: la Historia. Concostrina ha recibido diversos galardones de relevancia por su trabajo en los medios de comunicación como el Premio Ondas (2016), el Premio Internacional Rey de España de Periodismo en Radio, el Micrófono de Oro (2010) y el Premio Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2005), entre otros.

¿Qué balance haces de la mujer periodista en los ochenta y su evolución en los diferentes soportes periodísticos hasta la actualidad?

Desde mi experiencia personal tuve la enorme suerte de contar con extraordinarios compañeros desde que inicié mi carrera en los ochenta y, afortunadamente, casi nunca me sentí discriminada por ser mujer. Salvo algún detalle sin importancia cuando me tocó estar en la sección de Deportes, en la que los compañeros redactores no vieron con buenos ojos que entrara una chica (era la primera vez que ocurría). En el fondo me alegré de que apenas me dejaran una parcelita informativa para trabajar porque estaba deseando salir de esa sección. No me interesaba nada tal y com estaba enfocada y dominada por machos alfa. Fue la época en la que las mujeres comenzaron a entrar en las secciones de deportes de periódicos y que, como María Escario, abrieron brecha. Como mera observadora, solo añadir que, curiosamente, periódicos como El País solo han acertado a nombrar a una mujer como directora, la gran Sol Gallego Díaz, en un momento agónico para la prensa escrita y después de 40 años de una sucesión de directores que, en los últimos tiempos, han llevado al diario a la peor de sus situaciones. Ojalá Sol esté a tiempo de remontarlo.

¿Qué pudiste aprender en la televisión de los 90? ¿Qué ofrecía la pequeña pantalla entonces, que se ha perdido o ganado en la actualidad?

A mí, la tele, me aportó menos que nada. Quizás los programas por los que me tocó pasar no fueron los mejores para amar el medio y si trabajé en la tele fue porque no me quedó más remedio. Quizás si mi paso por televisión hubiera sido por otro tipo de programas habría sabido ver lo que algunos llaman “la magia de la tele”. Yo no vi magia por ninguna parte. Solo vi cifras astronómicas que se pagaban a los famosos por ir a contar idioteces, reportajes que se hacían con mucha frivolidad, mucho tiempo perdido porque el trabajo es muy disperso, etc. Insisto para que quede claro: en lo que a mí me tocó vivir. Sé perfectamente que la televisión tiene una parte buena que, lamentablemente, no pude disfrutar. Es el último medio al que querría volver a trabajar como redactora de ese tipo de programas que me tocó hacer. Ahora colaboro en otros como Cero en Historia, de Movistar, y estoy feliz, pero es una plataforma de televisión que nada tiene que ver con la tele que conocí.

¿Cuáles son las claves para comunicar a través de las ondas hertzianas de manera clara y de calidad, sin perder interés por parte del radioyente?

No tengo la clave. Solo sé que yo lo he hecho a mi manera y me ha salido bien. Nunca había hecho radio antes de 2003 y puede que mi falta de método haya acabado siendo mi mejor método. Quizás si hubiera preguntado cómo hacerlo y me hubieran dado unas directrices, me habría coartado y no habría hecho las cosas como quería y como me apetecía hacerlas. A veces creo que parte de mi buen hacer en la radio y parte del éxito que me han regalado los oyentes han sido productos de mi insensatez.

¿Crees que siempre habrá espacio para la radio en la vida de las personas? ¿Qué aporta este medio?

La radio aporta todo, de todo y para todos. Es la inmediatez informativa más absoluta, el divertimento más variado y camaleónico. Se puede escuchar en cualquier parte, a la hora que se quiera, haciendo bici, caminando, en el coche, en el AVE, a deshoras, a la carta, etc. Ofrece música, información, cultura, debate, deporte, humor, etc. La radio siempre va a estar con nosotros y ha sido la que mejor se ha adaptado a ese futuro que ya está aquí. Ahora la radio va en nuestro bolsillo, en nuestro móvil, y encima elegimos lo que queremos escuchar y a la hora que queremos escucharlo. Todo son buenas noticias para la radio.

¿Cómo te enfrentas a la hoja en blanco antes de comenzar la escritura de un libro? ¿Qué diferencias has encontrado entre la escritura periodística en formato libro y la novela a la hora de enfrentarte a su redacción?

Me cuesta mucho diferenciar estilos a la hora de escribir. Es más, creo que no lo hago. Hasta ahora solo he escrito una novela, pero, puesto que está basada en hechos reales, lo que hice fue una gran crónica que en vez de ocupar una doble página en un periódico ocupó 300 páginas. Siempre me ha gustado escribir historias de la gente y la novela fue un extenso reportaje en el que me tomé mis licencias narrativas. Sin embargo, mis libros en los que recopilo esas pequeñas historias de la Historia en realidad son una adaptación, casi literal, de las que cuento en la radio. Apenas las cambio para que el lector no encuentre mucha diferencia de lo que escucha a lo que lee. Lo que intento trabajar mucho es la documentación. Siempre digo que yo no cuento nada nuevo, solo lo cuento de otra manera, a mi aire, pero siempre sobre el trabajo de historiadores e investigadores. Ellos son los que saben. Yo solo divulgo a mi manera.

¿Qué futuro les espera a quienes estudian actualmente Periodismo en las facultades? ¿Qué les recomiendas?

¿Que qué les recomiendo? Que pongan una ferretería. Les saldrá más rentable. Aclaro que es una broma, porque las ironías no se entienden por escrito. No tengo ni idea del futuro que les espera a los futuros periodistas; no soy Sandro Rey. Lo que recuerdo de mi carrera de Periodismo es que no me enseñaban nada útil y que diez minutos en una redacción me enseñaba más que cinco meses en la facultad. Creo que es una carrera mal diseñada que nunca debió dejar de ser aquella Escuela Oficial de Periodistas de la que salieron tan buenos profesionales. No soy muy optimista con el oficio, pero quien quiera ser periodista, que no deje de luchar por serlo. Diga lo que diga nadie. Incluso yo. Bendiciones.

Por @casas_castro
Foto de Jesús Pozo

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