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World Press Photo 2016 llega a Madrid el 1 de octubre

Las fotografías ganadoras del World Press Photo de este año llegarán a Madrid el 1 de octubre, la exposición itinerante de fotoperiodismo más importante del mundo que recorre al año más de 100 ciudades de 45 países. Se trata del séptimo año consecutivo que la capital española acoge esta muestra, que informa sobre los desastres naturales y denuncia las injusticias sociales acaecidas en países que se encuentran inmersos en una guerra, con el objetivo de recordar al público lo sucedido en el mundo durante el 2015.

Este año la edición se compone de fotografías que relatan hechos como la crisis de los refugiados, el terremoto de Nepal o el atentado islamista a la revista satírica francesa Charlie Hebdo. Estas son algunas de las protagonistas de la exposición pero también,”otras muchas pequeñas grandes historias, tan impactantes como desconocidas”, según informa la organización.

Un total de 155 fotografías, elegidas entre las 82.951 presentadas a concurso y enviadas por más de 5.000 fotógrafos de 128 países distintos, vestirá las paredes de la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) hasta el 1 de noviembre. El ganador de esta última edición es el fotógrafo de los refugiados, el australiano Warren Richardson por ‘Esperanza de una nueva vida’, instantánea que muestra a un hombre pasando a un bebé a través de la valla de alambre de espino en Roeszke, en la frontera entre Serbia y Hungría en agosto de 2015.  Una fotografía en blanco y negro, tomada de noche y sin flash para no alertar con el destello a la policía fronteriza. La fotografía también ha sido premiada como mejor foto en la categoría Spot News

Fotografías galardardonadas españolas

Además del fotógrafo australiano, han sido galardonados tres fotógrafos españoles. El reportaje fotográfico sobre las duras condiciones de vida en las favelas de Río de Janeiro le ha otorgado el tercer premio en la categoría de Vida Cotidiana al levantino Sebastián Liste.

Daniel Ochoa de Olza, navarro, ha obtenido el segundo premio en la categoría de Gente con sus instantáneas realizadas en las fiestas populares de Las Mayas, una colorida tradición que se celebra en el mes de mayo en la localidad madrileña de Colmenar Viejo.

En el apartado de Multimedias de Larga Duración del certamen se ha alzado con el segundo premio un proyecto español. Se trata de Break in, que muestra la vida cotidiana de los niños de la calle en Camboya. Las imágenes y el vídeo son obra del fotógrafo Mikel Aristegui y la música está compuesta por José Bautista, ganador por cuarto año consecutivo de un premio World Press Photo Multimedia.

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Manuel Moreno

Manuel Moreno: “Hay que desdramatizar el error en las redes sociales”

A Manuel Moreno lo conocemos por su famosa web sobre redes sociales y periodismo 2.0 TreceBits, y también por los libros que está escribiendo sobre este tema que tanto le apasiona. Acaba de publicar, ‘Yo también la lié parda en Internet’, un compendio de errores curiosos, anecdóticos y que han dado la vuelta al mundo que se han cometido en redes sociales. Con un tono divertido, Manuel Moreno pretende desdramatizar, como dice, estas meteduras de pata, y enseñarnos a cómo gestionar una crisis de estas características en redes sociales. Porque, ¿quién no la ha liado parda alguna vez?

– ¿El título se debe a que alguna vez la has liado parda en Internet?

¡Por supuesto! Todos hemos metido la pata alguna vez en las redes sociales, y quien diga que no, posiblemente esté mintiendo. Pasamos casi 2 horas al día de media conectados a las redes sociales, eso supone más del 10% del tiempo que estamos despiertos… Es decir, tenemos muchísimas oportunidades de liarla parda en Internet a lo largo del día. Y sí, yo también la he liado alguna vez compartiendo algún mensaje privado en mi timeline, haciéndolo público, por ejemplo.

– ¿Es Twitter la red social más proclive a cometer errores?

Es una de ellas pero no la única. El hecho de que Twitter sea una red en la que prime la inmediatez y la rapidez nos hace a menudo tuitear sin pararnos un segundo a comprobar las implicaciones que puede tener ese mensaje que estamos a punto de compartir. Pero equivocarnos, podemos hacerlo en cualquiera de las redes que utilizamos, y tampoco pasa nada. Hay que desdramatizar el error en las redes sociales… y ese es uno de los objetivos del libro.

– ¿De qué hay que evitar hablar en el ágora que se han convertido las redes sociales?

Cada uno puede hablar de lo que quiera, pero sí es cierto que hay una serie de temas que se prestan más a la polémica o a acabar diciendo algo que moleste a cierta parte de nuestros seguidores. Por eso, yo siempre digo que mejor evitar hablar y posicionarse en las redes sociales sobre temas como la religión o la política.

– Cuando se mete la pata en las redes sociales, ¿qué consejos darías para salir airoso, bien sea a un político, a una empresa o a una persona famosa?

El patrón de comportamiento debería ser el mismo tanto para una persona anónima como para un famoso o una compañía que mete la pata en las redes sociales: pedir disculpas, tratar de arreglar lo ocasionado por el error y seguir adelante. No debería ocurrir nada más, el problema viene cuando no pedimos disculpas de manera sincera y nuestra forma de reaccionar ante el error no es la adecuada: tratamos de esconderlo, de echar la culpa a los demás o nos dejamos llevar por la ira y ofrecemos una mala respuesta a quienes nos hacen ver que la hemos liado parda en las redes sociales.

– Parece que a mucha gente le cuesta disculparse o por miedo o por orgullo o por cualquier otro motivo, ¿por qué crees que se reacciona así?

Nos cuesta, pero es algo que pasa tanto en las redes sociales como en la vida 1.0, en la vida diaria. No es plato de buen gusto agachar las orejas y pedir disculpas, pero es necesario hacerlo cuando hemos metido la pata.

– De todas las meteduras de pata que conocemos, como las de Alejandro Sanz o David Bisbal, ¿cuál te llama más la atención?

Me gustan muchas, en el libro hay más de 100, pero son sólo una selección de las más de mil que he ido recopilando durante los últimos años. La de David Bisbal, famosísima, con las pirámides de Egipto y que generó el popular hashtag #turismoBisbal fue una de las primeras que se cometieron en Twitter y que tuvieron una gran repercusión.

– La gente se ceba con los errores de personas influyentes en redes sociales, ¿crees que redes, como Twitter, se han convertido en un espacio de haters y trolls?

Al final a todos nos da curiosidad saber cómo se equivocan los demás… si encima quien comete un error es un personaje popular y en un entorno público como puede ser Twitter, pues ese “morbo” se amplifica. Los haters y los trolls existen en todas las redes sociales, e incluso en la vida diaria. En Twitter quizá hacen algo más de ruido o tienen más visibilidad, nada más.

– Es tu tercer libro, ¿alguno más a la vista en el futuro?

Algo hay por ahí… no dejaremos de liarla parda 😉

roser-amills

“La escritura suma a mi vida nuevas formas de ver y comprender el mundo”

Si vais algún día a casa de Roser Amills (@roseramills), tal vez la encontréis sentada delante de su escritorio, pensando historias a conciencia y con un cajón con tierra mallorquina a sus pies para recordar de dónde viene. La escritora y periodista sigue este romántico ritual para crear a través de la escritura y verter en el papel lo mejor de ella. Su último retoño es La bachillera (Ifeelbook, 2016), un libro que cuenta la historia de una mujer del siglo XIX avanzada a su tiempo que se rebela ante el orden establecido entre las trifulcas con franceses refugiados, crueldad, pasiones y celos en los albores de las guerras carlistas.

De formación filológica, ¿cómo te iniciaste en el mundo del periodismo?

Cuando estaba en segundo de carrera (Filología Románica) me ofrecieron un puesto en Grupo Zeta como de correctora ortotipográfica para la revista Woman. Era una sustitución por maternidad, y cuando terminé me ofrecí para escribir yo artículos y entrevistas. La directora me dijo que sí, y ya no paré: fui redactora, jefa de redacción y, posteriormente, directora de muchas revistas.

¿Qué te atrajo de esta profesión?

Me di cuenta de que, si te gusta contar cosas, el periodismo ofrece la posibilidad de escribir a diario. Y, además, con el aliciente de aprender a sintetizar, a escribir con la máxima claridad y a perder el miedo a la página en blanco: ¡el mundo está repleto de historias!

Has tocado principalmente radio y, como comentabas, revistas de toda índole. ¿Con qué te quedas?

Me gusta comunicar y, por eso, me es indiferente la vía de acceso a las personas. He hecho radio con mucho placer, porque es un medio mágico y lleno de excelentes profesionales (ahora estoy en Cadena Ser con Toni Marín en un programa nocturno), pero la prensa escrita y la televisión también me encantan. Y las redes sociales (mi canal de YouTube, mis podcasts o los tuits que comparto a diario) también me aportan muchas satisfacciones.

¿Qué te da y qué te quita la escritura literaria?

La escritura literaria me permite concentrarme mucho más, pues es un trabajo de muchos meses. No me quita nada, al contrario: suma a mi vida nuevas formas de ver y comprender el mundo: cuando investigo un personaje nuevo es como si sumara su vida a la mía.

¿Cómo te planteas la escritura de un libro?

Tengo un cajón con tierra mallorquina a mis pies que me ayuda a recordar de dónde vengo, mis raíces. Escribo concentradísima y, por eso, durante los meses de más trabajo apenas salgo de casa y me convierto en una ermitaña: es necesario para sumergirme en cada historia de verdad. El arranque de cada novela es diferente, pero influyen mucho las situaciones que vivo para inspirarme. Las historias, como ya dije antes, están en todas partes.

En tu bibliografía destacan dos temas muy conectados: el amor y el sexo. ¿Cómo te gusta abordarlas como escritora?

El amor es el elemento que aglutina todas las partículas del universo, ¡nada menos! Y el sexo es la chispa que nos ha traído al mundo a cada uno de nosotros (nuestros padres lo practicaron para fabricarnos). Por tanto, son las dos fuerzas más sagradas, primigenias y valiosas, y así las contemplo en cuanto escribo.

¿Qué nos puedes contar acerca de La bachillera?

Tendemos a pensar que los modernos somos nosotros. En esta novela, basada en personajes y sucesos reales, desvelo un poquito, hasta donde puedo, lo modernísimos que fueron nuestros antepasados y, sobre todo, las circunstancias de las mujeres (tomo a una como protagonista, mallorquina como yo, porque echo de menos mi isla casi a diario) que se atrevieron a hacer lo que les vino en gana cuando las circunstancias eran mucho peores a las actuales. Para que nos digamos que, si ellas pudieron, nosotros también. Para que se nos bajen los humos hípster y recordemos de dónde venimos. Siempre viene bien.

¿Qué tienes tú de ‘bachillera’? ¿Está la lectura entre tus grandes aficiones?

Siempre me identifico con los protagonistas que elijo para mis novelas y todo lo que llame la atención de La bachillera forma parte de mí, para bien y para mal. Tiene mis defectos, mis pasiones, mis virtudes. ¿O era al revés y en realidad yo ya era La bachillera antes de escribir esta novela y simplemente lo he confesado con esta novela? Espero que le suceda lo mismo a quien lea esta novela. Todos tenemos mucho de los grandes personajes de la literatura. De eso se trata, de re-conocernos en ellos y aumentar nuestra vida. Leyendo.

Written by David Casas (@casas_castro)
Photo by Guy Aelbrecht
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‘Periodismo de mandarina’ no es un libro de viajes

El periodista Javier Fariñas (@JavierFMartin), redactor jefe de la revista Mundo Negro (@mundo_negro) y profesor en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Pablo CEU, cuenta que hace algunos años, en su primer día de clase con sus alumnos, se le ocurrió plantar delante de los pupitres una mandarina que previamente había pelado delante de sus ojos. La abrió, separó los gajos y pidió que le contaran esa fruta en cinco líneas. Prácticamente todos hablaron de su olor, sabor y textura sin haberse acercado a ella. Ello lo derivó a la profesión periodística para explicar que no debemos conformarnos con lo que nos enseñan o vemos de lejos, sino que hay que “preguntar, oler, probar y destripar la realidad hasta contarla sin atisbo de duda”.

De esta sencilla anécdota surgió el título de su libro Periodismo de mandarina, el making off de su trabajo como periodista durante años: las historias que han quedado fuera de sus reportajes, crónicas y relatos de lugares, relegadas al cuaderno de notas. Se ha preocupado por dar voz a pueblos, gentes y situaciones que habitualmente no tienen cabida en los medios de comunicación por no ser lo suficientemente ‘influyentes’ a pesar de sí ser importantes, como considera, lo que le supone un profundo malestar con la profesión.

Los asesinados por Boko Haram, aunque importantes, eran mucho menos influyentes que los de la revista satírica Charlie Hebdo, por lo que nos volcamos en hablar de unos y silenciamos a los otros”, afirma Fariñas, que añade: “nos inquieta la seguridad de nuestro territorio y pasamos por alto preguntarnos por qué miles de personas quieren atravesar el Mediterráneo, saltar vallas o jugarse el pellejo en cayucos”.

El periodista destaca de todos esos países que ha visitado y que le han marcado un rasgo común: la voluntad de sus hombres y mujeres para tirar de una vida no siempre fácil a causa del hambre (Burundi), de un terremoto (Haití), de una guerra reciente (Bosnia y Herzegovina), de la presencia de un territorio radical (Filipinas), de determinadas vicisitudes políticas o históricas (Venezuela o Cuba) o de la injusticia debida a los países que “solo tienen como objetivo acaparar, acaparar y acaparar” (los migrante que llegan hasta una valla que saltar, una frontera que cruzar o un mar que atravesar).

El suyo no es un libro de viajes, sino de personas. “En este punto se igualan los bosnios con los cubanos, con los filipinos, con los burundeses. Lloran y ríen por igual. Lloran y ríen por lo mismo. Y en ese marco, los que tenemos la vida más fácil, tenemos mucho que aprender. Por eso nos cuesta tanto ver a Aylan muerto en la orilla. O a los que atraviesan una Europa fría en lo climatológico y en lo humano para huir de Siria en guerra. Nos duele verlo porque es, objetivamente, una realidad dura. También porque nos interpela, nos tira de las orejas”, asegura Fariñas, que brinda la responsabilidad a los medios de comunicación que “ofrecemos el ‘menú informativo’ que la ciudadanía quiere, y el que interesa a la clase dirigente; un discurso demasiado cómodo a veces, que garantiza seguridades, que evita inconvenientes, que no perturba la paz de la zona rica y acomodada en la que nos encontramos”.

Written by David Casas
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Cómo comunicar el ‘matrimonio’ entre hoteles y gastronomía

La hostelería y la restauración siempre han estado ligados intrínsecamente. Muchos de los hoteles, sobre todo con más de tres estrellas, cuentan en su interior con restaurantes de prestigio que emplean las últimas técnicas de innovación en la cocina. También existen casos en los que estos dos establecimientos comparten mucho más que un espacio físico, como los textiles que emplean, las tendencias o los prescriptores de marca.

De hecho, los eventos son un buen recurso para poner en valor esta alianza entre hoteles y gastronomía, este ‘matrimonio’ en el que están implícitos valores como calidad y el buen hacer. Y un ejemplo de ello es Resuinsa, una empresa valenciana líder en el sector de textiles para hoteles y restaurantes que acaba de firmar un acuerdo de colaboración con el chef siete Estrellas Michelin, Martín Berasategui.

Tanto la firma como el cocinero comparten 40 años de profesión y se han centrado en expandir su marca a nivel internacional. Son líderes en sus respectivos sectores y priman la calidad y los detalles por encima de todo. Se trata de dos historias paralelas que se han unido, lo cual se pueden comunicar tanto en medios on como off line.

Así pues, organizar un evento en el que se muestre esta unión es la mejor opción. De esta manera, se ven los productos de la marca en restauración, en este caso Resuinsa, con el apoyo de uno de los chefs más importantes del mundo. Además, se pone en relieve varios elementos: la trayectoria de ambos, la innovación, la experiencia y la calidad.

La publicidad convencional en medios tanto on como off es otra de las apuestas por comunicar la unión entre hoteles y gastronomía en la que aparezca una imagen en la que se vea el restaurante con la marca, tal y como se aprecia en la imagen que de este post. Berasategui posa con la mantelería de Resuinsa, así como con la chaquetilla en la que aparece el nombre de la empresa.

La labor de publicity, así como las acciones en redes sociales son otras herramientas que ayudan a difundir este tipo de colaboraciones. En este sentido, Instagram sería la más idónea por el potencial de las imágenes, ya que se pueden mostrar platos del cocinero con los productos de la empresa. Eso sí, sin descuidar el blog de la compañía para poder compartir contenido en los medios propios.

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Eugenio Viñas: “Lo que verdaderamente genera tráfico es el contenido de calidad”

Eugenio Viñas es uno de los periodistas pioneros en estrategia Social Media. Allá por el 2009 comenzó con un grupo de amigos informáticos desarrollando una red de blogs con contenidos periodísticos basada en el posicionamiento SEO en un momento muy diferente al actual. En cuestión de horas, gracias a su estrategia digital, conseguían posicionarlos mejor que los grandes medios de comunicación, que no atendían esta cuestión. El éxito de esa red de blogs llevó a Valencia Plaza a contactar con él, por Twitter, y ficharlo para su redacción como responsable de Cultura, así como de su posicionamiento online en buscadores (SEO) y Social Media Manager desde 2011. Hablamos con él sobre la profesión, el paradigma actual y los retos a los que se enfrenta el periodismo.

Cada vez proliferan más medios digitales que no dependen de un medio tradicional, ¿por qué crees que se está dando este fenómeno?

Se basa en la estructura económica. Hablando de negocio puramente, es un negocio que siempre ha estado sujeto a leyes de origen industrial y su acceso al mercado ha sido siempre limitado. Esto ha propiciado que Internet haga con el periodismo lo mismo que hace con otros frentes, desmontar todo y romper mercado abriéndolo a operadores infinitos. Por eso, es normal que actualmente haya mucha gente capacitada para hacer este oficio, pues se están haciendo mejores contenidos que nunca, pensados para un eje digital.

¿Qué parámetros crees que condicionarán el futuro de los medios digitales?

La movilidad tecnológica. Hace 10 años Myspace era una multinacional gigante, la primera red social de calado internacional que generaba unos tráficos económicos impresionantes y, a día de hoy, está absolutamente desaparecida. Digo esto porque hay que entender que vivimos en un estadio de movilidad tecnológica muy distinto al vivido por nuestros compañeros. Pero más importante que esto es saber que si algo genera visitas y tráfico es el contenido de calidad y para generarlo, yo que soy un absoluto enamorado del oficio, considero que se consigue con investigación, recursos y mucho amor propio por la profesión, porque el periodismo está por encima de todo. Y si queremos generar audiencia lo más importante es que hagamos buenas noticias, que estén bien elaboradas, contadas, que sean verdaderamente influyentes, por supuesto que estén contrastadas, y que tengan el mayor número de recursos técnicos y humanos para conseguirlo.

¿Dista mucho la calidad de un medio actual digital de la de uno tradicional?

Los grandes medios cada vez tienen más peso en Internet. Están convencidos moralmente de que su camino pasa por ahí en 2016. Les ha costado unos 15 años aceptarlo pero saben que su posición de marca sirve para ello. Me sorprende que los medios tradicionales cada vez tengan más peso, porque ellos son los primeros que han denigrado sus marcas a través de las redes sociales y sus contenidos. No existe ningún medio tradicional de referencia de los años 90 que no se haya abandonado o abrazado la basura de publicar noticias irrelevantes, sin contrastar o exentas de interés periodístico. Es muy curioso como los medios digitales son mucho más respetuosos con su imagen, por ejemplo, grandes medios a nivel nacional como El Confidencial o Vozpópuli cuidan mucho su marca, pese a que tienen que generar mucho tejido de audiencia para mantener las monumentales redacciones que tienen. No obstante esto, las grandes cabeceras todavía tienen un gran peso en internet y siguen siendo prescriptoras de marca.

Existe la convicción de que Internet es un medio donde sólo tiene cabida la noticia, y no el periodismo de análisis o interpretativo.

Por supuesto que sí tiene cabida y sobre todo aunque no lo parezca, medios como los citados anteriormente o Valencia Plaza, asumen que una parte de su recorrido económico es invertir en convencer a la gente de que se puede hacer periodismo de calidad diariamente en un formato digital y de que el canal no tiene nada que ver con el resultado. Pero, ¿está calando en la sociedad que un periodista digital ofrezca contenido de calidad, siendo gratis o con una cuota de pago, cuando todavía no ha salido en la calle? Yo creo que se está demostrando que sí, porque somos capaces de generar calidad. De hecho, poco a poco se está rompiendo la percepción o la idea que se tenía de que un medio de comunicación online es sinónimo de fusilar la noticia, ser un repositorio de agencias, etc.

Se dice que con el periodismo ciudadano la profesión ha quedado relegada a un segundo plano, ¿qué opinas?

Yo no creo en el periodismo ciudadano, porque considero que si una persona graba un vídeo y lo cuelga, lo que ha hecho es un vídeo. Aunque su valor periodístico será muy alto seguramente, porque nos ayuda a visualizar algo que ha sucedido en una sociedad evidentemente audiovisual, no es periodismo.

¿Qué puede aportar el periodismo en la red que no pueda hacer un medio tradicional?

El periodismo en la red es mucho más enriquecedor o de mayor impacto a la hora de transmitir noticias porque podemos aportar gráficos, interactivos, música, vídeos, podcast, interacción social, ampliación de fuentes a partir de una primera noticia que se va enriqueciendo con testimonios posteriores, hasta videojuegos. Con lo cual es un lugar mucho más interesante y desarrollado, siempre que haya recursos para aprovecharlo, que el medio de comunicación tradicional que obviamente es unidireccional.

Ahondando más en la profesión periodística, ¿cómo explicarías la evolución entre un periodista tradicional y uno digital?

La profesión periodística en España sigue siendo muy romántica por la gente que de verdad tiene vocación por su oficio. Aunque tenemos pocos referentes de la cultura popular como puede ser el caso del año pasado de la película Spotlight, donde alguien cuenta de manera fácil a la gente, más o menos, lo que sería un trabajo de investigación, la dedicación y el esfuerzo que supone sacar una historia adelante. En este sentido, creo que el periodista de antes y el de ahora tiene los mismos valores: mucha inquietud, supeditar su vida personal a la profesional porque sabe que no va a tener suficientes historias sin llevarse por delante una parte muy considerable de su vida, porque este oficio supone mucha dedicación y esfuerzo. Pero para mí ha sido muy emocionante ver cómo profesionales del ámbito tradicional se han ido adaptando a las nuevas formas. Han aceptado que reciclarse no es un mantra, sino una obligación, porque tienen que estar constantemente activos en el cambio de ritmos y en la lectura de otro tipo de contenidos, al igual que en el uso de otros canales. A partir de ahí, en esencia, creo que lo que seguimos haciendo es muy parecido al oficio que se podía hacer en España desde los años 20 porque se necesita la misma pasión y entrega, tener colmillo para pelear una noticia, habilidad con las fuentes y para escribir, que hace 30 años. Los canales cambian y es cierto que la movilidad tecnológica e inseguridad laboral influyen muy fuertemente en el periodista de hoy pero por lo demás, los valores son iguales.

¿Qué opinas del periodismo móvil y de que los periodistas estén utilizando herramientas como esta para contar historias y enriquecer los hechos?

Las herramientas nunca trascienden el tiempo del periodista, éste lo trasciende los contenidos de calidad y su buen oficio, pero que lo haga en Snapchat, Instagram Stories, con un palo selfie o cualquier otra herramienta para mí tiene un valor transitorio. Lo que hace es estimular a una audiencia, y lo que hacemos es lo que se ha hecho siempre en el oficio, meter las narices allá donde se puede contar historias. Yo puntualmente he utilizado diversos canales para contar algún hecho pero son estaciones de paso, porque lo importante es que la historia esté siempre bien desarrollada periodísticamente.

Según tu dilatada experiencia, ¿cuáles son las claves para generar contenido exitoso en la red?

Contenidos de calidad, inéditos, contrastados y contrastables, enriquecedores, cortos, sintéticos, eficaces y con capacidad de generar crítica y un interés mayor por el tema que se está abordando.

¿Qué ventajas saca un periodista del uso de Twitter?

Es un lugar donde yo me inspiro mucho y me asomo a muchas conversaciones interesantes, a las que no tengo acceso. Por tanto, me enriquece mucho, casi como un escaparate, porque yo veo pasar cosas y después las interpreto. Digamos que Twitter puede desencadenar o lanzar alguna conversación o tema interesante pero no puede ser la única fuente para desarrollar un tema, desde luego no lo es.

¿La rapidez con la que transmitimos la información está haciendo que no se contrasten bien la fuentes?

La pelea por la rapidez, desde mi punto de vista, sólo le pertenece a la persona que está justo donde está sucediendo el hecho en cualquier ámbito y puede contarlo en un tweet o un periscope, y a quien tiene muchísimos recursos para tener a un equipo humano en las últimas horas, es decir, los grandes medios. Pero en el caso de los medios regionales me parece un completo absurdo pelear por la última hora, porque es una competición donde hay muchos periodistas esperando y supone una pérdida de recursos. Por tanto, este apartado informativo considero que le pertenece a los grandes medios.

Por último, ¿cómo ves en un futuro el periodismo y a qué retos nos enfrentamos?

Los grandes grupos editoriales están atenazados porque han ido pasando a manos de empresas financieras y éstas buscan rentabilidad. Este binomio en 2016 es algo complejo, porque para que un periódico sea rentable hay que invertir en innovación y recursos humanos. Entonces, los grandes medios tienen que aprender a ser rentables sin dejar de hacer el producto de calidad que hacen pero en el mundo de la explosión digital. Para ello, los medios tienen la tarea de consolidarse como estructuras económicas viables, que permitan el desarrollo del trabajo periodístico y contenidos sin ningún problema.

Written by @InGabarda
Photo by Eva Máñez / @valenciaplaza
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Marketing olfativo: posicionamiento a través de la nariz

olfato

Hay olores que están directamente ligado a nuestros recuerdos. El del café con tostadas por las mañanas, la tierra mojada, los lápices con los que coloreábamos en el colegio, la brisa marina o campestre del pueblo de nuestros abuelos, nuestra comida favorita. El olfato es el primer sentido que nos conecta con la supervivencia, permitiendo a los recién nacidos seguir el rastro de hormonas para llegar al pecho de su madre, y hay estudios que afirman que incluso ya de adultos tiene un mayor peso en nuestro recuerdo que la vista. ¿Pero qué es el marketing olfativo?

La relación directa de la nariz con nuestra amígdala cerebral adelanta el peligro de condiciones insalubres o peligrosas, pero también contribuye a una inmensa sensación de bienestar. La industria perfumera lleva siglos sacando provecho de ello. En sus orígenes, como forma de enmascarar la difícil higiene de los que vivieron en épocas pasadas; hoy en día, como signo de distinción y marca personal. Posicionamiento, al fin y al cabo, por lo que se puede asegurar que el marketing olfativo existe desde mucho antes de que se definiera como tal.

No es extraño por todo ello que algunos negocios comenzaran a poner tanto énfasis en el olor de sus locales como forma de atraer clientes y lograr tanto permanencia como fidelidad. De la misma forma que la industria alimentaria aplica aditivos aromáticos a sus productos, muchas tiendas se pusieron manos a la obra con el objetivo de configurar la atmósfera más placentera para sus potenciales compradores. Grandes tiendas como Abercrombie & Fitch están entre los pioneros de la creación de una experiencia sensorial total que atrapa al visitante en sus pasillos, haciendo de la compra un espectáculo que entra por los ojos, los oídos y, por supuesto, la nariz. Igualmente, cadenas de alimentación juegan con la proyección deliberada de la fragancia de sus bebidas o platos estrella tanto en el interior de su establecimiento como hacia el exterior del mismo.

La fórmula se ha extendido de tal forma que es difícil encontrar centro receptor de clientes que pretenda influir en la generación de un entorno favorable a la compra que no cuide estos detalles. Los estudios de mercado y los muestreos tratan de identificar qué olor se adecua más a las características de su clientela, creando una importante actividad alrededor en la que participan desde especialistas en perfumería, mercadotecnia o psicólogos a, por supuesto, fabricantes de los más innovadores ambientadores que recrean el más inverosímil de los escenarios imaginables. Se puede asegurar que hoy, más que nunca, compramos con la nariz.

Photo by Marga Ferrer
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Redes sociales y depredación humana

El diario El Mundo publicaba recientemente datos sobre la histórica reducción de presencia de la gente en las redes sociales y preguntaba si la tendencia se podría deber a un hartazgo latente de las personas hacia estas plataformas. Precisamente, un tuit de Laura Bellver me ponía en la pista del escrito referido, inspirador a la vez de esta reflexión entre filosófica, antropológica y darwiniana.

En torno al tuit y al artículo, como en otras muchas realidades sociales, la respuesta que se me ofrece dar a la incógnita que plantea el rotativo pasa por un contundente ‘sí’, el ser humano termina cansándose de todo lo que depreda. Porque, ya sea en modo offline o en online, tendemos a abordar los hechos y las cosas con ansia, con apropiación casi indebida, con voracidad de pecado capital, con autoridad sobre quien llega un poco después, con prepotencia hacia quien estaba mejor antes, con la torpeza del elefante de la cacharrería, con la suciedad de quien arroja residuos sin pensar en el otro, con la contundencia de quien tiene poder, dinero, recursos –públicos o privados-, con la cobardía del anonimato, con el ‘autocontrol’ de la publicidad, con el escándalo de la exhibición, con la falta de lectura para seguir unas instrucciones básicas, sin empatía, sin humildad, sin consecuencias (aparentes).

Plataformas que sufren como la cala virgen que en un principio era de la naturaleza, que a mitad de periodo comenzó a ser pisada por el hombre, que con el paso de los siglos fue habitada por unos pocos, que con el devenir de los años quedó ocupada por cemento esporádico, que con las semanas se puso de moda y comenzó a saturarse, y con los días se contaminó hasta que, en unas pocas horas, la mano del ser humano la devastó.  ¿Por hartazgo –como pregunta El Mundoo por abuso? ¿Por sostenibilidad o por explotación indebida? Por depredación, porque el ser humano primero descubre, luego se fascina y después se va como llegó, sin mirar atrás, a la búsqueda de un nuevo ámbito propicio para desplegar su acción incansable, inagotable, inconformista. Depredadora.

En las redes sociales -que caracterizan en sí mismo el comportamiento del hombre en comunidades- tal y como han sido conocidas durante la última década; en esas plataformas con nombres de Twitter, Facebook, Instagram, Pinterest, etcétera, el ser humano que llegó primero lo hizo con el disfraz de early adopter, rol que prestó a entornos afines por amistad o por profesionalidad, que a su vez ejercieron influencia y notoriedad por encima de las plataformas tradicionales y que se equipararon en autoridad a los actores sociales de siempre: a los futbolistas, políticos, actores y otras celebrities de guardar.

Notables de segundo tiempo que, al dar el paso de desembarcar en dichas plataformas, arrastraron a una masa mostrenca de fans, de seguidores, de militantes, de detractores y de desinformadores que encontraron en estas canchas del ruido social la mejor oportunidad para dilapidar, aplaudir, manipular con altavoces de una potencia global, con apellidos de tendencias en forma de #, la posibilidad de hacerse notar, de invadir intimidades o de gritar anónimamente insultos irreverentes.

Lo hicieron por encima de lo sostenible, de las conversaciones productivas, del respeto, de la comunicación bidireccional, de lo políticamente incorrecto… Y con “buenismo”, con lecciones de vida, con autoritarismo, con lo que queda bien o mal decir, con el silencio impuesto por la prudencia excesiva aconsejable en un entorno cada vez más hostil, menos auténtico, predispuesto a dilapidar en plaza pública opiniones contrarias a lo que la masa ruidosa creía conveniente.

Hasta ese desembarco en la cala de las redes sociales de dichos perfiles famosos y de los rebaños de ruido que los acompañaban en cualquiera de las manifestaciones o plataformas en que estuvieran presentes, el rollito Social Media molaba tanto que la fascinación parecía, insólitamente, eterna. Pero no, la depredación pisó el terreno de estas plataformas hasta dejar de ser partidos de ida y vuelta, hasta llegar a unos cuantos minutos de publicidad como los de la televisión, hasta no conversar más allá de la mirada del vecino más cercano, hasta decir basta.

Las plataformas que han sostenido el concepto redes sociales durante la última década parecen alcanzar hoy índices de contaminación que, en el corto plazo, desvelan un abandono de usuarios. Esta cala comienza a estar hormigonada. Pero el ser humano descubrirá, gracias a la nueva comunidad global surgida de las posibilidades tecnológicas y a las nuevas plataformas que se deriven de ella, nuevos parajes naturales/sociales que depredar. Porque en esa comunidad global que hemos creado somos así. Y lo seremos hasta que nos extingamos. O no.

 

Reflexión darwiniana by @os_delgado / @360gradospress
Photo by @Marga_Ferrer
Influencers en un Horchata and Twiits. Foto: Marga Ferrer

Pasos para construir una campaña de marketing de influencers

El 60% de los profesionales de la comunicación invierte en marketing de influencers cuando lleva a cabo una campaña, una tendencia que se ha consolidado este año. El boca a oreja ha cobrado todo su esplendor con las recomendaciones que personas influyentes en redes sociales realizan de productos y servicios, hasta tal punto que ser líder de opinión se ha convertido en una profesión.

Pero la preocupación de las marcas a la hora de desarrollar una campaña de estas características radica en los pasos que hay que seguir. Influencers hay muchos, o se hacen llamar así, pero realmente no todos influyen de igual manera. Además, las compañías pecan de fijarse sólo en el número de seguidores, cuando lo realmente importante son las interacciones con su audiencia y la calidad de las publicaciones. Tampoco es lo mismo una chica con miles de K que habla sobre moda en sus redes sociales que otra persona que tiene un nicho más específico en el que es una eminencia.

Los pasos a seguir para desarrollar una buena estrategia de marketing de influencers es la siguiente:

  • Definir los objetivos. Este es el primer paso imprescindible para cualquier campaña, pero en este caso nos va a ayudar para poder realizar la búsqueda de las personas influyentes con las que se quiere trabajar. Por tanto, es fundamental concretar los objetivos de la campaña, así como el target al que se va a dirigir.

  • Búsqueda de influencers. Existen herramientas, así como empresas especializadas en este cometido, pero si se quiere llevar a cabo por cuenta propia hay que tener en cuenta desde su audiencia hasta los canales en los que se mueve. Si bien es cierto que la cantidad de seguidores es importante, la calidad del perfil lo es mucho más.

  • Determinar una acción. Hay que tener en cuenta que una misma acción no sirve para todos los perfiles influyentes. Por eso, debe encajar con la persona o personas propuestas para que el resultado sea un éxito. Además, no sólo existen eventos, review de productos o intercambios. Dado el volumen de acciones que se realizan, se debe innovar para ser atractivos de cara a la aceptación del influencer.

  • Contraprestación. Como se ha comentado, los líderes de opinión se han profesionalizado y muchos solicitan una remuneración. Esta parte hay que dejarla muy clara: si existe un pago, si se hace a cambio de un producto o si es por la asistencia a un evento exclusivo.

  • Monitorizar y medir. Durante la ejecución de la campaña se debe estar ya midiendo y monitorizando todo lo que se publique para saber el rumbo que está adquiriendo. Las herramientas de analítica de redes sociales y web ayudan mucho a ello, pero hay otras con versiones gratuitas que también ofrecen este servicio. Asimismo, cuando finaliza la campaña se deben extraer todos los datos para saber su impacto.

Desde el principio de la campaña hay que mantener en todo momento feedback con las personas con las que se esté colaborando. De esta manera se sabe si está yendo bien o si la campaña necesita un viraje para lograr el éxito. Hay que tener en cuenta que los influencers aportan notoriedad y visibilidad a las marcas, así como valores que deben, al menos, confluir con los de la compañía para la que se trabaje. No es de extrañar que muchas de estas personas se nieguen a colaborar con ciertas empresas simplemente porque su filosofía no les encaje.

Gabinete de prensa

Comunicación transparente para evitar una crisis

El 95% de las empresas sufre en algún momento de su existencia una crisis y el 99% no está preparada para hacerle frente, según un estudio realizado por la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom). Una situación habitual que cada vez afecta a más entidades, pero que se puede evitar si se trabaja con antelación un plan de comunicación ideado, dirigido y adaptado a los diferentes públicos de la compañía. En este tipo de situaciones la comunicación juega un papel trascendental e indispensable en la balanza, porque a través del uso de mensajes es posible minimizar los impactos que generan los sucesos imprevistos.

Con este plan la empresa gestiona de forma eficiente el problema y canaliza sus efectos, a través de la planificación de una estrategia acotada, según las posibles circunstancias que puedan suponer una crisis para la marca. Para llevar a cabo esta táctica de forma factible lo primero es realizar una investigación previa sobre la reputación de la compañía, para así obtener una visión objetiva de su posicionamiento en un momento neutro. Para lo que hay que recopilar todos los datos sobre la realidad corporativa del pasado, presente y futuro de la misma. La empresa debe indagar en su trayectoria a fin de encontrar todos los riesgos que atenazan su imagen, con el propósito último de prevenir la situación.

En esta primera fase adquiere especial importancia la información sobre las crisis en las que se ha visto envuelta con anterioridad la compañía y, más si cabe, el tipo,  las causas, los públicos afectados y las estrategias que se siguieron para solventarla. Una vez ejecutado este paso, hay que fijar unos objetivos específicos para tener herramientas de respuesta rápida, que permitan el control del flujo de información.

Otra fase necesaria en la constitución de un plan de crisis es la identificación de los públicos, vital para conocer las plataformas con las que podemos contactarles y conversar para clarificarles los hechos acontecidos y explicar con detenimiento las acciones que se van a llevar a cabo para solucionar la situación. A esto se le suma el comité o gabinete de crisis, que la empresa debe formar con su personal más cualificado para que acometan las funciones que se les asignen desde un primer momento. Para ello, dicho plan debe dejar reflejado quiénes son los responsables de solventar la crisis. Atendiendo a las acciones anteriores, el comité elabora diferentes tipos de estrategias según el tipo de problema, los objetivos fijados y los públicos afectados.

Si bien es cierto que existen cuatro estrategias diferenciadas, la más conveniente para las marcas es la que se denomina ‘estrategia accesible’.  Esta consiste en que la empresa informa de forma completamente transparente a sus públicos y se muestra accesible al diálogo y a la conversación para solventar cualquier duda que surja por parte de los usuarios.

Written by @ingabarda
Photo by @Marga_Ferrer