¿Dónde escuchamos la radio? ¿Cómo vemos la tele? ¿Quién lee periódicos en papel? ¿Cuántos se informan a través del dispositivo móvil? ¿Nos quedamos con la primera pregunta?
Nos quedamos con la primera pregunta por respeto. Porque el 13 de febrero es desde 2012 el Día Mundial de la Radio, como así lo declaró la Unesco. Pero también elegimos esa cuestión porque su respuesta es dinámica, sencilla y directa. La radio es el medio que históricamente mejor se ha sabido adaptar a los cambios sociales, a las modas, al consumo, al uso y abuso de plataformas diferentes a las tradicionales, a la vida y a sus aristas tecnológicas.
La radio se escucha en el coche (todavía), la radio se lleva encima (en un app, en el móvil o en un transistor –¿aún?-); la radio llega al supermercado, a la peluquería, al estadio, al barco, al tren, a la ducha (¿también?); la radio es tan inmediata como un tuit (¿o no?); la radio es una voz misteriosa a la que no hemos desenmascarado aún (¿o sí?); la radio se ve también en Youtube o en la versión web de cada estación; la radio salta a la tele (en los telediarios) o se retroalimenta con su fonoteca para sonrojar a más de uno que olvidó lo que dijo… La radio, sí, la radio es así.
La radio es el medio tradicional que mejor ha sabido leer la vida y que acompaña tanto como las redes sociales en esa nueva forma de consumir información en modo múltiplex o, lo que es lo mismo, ver mientras sientes lo que otros opinan sobre lo que estás viendo; escuchar una tertulia como lees una colección de tuits mientras se celebra la gala de los Goya o el festival de Eurovisión; mientras recuentas votos y lees encuestas; la radio es el tintineo informativo y entretenido que mantiene la llama al otro lado las 24 horas del día. La radio es el antónimo de soledad.
La radio es para siempre.
Feliz #DíaMundialdelaRadio